Un momento por favor
J.
Jesús Juárez Martín
Hablar
de la Semana Santa, de la Pascua, ha cobrado un significado actual de
vacaciones y antaño eran de pensamientos religiosos, de luto, por el
sufrimiento, crucifixión, muerte de Jesús; y de gozo por su resurrección gloriosa;
misterios de fe que cambiaban los comportamientos ordinarios a reverentes y
respetuosos, no se escuchaba música estridente, tal vez la clásica ceremonial
religiosa, las conductas en general se moderaban respetuosas hacia el Creador y
ante la comunidad. Después del Concilio Vaticano II, se estableció que la
celebración de la Resurrección se haría a partir de la primera hora del domingo,
ajustándose a la profecía de su Resurrección y el sábado, llamado de gloria, no
tenía congruencia porque la gloria se abría después de la Resurrección.
Las
costumbres de “la quema de Judas” o las quemas, porque siempre eran varios
personajes de la localidad que el pueblo disfrutaba verlos que se quemarán y
tronaran con cada cuete y luces que los consumían, representando a alguien que
no cumplía con sus responsabilidades ante el pueblo o su trato desacertado en
su gestión gubernativa, aunque eran sumamente aceptadas, aplaudidas, por ser en
la mañana, no tenían la lucidez de la pirotecnia. Luego seguía el baño a baldazos de agua, para
todos los que pasaban o estaban en las cercanías. Actualmente en la ciudad de
México hay desde detenciones y multas excesivas por desperdicio del agua
potable. El baño ordinario, se suspendía tal vez desde el miércoles como parte
de una costumbre popular, y como el sábado, lo decíamos de gloria, ya los
catecúmenos que esperaban ser bautizados en los principios del cristianismo por
inmersión o aspersión recibían las aguas lustrales, quedando bautizados,
resumiendo, sus devociones y costumbres se entrelazaban en forma festiva en el
sábado de gloria y todos contentos…
Siempre
escuché, cuando niño, que cuando de los ranchos se iba al pueblo en los años
pasados para los oficios del jueves y viernes Santo y las personas llegaban a
caballo, al entrar al pueblo, bajaban de su caballo o montura como respeto y
señal de duelo en estos días y las espuelas se las quitaban para no hacer ruido
en su ingreso a la población. Las mujeres vestían de negro y con faldas al
menos a media pierna o hasta el tobillo, se cubrían la cabeza con rebozo o
pañoleta negra y grande.
Don
Agustín Yáñez, en su novela “Al Filo del Agua”, describe la Semana Santa en
Yahualica en forma estupenda para comprender nuestras costumbres y nuestros
ancestros de los Altos de Jalisco.
Al
correr esta semana de Pascua en ese ambiente de descanso, asueto, muchas
familias continúan su periodo de vacaciones, o las toman en esta semana
alegremente y en familia. Muchas otras ya regresaron a sus actividades
ordinarias, empleados, obreros, profesionistas aunque los escolares no tengan clases,
y cuentan cómo se escapa el tiempo de lo que consideran renovador, merecido y
aunque se hayan tenido algunos tropiezos dificultades y contratiempos, que no
hayan sido graves, valoran con toda satisfacción “Ya lo merecíamos“, aunque
hayan tenido menos espacio, comodidades para sus actividades que en su propio
domicilio, y menos y filosóficamente con
sonrisa a flor de labios vengan declaraciones como “Cambiar de martirio,
es descansar” por eso considero que las “Vacaciones son mágicas”, porque todo
lo anima la actitud positiva, ahora que si todo fue como se deseaba,
simplemente fueron unas vacaciones maravillosas y mágicas y ya empiezan la
cuenta para el siguiente periodo vacacional.
Felices Pascuas de Resurrección, ahora que si usted no tiene este
sentimiento religioso: ¡Felicidades!
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