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martes, 9 de julio de 2019

Cómo evitar caídas en adultos mayores





El Volcán/SSJ


La Organización Mundial de la Salud (OMS) define las caídas como una consecuencia de cualquier acontecimiento que precipite a una persona al suelo en contra de su voluntad, hecho que impacta con mayor gravedad a los adultos mayores.

El 30 por ciento de las personas que rebasan los 65 años de edad sufren una caída anual. En mayores de 75 años esta cifra se eleva hasta 40 por ciento.



Entre las principales causas por las cuales una persona mayor sufre caídas se encuentran los mareos (se experimenta alteración del sentido del equilibrio, aturdimiento, sensación de desmayo o de que la cabeza estuviera girando). Estos mareos son ocasionados por deshidratación, golpe de calor, estado hipoglucémico (baja del nivel de glucosa en sangre), presión arterial elevada o baja presión, infección en los oídos, desnutrición, desgaste o deterioro visual, así como la pérdida de la masa muscular en un tercio de su reserva original al llegar a los 65 años.

 Las partes del cuerpo que resultan más afectadas al recibir un golpe por una caída son las manos, glúteos, cabeza, rodillas y brazos. Las consecuencias en el adulto mayor no solo se limitan a las lesiones físicas, sino también hay afectación a nivel psicológico y social.

 Las caídas en el anciano son un marcador de fragilidad y pueden ser predictores de muerte.  Se han descrito como factores de mal pronóstico que incrementan la mortalidad:


 


LA EDAD. A MAYOR EDAD, MAYOR MORTALIDAD


Permanencia durante un periodo prolongado en el suelo, debido a las consecuencias que puede tener como hipotermia, deshidratación e infecciones, entre otras.

Ser mujer.
Padecimiento de varias enfermedades.
Polimedicación: Consumo de varios medicamentos, lo que usual en la vejez.
 
La consecuencia más frecuente a nivel psicológico se conoce como el síndrome post-caída. Se trata de cambios en el comportamiento y actitudes de la persona que ha sufrido una caída, como vergüenza y aislamiento social.

El síndrome postcaída propicia además miedo a padecer una nueva caída, por lo que el adulto mayor incurre en pérdida de confianza para desarrollar una actividad por el temor a caerse, lo cual eventualmente conlleva a una disminución de la movilidad y de la capacidad funcional, reduciendo la actividad de las personas ancianas. Este síndrome comúnmente aparece en mujeres y sujetos más frágiles. Se estima que pueden llegar a padecerlo hasta 50 por ciento de los ancianos con reiteradas caídas.


APOYO
 
Técnica para levantarse tras una caída.
 Tranquilícese y concéntrese en rodar, gire la cabeza en la dirección que va a rodar y aproxime el brazo y la rodilla juntos.

 Apóyese sobre los brazos hasta colocarse a cuatro patas y gatee hasta la silla más estable y cercana o hasta la taza del baño.
 Coloque las manos sobre la silla, luego levante una pierna (la más fuerte). Si está agotado, puede descansar en esta posición.
 Tome impulso sobre la pierna y sobre las manos, tirando sobre sí mismo, para sentarse en la silla.




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