Oswaldo
Ramos
En
la actualidad existen condiciones para que los ciudadanos participen en un
proceso electoral sin ser parte de un partido político, que de manera libre
puedan expresar su opinión, pero sobre todo que puedan echar a andar los
mecanismos de participación ciudadana. Lo anterior abona para que el
funcionamiento del sistema político ya no dependa en su totalidad de los
partidos políticos, pues ahora los ciudadanos por precepto legal tienen la
posibilidad de convertiste en actores fundamentales para incidir en temas de
interés nacional.
La
consulta popular es un mecanismo de participación con el que los ciudadanos
pueden opinar sobre uno o varios temas, es una herramienta que sirve para
disminuir el protagonismo de los partidos políticos además de generar
escenarios de consenso, pluralidad y condiciones para revertir políticas que
afecten a determinados sectores de la sociedad.
El
panorama actual de las consultas popular en nuestro país no es claro, principalmente
porque en la mayoría de los Estados la ley no es específica. Por ejemplo, en el
Estado de Nayarit la ley contempla esta figura, sin embargo, no menciona cuales
son los requisitos para solicitarla; en Jalisco si bien es cierto que no
existen muchas restricciones legales para que los ciudadanos puedan
solicitarla, los resultados que deriven de la misma no son de carácter
vinculante. En casos como el de Hidalgo y Tamaulipas, la ley indica que será
vinculante siempre y cuando haya por lo menos un 40% de participación de los
ciudadanos inscritos en la lista nominal.
Los
datos expuestos anteriormente son motivo de reflexión considerando que la
consulta popular no ha tenido la trascendencia deseada en los hechos para
desencadenar verdaderos cambios emanados de la participación ciudadana activa.
En
este momento la exigencia de los ciudadanos debe decantarse por la homologación
de las leyes estatales con la Ley General de Consulta Popular. La apertura y
democratización de nuestro sistema político depende de cómo se legisle en los
Estados para que las personas estén en condiciones de expresar su opinión sobre
las formas de gobierno y el rumbo que quieran darle a la sociedad.
De
ninguna manera se debe postergar la posibilidad de que los ciudadanos sean
parte de la agenda política, la democracia vista desde la perspectiva de
asociacionismo es fundamental para que exista un dialogo plural e incluyente
entre todos los ciudadanos. Con este mecanismo se abona a la democracia formal,
como también a la consolidación de un sistema político que fortalecerá la
capacidad de los ciudadanos para ganar especio en la agenda pública, de tal
modo que puedan expresar su opinión y a la vez controlar al gobierno en sus
acciones.
Para
que la participación ciudadana no se limite a los procesos electorales se debe
considerar como fundamental el debate hacia una reforma general, porque además
de las homologaciones de las leyes locales a la federal se debe expresar la
voluntad política de todos los actores para que en los hechos el precepto
fundamental de la figura de consulta popular sea una realidad.
La
voluntad del pueblo debe ir más allá de un proceso electoral. Es innegable que
por medio de este mecanismo pendremos tener gobiernos más abiertos, pero, sobre
todo, la posibilidad de que haya procesos políticos más plurales.
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