viernes, 18 de enero de 2019

En busca de la felicidad






Samuel Gómez Patiño


Iniciamos otro año, renovamos nuestros propósitos, borramos lo malo del pasado (por lo menos lo intentamos), tenemos remordimientos por subir de peso y posiblemente paguemos otra vez una membresía en el “Gym” de todo el año y nos presentemos una vez en enero, en fin, volvemos a empezar.

Parece que volteamos la página del 31 de diciembre al 1º. de enero y, no necesariamente porque celebremos el nacimiento de Jesús (para los católicos, mayoritarios en México), o porque económicamente es época de abundancia (por los aguinaldos) o simplemente porque socialmente aprovechamos para convivir más con amigos y familiares aprovechando las vacaciones escolares, tal vez porque en la mayor parte del territorio hace frio lo que nos obliga a estar más en lugares cerrados; sin importar la razón que sea, analizamos lo que hicimos y trazamos nuevas ilusiones y esperanzas. En realidad, nos podemos renovar cualquier día, por ejemplo, en nuestro cumpleaños, cuando nos graduamos o cuando nos casamos, pero le época de navidad se vuelve ideal para comprometernos con nosotros mismos.

Dejando de lado los propósitos reiterativos de bajar de peso, leer más, convivir con nuestra familia o cuidar la salud, me gustaría que reflexionáramos sobre una frase de nuestro gran mimo, Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes: “La primera obligación de todo ser humano es ser feliz, la segunda hacer feliz a los demás”; y, ahora la gran pregunta ¿Cómo sé que soy feliz?

Reír es una muestra de que en el momento sentimos en nuestro ser la euforia de felicidad, pero igual cuando probamos alimentos que nos causan gran satisfacción, al cerrar un buen libro y reflexionar sobre las palabras del autor o, cuando adquirimos aquel producto o servicio que tanto anhelamos como un traje o un viaje, etc.; en nuestro diario andar habrá momentos que nos hacen sentir contentos así como los que nos causan malestar físico o espiritual que nos llevan a situaciones de tristeza o pesar; ahora me pregunto ¿Merecemos la felicidad? ¿Es un regalo exclusivo? o, ¿Nosotros la construimos?

Hace tiempo escribí sobre el “Síndrome del payaso triste”, y el excelso poema escrito por el mexicano Juan de Dios Peza “Reír llorando”, sobre la vida de David Garrik, aquel hombre que nos hace reír con sus historias pero que con su alma solo llora. Algunas personas aparentan vivir felices y nos comparten esos momentos que nos contagian sin que nos demos cuenta de que por dentro viven destrozados, ya sea por la depresión (enfermedad que hoy conocemos mejor) o simplemente porque saben guardar en su interior.

La felicidad la podemos encontrar de manera artificial, utilizando medicamentos (drogas) o en las bebidas alcohólicas, pero al final nos mentimos a nosotros mismos acabando con problemas físicos o mentales buscando una efímera efervescencia; hoy conocemos que las hormonas de la felicidad, la dopamina, serotonina y endorfina, que se encuentran en nuestro cuerpo nos ayudan a relacionarnos con la salud y el bienestar, y la falta o mal funcionamiento de ellas nos causan estrés y depresión, por lo que se tratan medicamente a través de fármacos controlados, la pregunta es ¿Realmente es necesaria la medicación para lograr ser felices?

A raíz de una lectura sobre el área de recursos humanos de la compañía de Walt Disney que comentaba que cuando entrevistan a prospectos para ingresar a las filas de la compañía el elemento clave para contratarlos es “que sean felices”, me llevó a leer una serie de libros de diversos autores sobre la empresa, lo que me ha llevado a comprender la filosofía de Walt y el éxito de la empresa y, por lo tanto, a iniciar una investigación sobre la felicidad laboral. En esta búsqueda me doy cuenta de que no son esfuerzos aislados ni tampoco exclusivos de la industria extranjera, sino a encontrar que en nuestro país se ha convertido en una preocupación, no alimentada por las leyes, sino por la comprensión que empleados satisfechos son la mejor arma para conseguir organizaciones exitosas, productivas y sociedades prosperas.

Leyendo la revista de Selecciones Reader’s Digest encontré un artículo publicado en la revista de diciembre de 2018, la entrevista al Doctor Tal Ben Shahar, cofundador y director de aprendizaje de la Academia de Estudios de la Felicidad, titulado “El maestro de la felicidad”, en el cual menciona las “cinco caras del bienestar”: espiritual, físico, intelectual, bienestar relacional y el ámbito emocional. Iniciemos el 2019 estableciendo las condiciones que realmente nos hagan sentirnos felices, a través de la reflexión que cada uno de mis lectores (dos) puedan desarrollar, sigamos en los próximos 5 artículos de su servidor las condiciones para ser felices con los conceptos del Dr. Shahar.
La próxima semana: “En búsqueda de la felicidad: capítulo 1. Lo Espiritual”

Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Director del Área 1 de los Toastmasters y
Presidente del Club Ejecutivo de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California

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