>Entrevista
a José Luis Vivar.
Milton
Iván Peralta
El Volcán/Guzmán
El Volcán/Guzmán
De José Luis Vivar podemos decir
que es un escritor originario del puerto de Veracruz, pero desde hace más de
veinticinco años reside en Ciudad Guzmán, Jalisco. Es odontólogo y maestro de
nivel superior, pero también se dedica a la realización cinematográfica, y
durante un tiempo fue guitarrista de varios grupos musicales. Cultiva el género
de la novela y el relato; y entre sus libros se encuentran: Dankard, Doncella
del Palacio, Lipstick Tequila, Niña Translúcida y Barcos de Lejana Memoria.
¿Cuál
es el libro que lo inició como lector?
A los
12 años: Isabel viendo Llover en Macondo, de Gabriel
García Márquez.
¿Y cuál
es el libro que lo motivó para ser escritor?
La Guerra del Fin del Mundo, de Mario Vargas Llosa.
Siempre
me lavo las manos, como si se tratara de una sesión clínica. Me siento incómodo
si no lo hago.
¿Y
alguna manía mientras escribe?
Sobre
mi escritorio hay un par de delfines que están sobre una base movible, los
cuales balanceo. Cuando escribo fuera de casa, utilizo un carrito De Lorean, de
Volver al Futuro, que desplazo hacia adelante y hacia atrás. Todo eso lo hago,
cuando me faltan las palabras para completar alguna oración.
¿Escribe
a mano o en computadora?
Para
cada proyecto literario utilizo una libreta donde hago apuntes, trazo rutas,
plasmo dibujos y esbozo personajes. Pero para escribir utilizo la computadora,
desde el inicio hasta el final.
¿Cuál
es su héroe favorito de la ficción literaria?
Philip Marlowe, de Raymond Chandler.
¿Y de
los comics?
Superman.
¿Cuál
es el personaje más ha admirado en la vida real y por qué?
Thomas
Alva Edison, por ser un gran autodidacta.
¿En
cuál época le hubiera gustado vivir?
Década
de los treinta del siglo XX, y en la ciudad de México.
De no
haber sido lo qué es, ¿Qué otra vida le hubiera gustado vivir?
Tal vez
trabajar como arqueólogo en el Templo Mayor, porque esa fue mi primera vocación
profesional, la cual por falta de apoyo de mis padres descarté para irme a
estudiar Odontología.
¿Tiene
usted alguna excentricidad?
Sí, mi
colección de películas; suman más de mil.
¿Cuál
es el defecto ajeno que no soporta?
La
soberbia.
¿Y cuál
es la virtud que admira en la gente?
La
empatía.
¿Cuáles
son sus pasiones?
La
música, la literatura y el cine.
Su
lugar favorito es
Mi
estudio.
Cómo
escritor, ¿con qué animal se identifica?
Con un
lobo. Por solitario.
¿Mascota
preferida?
Un
conejo blanco.
¿Cuál
es el libro que le habría gustado escribir?
Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury.
¿Y qué
libro jamás se hubiera atrevido a escribir?
Cualquiera
de motivación o autoayuda.
¿Entre
la ficción y la realidad, cuál define mejor al mundo en que vivimos?
La
ficción siempre será eclipsada por la realidad.
Siempre
me ha gustado escribir por las mañanas y hasta el mediodía. Las tardes son para
leer, salir a pasear, y platicar con los amigos. Las noches son para ver
películas.
¿Qué placer
estético disfruta más?
El
cine, siempre el cine.
¿Cómo
se podría definir?
Pienso
que soy una persona abierta, optimista y que mantiene viva su capacidad de
asombro.
Como
escritor, ¿cree usted en la inspiración diaria?
No, no
creo. La inspiración es el chispazo inicial de un proyecto. Nada más. De ahí en
adelante todo es disciplina y trabajo que pueden extenderse por varios meses o
incluso años.
En
Veracruz, además de su profesión de Odontólogo, usted se dedicaba a la docencia
y participaba en agrupaciones musicales. Sin embargo, en Ciudad Guzmán se ha dedicado
más a la docencia, a la literatura y al cine. ¿Es correcto?
Así es.
Creo que en Veracruz de alguna forma se quedó una parte del dentista y del músico.
Y aquí en Jalisco predominan el maestro, el escritor y el cinéfilo.
¿Siempre
ha sido así de inquieto?
Toda mi
vida. Soy multidimensional; no podría dedicarme exclusivamente a una sola
actividad.
¿Existe
alguna frase que orienta su vida?
Sí: “Cuanto
más haces, más eres” Anónimo.
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