Oswaldo
Ramos
Hablar
de Jalisco es hablar de una riqueza y pluralidad inmensa que reside en las el
interior del Estado, esas partes que le dan impulso a toda la entidad, sin
embargo cuando hablamos de Jalisco pensamos únicamente en Guadalajara y la Zona
Metropolitana. El centralismo nos asfixia no solo a nivel nacional, también en
los Estados se vive bajo el yugo de la capital y toda la atención que se versa
sobre ella, opacando las problemáticas regionales y debilitando
institucionalmente al municipio.
La
apuesta por el municipalismo desata debates que inmediatamente se silencian,
quizá por el desinterés mediático que genera, pero vivir ignorando la necesidad
de reforzar la estructura institucional del municipio para dotarlo de capacidad
operativa es sentenciarnos directamente a seguir padeciendo las problemáticas
cotidianas sin posibilidad de darle resolución en lo inmediato, nos ata a la
lógica de creer que el municipio no puede hacer otra cosa más allá de poner
domos en las escuelas y parchar con chapopote las calles. Dejar de lado el
centralismo es una tarea titánica que se plantea siempre en mesas de trabajo y
construcción de agendas, pero al ver el reto que representa se opta por dejar
ese asunto de lado.
Es
urgente comenzar a plantearnos la necesidad de una reforma municipalista que
apueste por dotar de autonomía a las alcaldías para cortar de tajo la dinámica
centralista dictada desde el Ejecutivo Estatal, poner las prioridades locales
en la mesa para que sean resueltas sin la necesidad de esperar a los periodos
electorales para que el gobernador volteé a ver a las regiones y trate de
resolverlos en ocho meses. Al dotar de capacidad operativa a las alcaldías
también se debe crear una serie de candados institucionales para evitar que el
factor político genere retrasos en el desarrollo del municipio por los cambios
tan constantes de cabildo, eficientando así al servicio público.
Sabemos
que todos los municipios se trabajan con dinámicas distintas, ninguno es igual
ni viven al mismo ritmo, son ellos quienes conocen sus problemáticas y saben
cómo darles solución ¿por qué seguir pretendiendo que el gobernador es quien se
sabe de cabo a rabo los problemas municipales y tiene una solución para todos?
Solamente quien carga el costal sabe lo que pesa.
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