Martha
Catalina Álvarez
“Mientras los ríos corran al mar y haya
estrellas en el cielo,
debe durar la memoria del beneficio recibido,
en la mente del hombre agradecido”.
Virgilio
debe durar la memoria del beneficio recibido,
en la mente del hombre agradecido”.
Virgilio
Generalmente
desde que nace, el ser humano recibe de los progenitores incontables beneficios
que contribuyen en su vida durante las diferentes etapas formativas. Es en casa
donde los papás de acuerdo a criterios y principios personales le enseñan los
valores básicos necesarios para actuar, regular emociones y promover en ese
primer escenario del hogar conductas y comportamientos específicos.
A
través de acciones cotidianas aprende sencillos modales como saludar,
agradecer, respetar, escuchar y colaborar con lo que se requiera como miembro
de ésta; tales conductas primero son metas a corto plazo que los padres de
familia se empeñan en que aprendan sus hijos; después, con el paso del tiempo, estás
prácticas se convierten en expectativas a largo plazo que lo harán actuar como
individuo.
Son
importantes, porque van forjando no sólo el carácter y personalidad del sujeto
que aprende a base del ejemplo que observan en los padres de familia, de
repetir una y otra vez hasta que son parte de su persona, los vive, aplica y
manifiesta a los demás en todo lo que realiza de forma espontánea. Es así como
el individuo aprende a ser virtuoso, a través del modelo o referente que lo va
formando desde la infancia, considero fundamental que los papás sigan
fomentando en sus hijos el valor de la gratitud, no sólo como un valor que
forma parte de un repertorio elegido, sino como una virtud que lo distinguirá
como persona en cada uno de los contextos donde interactúa.
En
la escuela, son los docentes quienes se ocupan por atender las necesidades
observadas en los alumnos; les ayudan a descubrir las capacidades personales, a
confiar y reconocer fortalezas, creer en éstas como oportunidades para alcanzar
los retos establecidos en lo referido al aprendizaje, crecimiento y superación
personal, haciendo siempre lo correspondiente. Se interesan también, porque en
el proceso de aprendizaje, los alumnos aprendan reglas de cortesía y las
practiquen como parte del desarrollo personal y social en el que se encuentren.
He aquí la importancia de que los padres de familia y docentes establezcan acuerdos,
criterios para formar a los niños, adolescentes o jóvenes con el mismo enfoque
formativo.
Pero,
¿quién no recuerda con cariño y gratitud esas personas que tuvimos la fortuna y
privilegio de conocer, coincidir o tener a nuestro lado en momentos específicos,
etapas de formación y escenarios particulares? Sin duda, están presentes, sobre
todo, aquellos de que han dejado huella en nuestra existencia; recordaremos con
eterno agradecimiento a nuestros padres, familiares, docentes u otras personas
que nos ayudaron a ser mejores personas, para lograr lo que queremos, hacer
realidad nuestros sueños y proyectos.
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