*L.E.P. Sandra Guadalupe Cueto López
La
escucha activa es una habilidad que desarrolla la capacidad de empatía hacia
los demás, esto significa que aprendemos a ponernos en el lugar del otro cuando
habla, y no sólo oír lo que nos dice sino y lo más importante, imaginar cómo se
siente; es la capacidad de hacer que la otra persona sienta que reconocemos sus
sentimientos y respetamos sus motivos.
La
escucha activa es la única forma de conectar con nuestros hijos y de entrar en
su mundo. Nos permite comprenderlo y acceder a esa personalidad que se está
formando. Nos ayuda a transmitirles que los comprendemos y los respetamos.
Facilita que se sientan con más confianza al ser escuchados.
A veces
los padres no conseguimos descubrir los deseos o necesidades de nuestros hijos,
no les prestamos el tiempo suficiente para escuchar u observar que es lo que
necesitan, por lo que intentamos compensar con interrogatorios que de ningún
modo transmiten a los hijos que se ha comprendido sus necesidades,
sentimientos, emociones o preocupaciones.
Uno
de los aspectos más importantes que tenemos que cuidar en la familia es la
comunicación entre padres e hijos para llevarla a cabo una manera eficaz, ya
que es fundamental no sólo para notificar y transmitir información de manera adecuada,
sino que, además hay que saber escuchar.
Escuchar
a nuestros hijos, ya que en muchas ocasiones sólo comenzamos a hablar y
preguntar constantemente sobre cómo les fue en la escuela, cómo han estado, qué
han hecho, qué tarea tienen, a dónde han ido, con quién, etc., o solamente les
contamos cosas que nos pasan, que nos
preocupan o nos interesan sin dedicar tiempo a ellos y a escucharles; solemos
prestar especial atención a lo que queremos decir, pero no tanto a lo que nos
dicen.
Hablamos
de la escucha activa en familia, pero ¿cómo lograr esa comunicación con
nuestros hijos?
Actitudes básicas que se deben tener
para la escucha activa
1. Deseo de escuchar. Disponibilidad de tiempo, si no se tiene
hay que expresarlo y luego
buscarlo.
2. Deseo de ayudar, de enseñar.
3. Capacidad para aceptar los sentimientos de nuestros hijos.
4. Confianza en los hijos.
5. Ser conscientes de que los sentimientos son transitorios,
cambian.
6. Ver a nuestros hijos como un ser humano independiente de
nosotros.
Pero recuerden:
• No intenten ser padres perfectos. No existe la perfección.
• Sean padres comprometidos con su trabajo con sus hijos y que
desean hacerlo mejor posible.
El proceso de escucha activa, es una forma de atender a los
demás y, fundamentalmente a los hijos ya que produce excelentes relaciones
interpersonales y proporciona una mejor manera de comprenderlos.
*Asesora en el Centro de Actualización del Magisterio.
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