Los conjurados
Ricardo Sigala
Escucho “2+2=5”, la canción de la banda británica
Radiohead. Sí, el título de la canción es extraño, ilógico, pero no es sólo eso
lo que me llama la atención. Me gustan las canciones que dialogan con otras
canciones, con el cine o con la literatura, y este es uno de esos casos.
“2+2=5”, recuerda al filósofo británico Bertrand Russel, él usó esta expresión
para ejemplificar cómo cualquier conclusión puede derivar de una proposición
contradictoria. Pero también el “2+2=5” me hace pensar en el novelista George
Orwell, en su popular libro 1984. En
la novela, Orwell usa la expresión como ejemplo de los dogmas impuestos por el
Gran Hermano (Big Brother). En esta sociedad imaginaria existe un Ministerio (o
secretaría de Estado) de la Verdad y es justamente el Estado quien establece
qué es verdad sin importar qué tan ilógica resulte. De hecho, en la tercera
parte del libro un torturador alecciona al protagonista asegurando que no sólo “2+2=5”,
sino que a veces es 3, y en ocasiones es 4, 5 y 3 simultáneamente.
El
protagonista de la canción de Radiohead se pregunta si es tan soñador como para
cambiar el mundo, pero ante la realidad que lo acosa decide quedarse para
siempre encerrado en su casa y aceptar que “2+2=5”. Todas las canciones del
álbum Hail to the thief tienen un
nombre alternativo, en el caso de “2+2=5” se trata de “The Lukewarm”, que se
traduce como tibio, indiferente, desinteresado, poco entusiasta. Thom Yorke,
declaró que ese título alternativo tiene relación con la obra de Dante
Alighieri. Y en efecto, la Divnina
comedia tiene un lugar para los lukewarm o los tibios, el vestíbulo del
infierno albera a aquellos “que vivieron sin merecer alabanza ni vituperio”,
“que no fueron rebeldes ni fieles”, los “que sólo vivieron para sí”. El castigo
que se le impone a estos pecadores de la indiferencia es un dolor que los hace
lamentarse eternamente porque su vida fue inútil y nadie los recuerda ni los
recordará nunca, además agrega Dante, “estos no esperan morir, y su ceguera es
tanta, que se muestran envidiosos de cualquier otra suerte”.
Esto
quizás explica por qué el sujeto de la canción se encierra en su casa para
siempre, eternamente, “forever”, quizás él se encunetra ya en el vestíbulo del
infierno. En la tercera estrofa agrega: “Es el estilo del diablo y no hay
escapatoria, puedes gritar y puedes chillar, pero ahora es demasiado tarde”.
Esto también explica y justifica los gritos y reclamos cierran la canción.
Escucho
“2 +2=5” de Radiohead y hago un recorrido por la cultura occidental, de la
distopía de 1984 y su sociedad
controlada al infierno que le proporciona Dante a los que no se comprometen con
causa alguna, pasando por la lógica matemática de Bertrand Russel. He dicho en alguna
otra parte que yo llegué a la literatura por el camino del rock. Una canción
también es un camino.
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