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lunes, 25 de marzo de 2019

La enfermedad renal puede ser detectable desde el embarazo






>Hábitos saludables desde temprana edad, disminuyen la posibilidad de sufrir este padecimiento crónico.




El Volcán/SSJ

 
La Insuficiencia Renal Crónica (IRC) es una enfermedad con alto costo social y económico, tanto para quien la padece como para la familia y las instituciones; sin embargo, es un padecimiento que se puede prevenir o detectar antes de que cause mayor daño. Por ello, la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) enfatiza la importancia de seguir ciertos hábitos y cuidados preventivos.

            De acuerdo con especialistas del Consejo Estatal de Trasplantes de Órganos y Tejidos de Jalisco (CETOT), las causas para desarrollar IRC son diversas, algunas adquiridas y pueden prevenirse; otras son congénitas e incluso detectables desde el embarazo y en los primeros años de vida.

            La primer causa de enfermedad renal en los niños, que representa hasta un 33 por ciento del total de los casos, es la malformación del tracto urinario o la displasia (desarrollo anormal del tejido renal) que se registra entre el segundo y tercer mes del embarazo. El ultrasonido obstétrico a la semana 20 de gestación ayuda a detectar la deformidad y una vez que el bebé nace debe ser atendido por un especialista urólogo pediatra o nefrólogo, esta acción temprana puede disminuir la posibilidad de progreso a falla renal terminal.

            La segunda causa de daño renal son las enfermedades primarias o hereditarias del riñón, las cuales se presentarán en la etapa de preescolar y escolar, en algunas ocasiones no presentan síntomas, y la forma de detectarlas es en un examen general de orina o la toma de presión arterial.

            No menos importante como causa de IRC es el abuso de fármacos, especialmente medicamentos antiinflamatorios, que ocasionan cambios en la circulación renal, lo que impacta directamente debido a la baja oxigenación en los riñones y de ser repetitivo genera daño crónico. De ahí la importancia de no automedicar a los menores de edad y ante la sospecha de cualquier enfermedad acudir al pediatra o médico general para que sea quien prescriba el tratamiento adecuado.

            La enfermedad renal es silenciosa, por lo que se recomienda realizar al nacimiento un examen general de orina, la medición de una creatinina y un ultrasonido renal, y con ello constatar la función renal normal.

            Es importante repetir a los tres años los estudios de creatinina y el examen general de orina, si éstos estuvieran alterados, el pediatra o médico general debe enviar al niño con el especialista, lo que permitirá una intervención temprana de la enfermedad con un diagnóstico y tratamiento oportuno.

            Por todo esto se debe vigilar al niño y ante síntomas como escapes urinarios nocturnos, necesidad muy alta de tomar agua, orinar demasiado, orina demasiado espumosa, infección urinaria o fiebres no determinadas, así como retraso o detención del crecimiento, acudir a consulta, pues podrían ser indicativos de alguna enfermedad urológica o renal.
           
            En el curso se abordarán tópicos como: “La obesidad y el daño renal”, impartido por jefe de Nefrología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO) del IMSS,. Benjamín Gómez Navarro y “Falla renal aguda en niños”, cuya ponente es la nefróloga pediatra adscrita a la Unidad de Quemados del CMNO, Dulce Zaragoza Beltrán, entre otros.
 
EL DATO


A enero de 2019 existe una lista de espera de riñón de 32 menores de edad (niños y adolescentes hasta 18 años).
En el 2018 se realizaron cinco trasplantes de riñón a niños provenientes de donador cadavérico.
En el 2018 un total de 26 niños recibieron un riñón de donador vivo.


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