Samuel Gómez Patiño
El PREVEIMSS (programa de
prevención del Instituto Mexicano del Seguro Social) me parece una idea
excelente del gobierno. Gastamos dinero exageradamente construyendo hospitales
(que algunas veces solo son un elefante blanco) y contratando médicos,
enfermeros y personal especializado para tratar las enfermedades cuando lo
mejor es tratar de prevenirlas con programas como el mencionado, el cambio
cultural del mexicano de cuidar nuestra salud con anticipación y no cuando nos
enfermamos.
Hace
un par de años, de acuerdo al programa del seguro me enviaron con una
nutrióloga, una profesional de la nutrición y aunque con mis dudas acudí a las
pláticas. En ellas me di cuenta de los malos hábitos alimenticios que tengo, no
solo por lo que como sino por los horarios de mis comidas y los excesos en los
platillos.
Recuerdo
que me pregunto que si tomaba Coca Cola y muy seguro de mi le dije que no. Este
refresco en particular siempre ha sido acusado de que nos causa múltiples
problemas de salud y, en realidad solo tomo Pepsi, pero no me lo pregunto y,
nunca he escuchado señalamientos contra ella.
Espero
que tengas a la mano tu hoja donde anotaste que hacer para lograr el bienestar
espiritual. ¿Cuáles son tus metas a lograr? ¿Qué esperas que llene a tu persona
que satisfaga tu ser? En mi hoja anotaría primero, lo que vengo dejando para
después cada año, escribir un libro. Tengo los títulos, que en principio ya es
ganancia: “La vida inútil pero divertida de Samuel Gómez”, “El tonto del
semáforo” y “La felicidad a pesar de trabajar”. Para lograr este último me
tengo que proponer iniciar la investigación sobre la felicidad en el trabajo;
de esta última he avanzado en la investigación literaria con la cual he
presentado varias ponencias, pero para este año la meta es iniciarla con
información de campo.
En
el día tenemos 24 horas, ni un minuto más ni un minuto menos. De hecho,
considero lo más justo en la vida, nadie tiene más tiempo al día. El problema
radica como lo administramos. Para mantener una salud física y mental
requerimos, por ejemplo, de dormir de 6 a 8 horas diarias, comer adecuadamente
una tres veces al día poniendo énfasis al desayuno (algunos nos comentan que
deben ser 5 veces). Además, debemos trabajar, y por lo general estamos de 8 a 9
horas en el trabajo y si consideramos que gastamos un par de horas en traslados
casa-trabajo, nos llevó 11 horas del día nuestras actividades económicas.
Toma
tu lápiz y calcula el tiempo: trabajo 11 horas + descanso 8 + horas de comida 4
= 23 horas, nos sobra una para esparcimiento. ¿Cómo distribuimos el tiempo para
que nos alcance? Dormimos de 5 a 6 horas y ahorro 2 y recurro a las comidas
rápidas otras 2, ahora puedo gastar 4 más. El tipo de sociedad que conocemos
nos ha llevado a gastar el tiempo; no nos alcanza para comer bien y en familia,
para tener un sueño reparador, para prepararme mejor en mi trabajo y mi vida
personal, en fin, ojalá pudiera pedirte 15 minutos prestados hoy y mañana
devolvértelos con intereses, digamos 10 agregados a tu vida.
Este
segundo bienestar se refiere a cuidar nuestra salud física y mental; no se
trata necesariamente de hacer deporte extremo (que a mi edad, hasta brincar la
cuerda ya es extremo), sino de olvidar el sedentarismo, ejercitarnos, caminar,
practicar deportes individuales o en equipo, hacer uso de nuestra membresía del
gimnasio, etc., vaya hazte a la idea y deja el Facebook y la televisión, actívate
aunque sea en disfrutar una caminata en el estacionamiento (deja el carro
lejos), alrededor de tu colonia con los amigos, antes de llegar al trabajo o la
escuela, en lo que puedas.
Muchas
personas gastan mucho de su presupuesto en comidas preparadas o fuera de su
casa, abusamos de algunas comidas y bebidas y nos empezamos a preocupar cuando
tenemos que aumentar las tallas de nuestra vestimenta, como su servidor que
este semestre regreso más pesado a trabajar o, simplemente cuando tenemos más
citas médicas que románticas. La alimentación es básica para nuestra salud,
nuestro desarrollo y recuperación de la energía utilizada, no solo de forma
física sino también mental, sin embargo entre el sueño y la forma de comer
desperdiciamos no solo dinero sino también salud y tiempo. No lo gastes,
invierte cada minuto.
Entre
otras cosas, cada vez consumo menos refrescos, harinas o tortillas, no me estoy
privando de ellas pero estoy disminuyendo o controlando lo que consumo. Un
problema es desayunar temprano (durante muchos años no desayunaba), comer bien
entre 1 y 2 de la tarde, y tratar de no estar cenando hasta las 10 de la noche,
ya que dejar un periodo tan largo entre comidas te lleva a devorar lo que te
sirven y más. Levantarme a correr, hacer ejercicio temprano antes de irme a
trabajar y añadir caminar más durante el día, utilizar mi bicicleta
estacionaria (quitar la ropa que le cuelgo) y seguir practicando el softbol
como deporte (con probabilidad regrese a las competencias de carreras), serán
los propósitos del 2019.
Y
para iniciar mejor mis procesos, también voy a procurar dormir adecuadamente.
Buenas noches.
La próxima semana: “En búsqueda de
la felicidad: capítulo 2. Lo intelectual”
Me
gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx
o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Director del Área 1 de los
Toastmasters y
Presidente del Club Ejecutivo de
Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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