Los conjurados
Ricardo Sigala
El pasado 15 de
marzo publiqué en mi página de facebook un brevísimo reconocimiento a Ediciones
Arlequín por su 25 aniversario. Fue una nota escueta en la que hablaba de mi relación
con la editorial tapatía, decía de la siguiente manera:
“Hace 25 años vi nacer Ediciones Arlequín, y para 2001 tuve el honor de
ingresar a su catálogo con mi libro Paraíplos
(que ya ha alcanzado tres ediciones); después en 2012 la editorial publicó Periplos. Notas para un cuaderno de viajes,
más tarde se sumaron Extraño oficio y
La cristalina superficie del silencio…”,
y terminaba felicitando a Felipe Ponce y Elizabeth Alvarado, coodirectores de
la Ediciones Arlequín.
Mucho se puede decir de Ediciones
Arlequín y su trabajo realizado durante 25 años de una labor nada fácil,
incluso temeraria, cuando se trata de invertir un capital para hacer libros, y
más aún, libros de literatura. La editorial tapatía ha construido catálogo tan
bien cuidado, que goza de una muy bien ganada reputación tanto por su calidad
editorial como por la selección de los títulos, un catálogo que se ha constuido
evitando los clichés y los lugares comunes de la literatura, dando oportunidad
a escritores alejados de las convenciones de la litertura chatarra y del
mercado fácil. Se puede decir también
que ha publicado más de 200 libros de autores mexicanos, pero también
eslovenos, catalanes, portugueses, coreanos y caboverdianos; que ha recibido en
varias ocasiones el Premio al Arte Editorial; que producen libros en papel,
versión electrónica y, recientemente en audiolibro, disponibles en diversas
plataformas de internet. Pero algo de lo que no se ha hablado mucho es sobre la
relación constante que esta editorial ha tenido con el sur de Jalisco, en
particular con Zapotlán.
Recuerdo que a principios del siglo
XXI Ediciones Arlequín se vinculó con el Taller Literario de la Casa de la Casa
de la Cultura de Ciudad Guzmán, y gracias a eso pudimos contar con la presencia
de variados escritores del ámbito nacional como César López Cuadras y Marco
Aurelio Larios, y del ámbito internacional el poeta cubano Ramón Fernández
Larrea, quien presentó su libro Cantar de
tigre ciego, y el cuentista catalán Manel Zavala, quien había publicado la
versión castellana de su libro Paella
mixta. Más recientemente el vínculo se extendió al CUSur y gracias a eso,
en los últimos tiempos se ha tenido la presencia de varios de sus autores entre
los que destacan Rafael Medina y Jorge Alberto Pérez.
Pero Arlequín no sólo ha visto en el
sur de Jalisco un mercado en el cual promover a sus autores, además ha volteado
hacia acá para publicar libros. Primero fue su edición anotada y con estudios
críticos de El ánima de Sayula. En
años recientes realizó una muy bien cuidada edición de La hija del bandido de Refugio Barragán de Toscano, y de la misma
escritora rescató Premio del bien,
castigo del mal, que goza del prestigio de ser la primera novela prublicada
en México por una mujer. Tambíen hay que agregar la edición de Zapotlán de Guillermo Jiménez. Resulta
relevante la publicación, en conjunto con el ayuntamiento, del libro La cristalina superficie del silencio,
que hace un primer intento de rescatar y documentar la historia los Juegos
Florales de Zapotlán el Grande, uno de los concursos de poesía más antiguos del
país.
La comunidad de Letras Hispáncias
del CUSur también ha sido objeto de atención por parte de Ediciones Arlequín,
en 2010 publicó el libro de cuentos Humor
para imbéciles del escritor ruso Arkadi Avérchenko, en traduciión de
Alfredo Hermosillo, profesor fundador de la carrera de Letras en el CUSur; en
2017 me invitó a prologar Zapotlán de
Guillermo Jiménez, y en 2018 Jairo Ochoa, egresado de la carrera, realizó el
estudio introductorio de El misterioso
de Mariano Meléndez Muñoz, que tiene el valor de ser la primera novela
publicada en Jalisco, y que no se había reeditada desde 1836.
Son muchos más los vículos de
Ediciones Arlequín con Letras Hispánicas del CUSur. Fue la primera empresa en
firmar un convenio de prácticas profesionales con la carrera; hace años que
trabaja en conjunto con el programa de radio Cumbres de Babel que se trasmite
por esta misma estación; fue un fuerte colaborador de EIELLZ (Encuentro
Internacional de Lingüística y Lieratura en Zapotlán), el exitoso encuentro
organizado por alumnos del CUSur el año pasado; además suele contratar a
alumnos y egresados para sus labores editoriales. Felipe Ponce, su fundador y
coeditor, fue el profesor de Diseño editorial de la primera generación de la
carrera, y en años recientes se ha vuelto a incorporar y está formando a las
que podrían ser las nuevas generaciones de editores del sur de Jalisco.
El trabajo que Ediciones Arlequín ha
realizado en sur de Jalisco como promotor de la cultura del libro es evidente,
resulta verdaderamente revelador que el mes pasado dos títulos suyos fueran los
más vendidos en la librería más importante de Ciudad Guzmán. Felicitamos a
Ediciones Arlequín por su 25 aniversario, pero también nos felicitamos a
nosotros, la comunidad literaria del sur de Jalisco, porque también nos
consideramos parte de este gran proyecto de promoción de la cultura y el libro,
porque el sur de Jalisco lee sus libros, pero además contribuye a su catálogo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario