Milton Iván Peralta
El Volcán/Guzmán
El Volcán/Guzmán
En alguna ocasión
escuche comentar a Hugo Gutiérrez Vega: “el periodista debe leer poesía para no
perder la sensibilidad”; frase que tal vez sin saberlo siguió al pie de la
letra José Gómez Ugarte, otro zapotlense ilustre y olvidado. Según escribe el
cronista de Zapotlán, Fernando González Castolo, sobre Ugarte nace:
“el 17 de enero de 1874
en Ciudad Guzmán, antigua Zapotlán el Grande, Jalisco. Sus padres fueron don
Mariano Gómez y doña Eduwiges Ugarte de Gómez, originarios ambos de la ciudad
de Guadalajara (…)”.
De lo poco que se sabe,
es que desde muy joven le gustó el periodismo y funda a los 14 años “El Coloso
de Rodas”, conocido como el “periódico monumental” ideado por su maestro Juan
N. González, esto en el año de 1888, alcanzando los treinta números. Pero el
joven periodista alcanzaría muy pronto las grandes ligas en un México que se
tiñería de sangre. Esto nos da muestra que desde pequeño ya traía en sus venas
el periodismo. Pocos años después, en Guadalajara forma, a los veinte años de
edad “El Amigo del Obrero”, en 1894.
Este periódico media
tres y media por cinco pulgadas, y según un artículo que el mismo autor
escribió sobre cómo se inició en el periodismo, nos dice lo siguiente:
“En el Coloso” escribí editoriales de
furibundos, inventé cablegramas, di a conocer mis primeros versos (tonterías de
los catorce años que me ruborizan a los cuarenta y ocho); inicié, en suma, mi
carrera, que después tuve que interrumpir para decidir todas mis actividades a
la imprenta. Fui a los veinte años director de la imprenta del Gobierno de
Jalisco, en la Escuela de Artes; en tanto que siempre ansioso de ilustrarme,
mantenía correspondencia con el Padre Agustín Rivera que fue el mentor
literario mientras que yo me dedicaba a estudiar perseverantemente, Publiqué
otro periódico “El amigo del Obrero”, y di a la estampa un pequeño volumen de
versos con el nombre de “Caprichos de mi Musa” -1896-, consistentes en sonetos
y composiciones líricas del género romántico.
Desde que llegó a
Guadalajara, fue trasladada la imprenta del Gobierno de Jalisco a la Escuela de
Artes y Oficios, donde trabajó de aprendiz en ella.
Ya con 22 años, en 1896, publica lo que sería su primer libro de poesía
llamado “Caprichos de mi musa”, con el prólogo de Anatasio Orozco, quien
escribiría lo siguiente:
“José Gómez Ugarte,
joven de esperanzas, que apenas hará un año (1895) empezó a cultivar la poesía lírica, ha consentido, a mis
instancias y a las de otros varios amigos suyos, en hacer una publicación de
sus producciones en volumen aparte, pues varias
de ellas corren impresas, con éxito satisfactorio en “El amigo Obrero”,
del que Gómez Ugarte es fundador y redactor en jefe, y en otros periódicos de
la metrópoli y de los Estados que han tenido a bien reproducirlas.
La idea, pues, de esta publicación, nos pertenece; y por
ese hecho se verá que Gómez Ugarte no abriga ningunas pretensiones al hacerla y
no teme, por lo mismo, ni la justa censura de la crítica imparcial, ni la
amarga diatriba de los aristarcos mordaces e intolerantes; aprovechará las
lecciones que se le den, pues no acostumbra desoír el buen consejo; y procurará
enmendar los defectos que se le señalen, siempre que la fuente de donde la admonición proceda no esté viciada ni
adolezca de los mismos defectos que trata de corregir o reprender; (…)”.
José Gómez Ugarte fue
compañero de una brillante generación de poetas que reunieron su cosecha lírica
en un volumen, hoy muy raro, habiendo trabado de amistad con varios literatos
de nota, éstos le instaron a levantar el vuelo, lo que hizo llevado también por
sus aspiraciones y el raquitismo que por entonces encontraba en el ambiente
amable de Guadalajara. Sin mucho pensarlo y, por el contrario poseído de una
fuerza de voluntad y de unas cuantas monedas, el periodista en ciernes llegó un
día a esta capital, al correr el último decenio del siglo pasado.
SU LLEGADA A MÉXICO Y
LA ÉPOCA DE LA REVOLUCIÓN
Ugarte no sólo era un
hombre de letras, sino de caminos que se fue abriendo, saltó de Zapotlán a
Guadalajara llegando a México entrando el nuevo siglo, 1900, colaborando en
diferentes medios de comunicación como en “El Imparcial”, donde fue “cabecero”,
y terminó siendo secretario de redacción. Su camino siguió hasta ser “cabecero”
y “Formador” del “El mundo ilustrado”, aunque trabajaba en los dos al mismo
tiempo, esto en el año de 1907, y luego sería durante siete años su director,
antes dicho medio fue dirigido por el poeta Luis G. Urbina, autor del libro
“Ingenuas”, y su fundador y propietario el Lic. Rafael Reyes Spíndola. Aquí se
atraviesa una de las partes más importantes de a vida de Ugarte, pero también
para el país: la Revolución Mexicana. Sabemos que toda su experiencia fue
fundamental para estos tiempos difíciles para todos los mexicanos, pero sobre
todo para la prensa, Gómez Ugarte para lograr salir avante de aquel periodo
dificilísimo para el país, y especialmente para los periódicos independientes.
Así transcurrieron los
agitados días de 1910, fungiendo como director de aquel diario el licenciado
Don Fausto Moguer, en una de sus últimas etapas –todavía bajo el control de
Reyes Espíndola-, cuando vino el derrumbamiento de la dictadura porfiriana.
Estando en el poder el Francisco I Madero, se
concertó la compra de “El Imparcial”, por el año de 1912, y muchos, casi todos
los trabajadores quedaron en la calle, dejados a su suerte. Gómez Ugarte fue
uno de ellos.
EL GOLPE
En los tórridos años de
la Revolución Mexicana complicó la labor de la prensa, es aquí donde hay un
episodio donde muestra el carácter recio y tenaz de Ugarte, esto basados en la
recopilación del libro: “Cronología de las intervenciones extranjeras en
América Latina”, Editada por la UNAM, en el 2001, podremos encontrar en la
página 209, un episodio en el que se ve involucrado “El abate benigno”, en el
cual menciona que el 13 de marzo de 1912:
“El gobierno de los
Estados Unidos propina un golpe a los
revolucionarios orozquistas, al tomar varios acuerdos para que éstos no se
proveen de municiones para guerra en territorio estadunidense.”
Tras algunas quejas del
gobierno mexicano, de la revisión por parte de la Comisión Senatorial de
Relaciones Extranjeras encontrando imperfecciones los cuales encuentran
imperfecciones en las leyes, recomiendan al capitolio redactar un proyecto
reformado de las leyes, con esto se autoriza al presidente para hacer cesar las
exportaciones de armas y municiones de guerra hacía a cualquier punto de los
países del continente americano, por las turbaciones vividas en esos países.
Dicho proyecto fue llamado por el senado el proyecto Root. Además, esto contaba
con la protección de los estadunidenses que vivían en México y el abandono que
habían hecho de sus propiedades.
A pesar de que el
Presidente Madero, pidió revisar las leyes de neutralidad, hechas un siglo
atrás, no paso nada y las Cámaras dieron como resolución de instruir al Departamento de Guerra para detener el envío de armas a
México hasta que el proyecto entrara en vigor.
Para estás fechas en
México se publicaba un nuevo periódico llamado “La Prensa”, el cual fue
dirigido por Francisco Bulnes, pero algunas inconformidades de sus reporteros
los obliga a publicar una carta abierta la cual es publicada el 14 de marzo de
1912, la cual dice:
“Los suscritos, quienes
integramos la redacción de La Prensa, queremos que el público conozca los motivos pos los cuales nos
separamos.
Éstos son dos: el primero, la imposición que hizo el
gerente de esa empresa de dos jefes norteamericanos, para gobernar la redacción
de un periódico político mexicano; el segundo, es la desesperante impuntualidad con que eran cubiertos
nuestros sueldos, pues, hoy (día 12) nos fueron cubiertos dos semanas que se
nos debían atrasadas.
Tuvo proposiciones
buenas por aquellos días, con tal que se plegara a los caprichos determinados
de algunos políticos de facción, que aparecieron después, pero su credo, liberal
y democrático, que en nada sufrieron mengua laborando en el diarismo en tiempos
de la dictadura, no le permitieron acceder a estas demandas. Fue en su
profesión y en su vida, honesto ciento por ciento y supo siempre guardar su
personal decoro.
Así las cosas, siguió leyendo, como lo hiciera
desde joven, cultivando su mente y su espíritu. A poco con Don Rafael Alducin
fundador del actual periódico “Excélsior”, fue jefe de redacción y director
interino del periódico.
Con Langarica, colaboró
en “Revista de Revistas”, semanario que, fundado por el Lic. Luis Manuel Rojas,
llegó a dirigir por una temporada no muy larga. Además, Dirigió Revista de
Revistas, en 1914, y El Heraldo, en 1915.
SU GRAN TRAGEDIA
Sobrevino una gran
pena, de la cual le costaría mucho levantarse: su primera esposa, la señora
Doña Concepción de Anda de Gómez Ugarte con quien había contraído nupcias en el
año de 1902, moría víctima de la influenza española que azotó el país por los
años 1915-1916, igual que dos de sus hijos, quienes también murieron a
consecuencia de la epidemia. De este matrimonio quedaron tres hijos: Francisco
José, María de la Luz y María Elena.
EL UNIVERSAL
La trayectoria de José
Gómez Ugarte es eminentemente periodística, paciente, tenaz, acuciosa, que principia
en el peldaño del titulador de noticias, avanza hacia la formación de páginas,
donde acomoda los textos de sus compañeros de redacción; adquiere la categoría
de reportero, asciende a secretario de redacción y, por último, es director.
Incluso en esta cima va
de una publicación a otra, hasta alcanzar el objetivo de dirigir un diario
nacional, El Universal, donde dura 23 años, hasta que él fallece.
El periódico El
Universal, cuenta en su historia:
“EL UNIVERSAL nació el 1 de octubre de 1916 a iniciativa del ingeniero Félix
Fulgencio Palavicini, quien formaba parte del Congreso Constituyente de
Querétaro. El objetivo del nuevo diario fue dar la palabra a los postulados
emanados de la Revolución Mexicana, cuando comenzaba el Congreso Constituyente.
En la esquina de Madero
y Motolinía, en el centro de la capital, se ubicó la primera redacción y los
talleres del periódico provistos de una rotativa Goss. En esta máquina se
imprimió la primera Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en
1917.
(…)
El 14 de abril de 1923, Félix Fulgencio
Palavicini deja la Gerencia y Dirección General del diario para dedicarse de
lleno a su actividad política. Miguel Lanz Duret asume como Gerente y José
Gómez Ugarte como Director. A la muerte del primero, en 1940, la Presidencia y
Dirección General pasa a Miguel Lanz Duret Jr, su hijo.”
Hay pocas referencias
al autor, pero esas pocas son muy buenas, destaco las Efemérides del Periodismo
mexicano, donde nos comenta que también fue conocido por el seudónimo de “Abate
Benigno”:
(…)
“La trayectoria de José
Gómez Ugarte es eminentemente periodística, paciente, tenaz, acuciosa, que
principia en el peldaño del titulador de noticias, avanza hacia la formación de
páginas, donde acomoda los textos de sus compañeros de redacción; adquiere la
categoría de reportero, asciende a secretario de redacción y, por último, es
director.”
(…)
Gómez Ugarte fue director durante 25
años, hasta su muerte. A parte del periodismo escribió varios libros de poesía
los cuales son:
-“Caprichos de mi
musa”, 1896, con prólogo de Anatasio Orozco.
-“El Pan nuestro de
cada día”, 1920, dedicado a su segunda esposa, dos meses antes de contraer
matrimonio.
-“Cuentas de mi
rosario”, 1922, contiene un prólogo muy extenso, escrito por el poeta, escritor
y diplomático veracruzano José de Jesús Núñez y Domínguez.
-“Predicando en el
desierto”, 1926, cuyo prólogo fue escrito por don Genaro Fernández Mac Gregor.
RECLAMO ENTRE
ZAPOTLENSES
Hay una carta fechada
el 7 de abril de 1929, de Nueva York, escrita por José Clemente Orozco, dirigida a José Gómez
Ugarte, en la cual le reclama un escrito por Gregorio Ortega (1902-1981)
titulado “Los mexicanos contra México”, que publicó El Universal el 3 de abril de
1929, por el cual reclama Orozco diciendo lo siguiente:
“ (…) en el cual habla
de la exposición de algunas de mis obras en aquella ciudad –París- me acusa de
denigrar a México con mis pinturas y me
atribuye sin gracia ni oportunidad
declaraciones que nunca hecho ni pensado
hacer.
Tanto los dibujos a que se
refiere como otros muchos cuadros pintados en México, han sido
exhibidos en galerías de Nueva York y de
Finlandia, y han sido además reproducidos en diarios y revistas
sin que jamás a nadie se le haya
ocurrido pensar que sean denigrantes para México, sino muy al contrario, han
despertado profunda simpatía y sentimientos de amistad hacia nuestro país (…)
(…) Si yo salí
temporalmente de mi país fue sólo por buscar un campo más amplió para mi
trabajo y por mi deseo de estudiar otros
países, y de ninguna manera por “dimensiones personales” con nadie.
Esto lo podemos leer en
el libro “Orozco” de Luis Cardozo y Aragón, editado por el Fondo de Cultura
Económica en 1983. Páginas 221 y 222.
Lamentablemente no tenemos una respuesta de Gómez Ugarte, el cual podría ser
muy enriquecedor.
LA GRAN
DEUDA
Ugarte, es una deuda
más para Zapotlán que tiene en el olvido a muchos de sus grandes autores, es
por eso la urgencia de rescatarlo porque es parte fundamental del periodismo
mexicano y un poeta.
“Abate Benigno”, como
era conocido, muere en la ciudad de México el 24 de marzo de 1943, a los 69
años de edad, en El Universal podremos encontrar las siguientes frase, al dar
la noticia de su muerte, lo cual se denota lo especial que fue el periodista
zapotlense para este medio:
“tras fiel consagración por espacio de un
cuarto de siglo como Director de El Universal, cayó a lo largo de la
peregrinación una de las más brillantes figuras del periodismo mexicano: José
Gómez Ugarte”.
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Excelente artículo y es cierto, otra gran deuda de Zapotlán el Grande
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