>Hábitos saludables desde temprana
edad, disminuyen la posibilidad de sufrir este padecimiento crónico.
El Volcán/SSJ
La Insuficiencia Renal Crónica (IRC) es una enfermedad con alto costo social y
económico, tanto para quien la padece como para la familia y las instituciones;
sin embargo, es un padecimiento que se puede prevenir o detectar antes de que
cause mayor daño. Por ello, la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) enfatiza la
importancia de seguir ciertos hábitos y cuidados preventivos.
De acuerdo con
especialistas del Consejo Estatal de Trasplantes de Órganos y Tejidos de
Jalisco (CETOT), las causas para desarrollar IRC son diversas, algunas
adquiridas y pueden prevenirse; otras son congénitas e incluso detectables
desde el embarazo y en los primeros años de vida.
La primer causa de
enfermedad renal en los niños, que representa hasta un 33 por ciento del total
de los casos, es la malformación del tracto urinario o la displasia (desarrollo
anormal del tejido renal) que se registra entre el segundo y tercer mes del
embarazo. El ultrasonido obstétrico a la semana 20 de gestación ayuda a
detectar la deformidad y una vez que el bebé nace debe ser atendido por un
especialista urólogo pediatra o nefrólogo, esta acción temprana puede disminuir
la posibilidad de progreso a falla renal terminal.
La segunda causa de daño
renal son las enfermedades primarias o hereditarias del riñón, las cuales se
presentarán en la etapa de preescolar y escolar, en algunas ocasiones no
presentan síntomas, y la forma de detectarlas es en un examen general de orina
o la toma de presión arterial.
No menos importante como
causa de IRC es el abuso de fármacos, especialmente medicamentos
antiinflamatorios, que ocasionan cambios en la circulación renal, lo que
impacta directamente debido a la baja oxigenación en los riñones y de ser
repetitivo genera daño crónico. De ahí la importancia de no automedicar a los
menores de edad y ante la sospecha de cualquier enfermedad acudir al pediatra o
médico general para que sea quien prescriba el tratamiento adecuado.
La enfermedad renal es
silenciosa, por lo que se recomienda realizar al nacimiento un examen general
de orina, la medición de una creatinina y un ultrasonido renal, y con ello
constatar la función renal normal.
Es importante repetir a
los tres años los estudios de creatinina y el examen general de orina, si éstos
estuvieran alterados, el pediatra o médico general debe enviar al niño con el
especialista, lo que permitirá una intervención temprana de la enfermedad con
un diagnóstico y tratamiento oportuno.
Por todo esto se debe
vigilar al niño y ante síntomas como escapes urinarios nocturnos, necesidad muy
alta de tomar agua, orinar demasiado, orina demasiado espumosa, infección
urinaria o fiebres no determinadas, así como retraso o detención del
crecimiento, acudir a consulta, pues podrían ser indicativos de alguna
enfermedad urológica o renal.
En el curso se abordarán
tópicos como: “La obesidad y el daño renal”, impartido por jefe de Nefrología
del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO)
del IMSS,. Benjamín Gómez Navarro y “Falla renal aguda en niños”, cuya ponente
es la nefróloga pediatra adscrita a la Unidad de Quemados del CMNO, Dulce
Zaragoza Beltrán, entre otros.
A enero de 2019 existe una lista de
espera de riñón de 32 menores de edad (niños y adolescentes hasta 18 años).
En el 2018 se realizaron cinco
trasplantes de riñón a niños provenientes de donador cadavérico.
En el 2018 un total de 26 niños
recibieron un riñón de donador vivo.
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