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martes, 25 de junio de 2019

Las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo frente al modelo de economía participativa


Martín González


Hay novedades en las teorías económicas. Tal es el caso de PARECON (Participatory Economics) o “Economía Participativa”. Teoría económica audaz e innovadora –elaborada por los intelectuales estadounidenses Michael Albert y Robin Hahnel- que apunta a reemplazar la competencia y desigualdad en el campo económico, con la cooperación igualitaria. Por eso también esta teoría incumbe a las 155 Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo de México (SOCAP) que, al implementarla, harían avanzar los principios cooperativos número 2 y 7: Gestión democrática por parte de los asociados, e interés o preocupación por la comunidad. La Alianza Cooperativa Internacional (ACI) así explica los dos principios: Las cooperativas son organizaciones gestionadas democráticamente por sus asociados, los cuales participan activamente en la toma de decisiones. Y al mismo tiempo que se centran en las necesidades y deseos de sus asociados, las cooperativas trabajan para conseguir el desarrollo sostenido de sus comunidades. Esto sin contravenir el marco jurídico nacional que las legisla, por medio de la Ley General de Sociedades Cooperativas, la Ley de Ahorro y Crédito Popular y las Reglas Prudenciales de funcionamiento.




            La Economía Participativa es una economía alternativa o una nueva visión económica. Son cuatro valores principales que la sustentan: 1.
Solidaridad, significa que la economía debería hacer que la gente se preocupe por el bienestar de los demás en vez de excluirlos o pisotearlos. 2. Diversidad, porque la economía debería brindar múltiples opciones, en vez de ofrecer soluciones únicas. 3. Equidad, la economía debería dar a la gente un salario en proporción al esfuerzo y al sacrificio que realiza en un trabajo socialmente útil, en vez de depender de los bienes que se posea, el poder en la negociación o la productividad. 4. Autogestión, significa que los trabajadores y los consumidores deberían tener influencia en las decisiones acerca de la producción, la asignación de recursos y el consumo, con un nivel de influencia proporcional al impacto relativo de éstas decisiones sobre sus vidas; en lugar de que algunos posean la capacidad de tomar decisiones y otros simplemente reciban las órdenes.

            La organización específica o las instancias que harían realidad esos valores también son cuatro:

1.       “Consejos de Productores” y “Consejos de Consumidores”, quienes tomarán las decisiones en torno a los productos y servicios que mejor respondan a las verdaderas necesidades y condiciones de los asociados y la comunidad. Superando así la división de trabajo 20/80 entre diseñadores y trabajadores, además de la distancia de la necesidad de los consumidores. Reduciendo también los gastos y desperdicios e incrementando la eficacia económica.

2.       “Planificación participativa”. En asambleas de barrio, ciudad, región y federación, se toman y coordinan las decisiones que afectan a cada nivel, uniendo propuestas y resolviendo los conflictos que puedan surgir de las diferentes preferencias. Las asambleas intentarán enlazar repetidas veces la oferta, la demanda y la asignación igualitaria de recursos; haciéndoles modificar sus propuestas a los agentes, hasta que lleguen a una “cesta de consumo mínimo común” para determinado plan anual.

3.       “Combinaciones equilibradas de empleo”. El modelo de la Economía Participativa no aboga por la especialización, que supone la existencia de personas con mayor capacitación para obtener información y habilidades, sino para que cada persona realice una pluralidad de tareas y se promueva la rotación en el lugar de trabajo, mediante “complejos de trabajo equilibrado”. Cada uno tiene una serie de tareas, por supuesto adecuadas según la capacidad e inclinación, cuyo poder de influencia total es igual al de todos los demás. Aprovechando así las potencias, las habilidades y capacidades del 80 por ciento de los trabajadores que comúnmente son suprimidos por la socialización, la educación y las estructuras verticales o de especialización.





4.       “Remuneración proporcional al esfuerzo y duración del trabajo socialmente útil” y la asignación de recursos a través de una negociación conjunta, más que mediante órdenes centralizadas autoritarias, la simple productividad o la competencia feroz entre el personal o departamentos. Robin Hahnel explica que “se remunera a los trabajadores según su esfuerzo; esto se decide por los propios trabajadores dentro del consejo, en función, por ejemplo de las horas trabajadas”.

El Comité Científico Internacional del Pio Manzu Center reconoció que la nueva teoría económica de los académicos Michael Albert y Robin Hahnel constituye el desafío más poderoso y totalmente articulado para los modelos actuales de pensamiento socioeconómico, y que su mérito sobresaliente reside en el hecho de que han indicado una nueva autopista importante en la organización económica como propuesta factible.

Entonces, recreando e instaurando esas instancias y valores del modelo de Economía Participativa, las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo mexicanas (SOCAP) se posicionarían aún más como “empresas centradas en las personas, que se caracterizan por un control democrático que da prioridad al desarrollo humano y social en el lugar de trabajo” según lo establecido por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI). Y ejemplificarían lo asentado este año por el Presidente de la misma ACI, Ariel Guarco: “Las cooperativas ayudan a preservar el empleo y a promover el trabajo decente en todas las ramas de la economía. A través de la participación, los miembros de las cooperativas tienen una motivación para cambiar sus vidas, sus comunidades y el mundo”. Los empleos en las cooperativas tienden a ser más sostenibles al paso del tiempo; la diferencia salarial en los puestos de mayor y menor responsabilidad es menor que en otras empresas; y suelen estar más distribuidos entre las áreas rurales y urbanas. “Las cooperativas son un gran laboratorio que experimenta con formas de trabajo innovadoras y sostenibles así como relaciones laborales dentro de la empresa que requieren de una continua creatividad e innovación”, testifica la organización internacional de las Cooperativas en la Industria y Servicios, CICOPA). A propósito de este punto, en consonancia con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), este próximo sábado 6 de julio de 2019 se conmemorará el Día Internacional de las Cooperativas –donde se ubican las de ahorro y crédito- bajo el lema “Cooperativas por un trabajo digno”.


*martinglez.lz55@gmail.com



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