Víctor
Hugo Prado
De
acuerdo con la infografía del gobierno federal en su página de Internet, la
Beca Benito Juárez busca garantizar el derecho a la educación de niñas, niños, adolescentes
y jóvenes de escasos recursos económicos para que se inscriban, permanezcan y
concluyan sus estudios en las escuelas públicas del país.
En su modalidad de Educación
Media Superior va dirigida a estudiantes de escasos recursos económicos de
entre 14 y 21 años de edad para que continúen sus estudios. Para tener
acceso a ella, los requisitos fueron muy simples: la edad, que los estudiantes
hayan estado matriculados y vigentes en escuelas públicas de modalidad
escolarizada, no ser beneficiario de otra beca de tipo educativo que otorgue el
gobierno federal y haber sido censados por personal que colabora con el
gobierno. Por ello se les otorgan $ 800 pesos mensuales, que ya son
entregados al beneficiario de manera bimestral, es decir $1600 pesos.
Si el objetivo es que los jóvenes de
entre 14 y 21 años se inscriban, permanezcan y concluyan sus estudios en las
escuelas públicas del país, suena bien, hasta parece bien. No estoy seguro si a
mediano o largo plazo es la mejor decisión. El propio gobierno federal a través
de la Secretaría de Educación y con el concurso de organismos independientes
deberían medir los impactos de la medida. No me refiero solo al económico y a
su costo de oportunidad, puesto que aplicar recursos económicos para dárselos a
una persona implica dejar de gastar en otras, en otros servicios: por ejemplo,
en la misma educación en la mejora de las condiciones de los profesores, en
infraestructura, conectividad, seguridad, entre otros. Me refiero también al
beneficio educativo y social de la beca, si se mejoran los indicadores de
ingreso y permanencia, de aprovechamiento escolar, de eficiencia terminal, de
competitividad académica o de reducción de la pobreza. De no mejorarse
será dinero tirado.
Concuerdo en que hay regiones del
país incluso aquí en Jalisco que por sus condiciones de pobreza existe la
necesidad imperativa de la beca, en esos supuestos hay que apoyarlos, sin duda.
Pero por su universalidad también le ha llegado a quien no la necesita, a quien
tiene garantizado casa, vestido, sustento, transporte escolar y materiales
educativos. Hubiera sido preferible que con esos recursos se le hubiera
apostado a la enseñanza del inglés en las escuelas. A la creación de centros de
emprendedores.
En generar proyectos de cooperativa escolar para obtener
rendimientos de actividades productivas. Bien enseña un viejo proverbio chino
con enorme parecido a uno bíblico: "Regala un pescado a un hombre y le
darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de
su vida".
*Director
de Educación Media Superior de la Secretaría de Educación Jalisco.
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