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lunes, 6 de mayo de 2019

Cuando aprender tiene sentido para los alumnos







Martha Catalina Alvarez Godoy


El individuo desde pequeño se las ingenia para manifestar principalmente a los padres de familia a través de conductas y juegos específicos, gustos, disgustos, preferencias o aspiraciones en torno a lo que quiere ser de mayor. El ambiente de casa puede ser la fuente que lo alimente, inspire e impulse a buscar tales sueños; al proveer los cuidados, atención, medios y recursos necesarios para estimular el aprendizaje de los niños, curiosidad por descubrir más allá de lo que ven, oyen, creen, desarrollará sin duda las capacidades personales de cada uno de los hijos.

También ocurre lo contrario, existen hogares en los que pese a tener lo necesario para vivir dignamente, se carece de expectativas y visión de futuro por parte de los papás, para motivar y enseñar a los niños desde esta primera institución formadora que es la familia. A poner empeño en las encomiendas asignadas; hacer lo que se requiere de su parte para alcanzar las metas personales y familiares. Como cuidar su persona, valerse por sí mismos, esforzarse cuando parece difícil, estudiar y aprender en los contextos educativos como segunda propuesta formativa durante las siguientes etapas de su vida.

Se observa que cuando los padres de familia y docentes aplican la forma coercitiva o el deber ser para que los hijos y alumnos realicen labores doméstico – escolares; generalmente la respuesta de estos es de renuencia porque no tienen elección, resultando desagradable y obligatorio por tener que cumplir con lo que se les pide.

Sería más placentero, si se clarifica a los niños el por qué y para qué de las acciones específicas y actividades propuestas no sólo para el abordaje de los contenidos establecidos; sino en todas aquellas tareas que le ayudarán a ser más autónomo cada día, explicar también, lo que se espera por su parte como actor principal del proceso de aprendizaje, así como del compromiso compartido entre los papás y docentes.  

            Se espera que, al aprender, desarrolle tanto las habilidades emocionales como las intelectuales para saber, hacer y aplicar lo aprendido de los temas asimilados por interés personal y como parte de un programa de estudio. Evidentemente que la participación, realización y el aprendizaje tendrá más sentido para los escolares si como padres de familia y docentes promueven en sus prácticas este elemento para el aprendizaje.










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