jueves, 10 de enero de 2019

Salí de mi casa para no morir: vecina



>Los olvidados de Bustamante.


Milton Iván Peralta
El Volcán/Guzmán


Isaura Flores Solís salió huyendo de su casa, su casa se llenaba de grietas y sus hijos la convencieron de salir de ella, ella dejó atrás 50 años de vida, el patrimonio de sus padres, su historia, su vida, “salí de mi casa para no morir aplastada, tengo ganas de seguir viviendo”.





Entrar a la casa de la calle Bustamante 124, es algo particular, desde que se abre la puerta uno se da cuenta que el piso esta agrietado, al igual que las paredes y el techo. El comenzar al avanzar por la casa uno comienza a notar un olor a humedad profundo. Cada pisada resuena, se siente, se nota el piso hueco. La casa es muy fría, dicen las vecinas que es por la humedad. También uno va notando al estar más adentro que algo te jala a la izquierda. Te vas inclinando de una forma extraña.


Ver la casa desde la calle es emular a la Torre de Pisa, la única casa de dos pisos entre las dañadas demuestra una inclinación, el nivelador dice que de tres grados.

Las grietas van desde el piso hasta el techo, algunas son muy delgadas, pero otras son de casi 10 centímetros, durante el día dejan pasar los rayos del sol. 

El segundo piso es raro, hay un solo cuarto, ahí se nota más la inclinación, cerca de la pared hay dos ladrillos, los cuales los pusieron para nivelar la cama y la persona no se cayera de ella. Aprovechamos que había una pelota y la dejamos en un extremo de la casa, sola, sin aventarla se fue hasta la izquierda, hasta agarró vuelo para atravesar el cuarto, dejando claro lo que uno ve, una gran inclinación.



GRITOS EN EL DESIERTO


“Llevé oficios pidiendo apoyo, fui a la presidencia, protección civil, obras públicas, SAPAZA, al presidente, a todo mundo y nadie me dijo nada, no he tenido respuesta para nada”, dijo la vecina de Bustamante 124, Isaura Flores Solís. Este documento lo hizo llegar el pasado 22 de mayo de 2018, con atención al presidente interino, Juan Manuel Figueroa, con copia para Manuel Michel, quien era el director de Obras Públicas.

En el oficio, comenta que su casa esta muy dañada, y que, en abril de 2012, fue dictaminado como “un espacio no factible para su habitabilidad”, en aquel entonces por el director de Protección Civil, Carlos Alejandro Cuevas Curiel.


La casa en cuestión está desde hace año y medio sola, la señora Isaura tuvo que irse a vivir con su hija y esposo. En el documento pide apoyo para “demolición del segundo piso de la finca. Cabe destacar que desde el año 2007 se ha solicitado ayuda al respecto a esta problemática, dirigiendo ante las autoridades de esas fechas peticiones de ayuda sin tener respuesta favorable”.

Pero esta búsqueda de apoyo para que le demuelan la segunda planta, y revisen la casa viene desde el 2007, pasando por cada una de las administraciones hasta llegar el 2018. Dagoberto Moreno, Anselmo Ábrica, José Luis Orozco y Juan Manuel Figueroa, hasta ahorita nadie le ha respondido.



LA HISTORIA DE LA VIVIENDA



“Estaba el presidente Dagoberto, no recuerdo el año, pero fue la primera vez que se tronó en tuvo del agua, tardaron cinco horas en venir, los trabajadores me dijeron que debajo de la casa estaba bien cueveada”, narró Isaura Flores Solís. 

Comenta que al año se tronó otra vez, parcharon el tuvo, al siguiente año se volvió a tronar y ahora sí repararon “pero ya me habían dañado mi casa, aguanto bien el tembló de 1985”. 

A partir del 2007 comenzó a notar que se reventaba las paredes, también el piso, “luego se viene lo de Manuel M Dieguez en el 2012, luego ya, se tronó y se afectó la casa”. 

La señora dice con tristeza: “yo me salí de mi casa por el peligro que hay en ella, yo no podía vivir en esa casa, fue por protección de mi persona, quiero seguir viviendo, no quiero quedar enterrada”. Además del esfuerzo que durante años ir a todas las oficinas de presidencia y no ver apoyos de nada “ninguna respuesta”.

La casa de Bustamante ha sido su casa de toda la vida, 50 años de habitarla, “toda mi vida, tenía 16 años cuando llegue a vivir ahí, todos esos años no había pasado nada, ni sabíamos que pasaba un abra, pero nomás se tronó el tuvo del agua y comenzó a dañarse”. 

Acepta que en su momento debió haber demandado a SAPAZA, “no fue problema de la casa, fue problema de fuera, de la red de agua potable, no fue mi drenaje, eso fue de la parte de fuera”. 

 Isaura Flores Solís tiene año y medio fuera de su casa, y ahora que regresó a abrirnos la puerta de su casa para que la viéramos, tenía seis meses sin visitarla, recapituló los daños que ahora vio, que son más: “el piso esta más dañado, no estaba abierto, se veía el bajón del piso, ya están separados los ladrillos. En la sala donde esta el pilar, ya se comenzaba a ver tronado el piso, ahora esta diferente, esa casa no se ha caído porque mi papá la hizo, era albañil, tiene muchas trabes, le metió un cimiento muy profundo de puras piedras”. 

Explica que antes del abra, temblaba y no se notaba nada, hasta el 2012 que fue cuando se vio el deterioro de las casas. “Ya con la casa bien cueviada, con tres fugas de agua, lo del abra, se esta dañando y afectando a mis vecinas, por lo mismo pido que tiren el cuarto de arriba y quitarle peso ala casa y no se dañe a la izquierda”, hay que decir que al vecino de la casa 122 la barda izquierda la está jalando, teniendo ya una separación de 15 centímetros, mientras que la casa con el número 126, comienzan a dañarse porque el peso de esta casa comienza afectarle. 

De momento sigue viviendo con su hija, y su casa cada vez se daña más, esperando que alguien la ayude, o definitivamente se caiga su patrimonio de vida. 


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