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miércoles, 27 de marzo de 2019

El juego formativo, estrategia educativa






*Mercedes Imelda Avalos Ruiz

Todas las personas que estamos involucradas en un proceso educativo nos convertimos en agentes del mismo de forma directa o indirecta, de acuerdo al papel que desempeñamos y aunado a algunos otros factores como el tiempo y la experiencia, tomamos conciencia sobre las repercusiones de nuestro desempeño y dedicación.

Cuando se crea un considerable porcentaje de valorización sobre el efecto que ocasiona nuestro quehacer educativo cotidiano nos percatamos de algo conocido para todos los inmersos en este ámbito; la elección de estrategias, dinámicas y técnicas de trabajo, ya sea en base a una metodología u otra, pero tenemos que seleccionarla. Todas ellas adquieren una importancia enorme para el logro de objetivos en nuestro espacio áulico educativo y en todos los espacios físicos que utilizamos para complementar nuestro quehacer docente. Nos permiten facilitar el alcance de nuestros propósitos, madurez de los alumnos y práctica de competencias y habilidades si dentro de esa elección está presente y constante el objetivo que pretendemos alcanzar.

Por ello, y en base a las investigaciones de muchos teóricos y de manera personal en los años que como docente he tenido la suerte de ejercer; el juego se ha convertido en mi estrategia principal y favorita de trabajo. Primero, por haber ejercido 20 años en preescolar, el nivel educativo donde “juego” es sinónimo a niño (educando) y/o viceversa y en segundo lugar porque ahora colaborando en la formación y actualización de maestros de Educación Básica, no se excluye dicha estrategia, incluso al implementarse con adultos, siempre y cuando se elija y prepare las más adecuada que tome en cuenta las características del espacio y de las personas con que se llevará a cabo.

Así que todo aquello que en un momento dado se puso en práctica en mi periodo como educadora, ahora; con sustentos teóricos más actualizados y con nuevas experiencias, enfoques y adecuaciones, reitero que el juego es la estrategia didáctica por excelencia para trabajar con los educandos, y en ello incluyo no solo a los alumnos de preescolar por sus peculiares características, sino que también entran en la dinámica de aprendizaje, socialización y diversión al mismo tiempo los que ahora acuden a cursos o talleres en los grupos que me corresponde atender en la actualidad, como son los docentes de la región, en el Centro de Actualización del Magisterio.

Por experiencia puedo decir que el juego se convierte en una estrategia formativa por excelencia si el docente del grupo sabe elegirla adecuadamente, planearla, estructurarla, adecuarla o reinventarla si eso se ocupara para que de verdad fuese más significativo el aprendizaje que se provoque en los educandos.

Ahora bien; primero es conveniente aclarar a qué nos referimos con ésa categoría preestablecida de “formativo”. Si asumimos o usamos el concepto solo en base a su acepción como tal, podemos deducir que formativo es todo aquello que da forma, que moldea, va creando estructuras. Y si lo unimos a la palabra juego resulta clara la concepción de ambas, ya que nos estaremos refiriendo al tipo de juego que aporta algo a sus participantes, permite y favorece un cambio de estructuras, proporciona un aprendizaje, va formando el carácter, se asumen conductas, reglas, posturas que poco a poco nos van formando y colaboran al desarrollo del individuo en muchos aspectos.

Es imposible querer moldear un ser humano, como en un embase a la sustancia para hacer gelatina, pero sí es factible que las influencias del medio ambiente repercutan de tal manera que provoquen un efecto. En ello nos podemos respaldar para decir que si al asistir el educando al sistema educativo formal (quizá e incluso al no formal) de manera continua, debe de trascender de alguna forma lo que dentro de ésas instituciones se maneje, y con mayor razón cuando se procura acercarlo al conocimiento por un medio más interactivo, facilitando el acceso a contenidos a través de estrategias que resultan amenas y nos permiten aprehender la información que se maneja de una forma sutil y atractiva.

Por ello es recomendado por estudiosos del proceso enseñanza-aprendizaje, que se realicen las actividades educativas con diversidad de estrategias y de manera especial para el trabajo con los niños ya que por medio del juego podemos inculcar hábitos, costumbres, valores y normas de conducta. Como jugando se aprende a leer y escribir y jugando se lleva a cabo un proceso cognitivo que facilita con su ejercicio el aprendizaje de nociones y estrategias matemáticas.

Si en nuestros tiempos de infantes nos hubiesen acercado mejor a juegos reflexivos con números, no sólo al tradicional “bebeleche”, habríamos hecho un lado ésa común aversión a ellos. Por ello la importancia de la escuela como facilitador y complemento en los intereses y necesidades del niño, ya sean vivenciales, experimentales, en un clima descontaminado y culturalmente más elevado o enriquecido que el mismo ámbito de procedencia.

Para el menor el juego es tan importante como lo es para el adulto el trabajo, por lo que se convierte en la actividad directriz por excelencia para acceder al conocimiento y exploración del mundo en el que se desarrolla. Por todo lo antes mencionado es conveniente para el formador o cualquier agente educativo utilizar el juego con una organización y estructuración específica que favorezca nuestros objetivos, se convierte en el trascendental juego formativo.

Para el adulto el juego tiene un enfoque diferente, ya que es parte del esparcimiento, recreación y ocupación de tiempo libre, así como la identificación de información de una manera amena. Pero si se visualiza desde otro punto de vista se puede detectar que es un ejercicio cerebral estupendo, nos permite mantener ágil nuestras habilidades intelectuales, con un simple juego de dominó o baraja se efectúan procesos cognitivos que evitan la pasividad del cerebro. Por todos sus beneficios, de manera personal hago una reflexión sobre este tema e insisto en sugerir al docente la implementación del juego o dinámicas como estrategia educativa.


*Asesora en el Centro de Actualización del Magisterio


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