Los conjurados
Ricardo Sigala
Ya no recuerdo cuándo lo conocí, pero lo más seguro es
que haya sido en Letras Hispánicas del Centro Universitario de Ciencias
Sociales y Humanidades en Guadalajara, quizás él estaba vendiendo libros usados
o artesanías. No recuerdo cuándo lo conocí, pero sí cuándo lo vi por primera
vez en Ciudad Guzmán. Debió de haber sido por los años 2008 o 2009, él había
venido a vivir al sur de Jalisco y quería terminar la carrera de Letras en el
CUSur, hizo su trámite de ingreso y recurrió a mí para hacer la revalidación de
materias, yo entonces era coordinador de la carrera. Tengo muy claro que en esa
ocasión nos saludamos como si fuéramos viejos amigos.
Luego
fue verlo batallar cotidianamente, verlo vender artesanías que él mismo
elaboraba, fue verlo promover iniciativas culturales de todo tipo, ir
terminando de a poco su carrera universitaria, conformar una familia y ser
padre, ir construyendo una red de amigos fuertemente solidaria.
Hablo
de Alan Arenas, quien en la última década en Zapotlán ha realizado una serie de
acciones que le han ubicado como un protagonista de la cultura regional. En el
plano editorial gestó las revistas Esculturarte,
Síncopa y la editorial Serpiente de papel. En la radio ha
participado con cápsulas de divulgación bajo el nombre EsCulturarte y en el programa En
el camino andamos. Ha sido colaborador de varios medios de comunicación
como Diario El Volcán. Ha sido
profesor de educación básica en diversas escuelas locales y gestor cultural. En
los últimos tiempos ha destacado como narrador oral, sus sesiones de
cuentacuentos se han realizado con éxito en diversas partes del país y forma
parte de una red internacional de cuenteros.
Los años recientes
han sido en verdad prolijos para Alan Arenas, pues además de graduarse como
licendiado en Letras Hispánicas se consolidó como narrador oral, hoy su
prestigio va más allá de las fornteras del sur de Jalisco. Como editor publicó Dar a luz, el icónico primer libro de
Alejandro von Düben, y el año pasado lanzó la colección Náufragos de la palabra para promover al colectivo homónimo, que a
la fecha lleva dos títulos que incluyen obra de cuatro autores. En 2017 Alan
Arenas ganó los Juegos Florales de Zapotlán el Grande, el más importante certamen de poesía de la
región, y ahora en 2019 ha obtenido el primer lugar en el cuncurso de cuento
“Un pueblo en la llanura” que desde hace trece años organiza el ayuntamiento de
San Gabriel.
El
viernes 17 de mayo Alan Arenas recibió su premio en una ceremonia solemne en la
Casa de la Cultura de San Gabriel, ahí estuvieron también el autlense Carlos
Preciado, quien obtuvo el segundo lugar, y la zapotlense Itzel Belén Magaña,
quien consiguió el tercer lugar y es también estudiante de Letras Hispánicas
del CUSur.
Resulta
innegable, Alan Arenas es un ente importante de nuestra cultura, pero además es
un ciudadano en el más amplio sentido de la palabra, una individuo sensible y
comprometido con la causas justas, con la ecología, con la responsabilidad
social: un activista incansable. Felicidades a Alan Arenas por este nuevo
reconocimiento a su labor.
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