Samuel Gómez Patiño
¿Alguna vez te has puesto a
platicar con un niño que tenga entre 3 y 7 años aproximadamente? ¿Le has
preguntado que quiere ser cuando sea adulto (grande para que nos entienda)?
¿Has visto a través de sus ojos, lo que realmente lo hace feliz? Te invito a que
lo hagas, y con suerte te vas a acordar porque querías ser mayor; ahora
probablemente te des cuenta de que quisieras volver a tener los sueños de tu
niñez.
Cuando
niño soñaba con comerme al mundo, ahora sólo quiero bajar de peso.
Iniciamos
con esta serie de ideas tomadas del Doctor Tal Ben Shahar, que según la investigación
que realiza para la Academia de Estudios de la Felicidad, son fundamentales
para lograr la felicidad. Te invito a tomar lápiz y papel para que en las
próximas semanas, reflexiones y vayas delineando que es lo que en 2019 puede
hacerte sentir feliz. Iniciamos con el Bienestar espiritual.
Te
voy a contar esta historia, sobre mi prima Susana Patiño Vega. Cuando era
adolescente, llego a la ciudad de Tijuana a visitarnos acompañada de su mamá,
la señora Carmen Vega. Recuerdo que vinieron con la intención de visitar a un
hermano mayor que radicaba ilegalmente en San Diego, California y al no tener
papeles oficiales, no podía regresar a México. El primer intento se dio a
través de una conocida que se dedicaba al cruce ilegal de personas en la
frontera (omitimos su nombre por razones obvias, se me olvido) y fue así como
Susy y su hermano iniciaron su éxodo a través del cerro, pero con tan mala
suerte que los oficiales de migración los detuvieron reteniéndolos en sus
oficinas y enviándolos a Tijuana en la madrugada del siguiente día.
Ella
sólo quería ver a su hermano, no era su intención quedarse a trabajar.
Convencida que no era fácil, recibió otra oportunidad. La misma señora, amiga
de mi mamá le consiguió una forma trece, documento que se emitía al residente
de la frontera (en lugar del pasaporte) con la foto de una mujer que daba el
parecido. Tal como se le indico, cruzo por la aduana presentando el documento y
así llego a los Estados Unidos. A una cuadra de distancia, Susy estaba
esperando a la mujer, cuando un agente aduanal paso frente de ella y se le
quedo mirando y le dijo:
Tú eres la mujer que ayer
deportamos.
Y la deporto de nuevo. Me acuerdo de
que se regresaron a Jalisco y ella comento convencida, que ese no era su
destino. Pues bien, pasaron 20 años sin que visitara a mis tíos y primos, pero
por fin llegue y aproveche para visitarlos en Soyatlán de Afuera, una pequeña
población cercana a Tamazula de Gordiano, la tierra de los “Hermanos Zaizar”.
Cuando visité a Susy, conocí a sus hijos y a su esposo, aquellos niños que ya
mostraban una inteligencia superior y un esposo que procura la tranquilidad y
seguridad al hogar. Pues bien, mi prima me sorprendió cuando me agradeció por
el libro que le había regalado en su visita a mi ciudad natal (no recuerdo el
título) y que la había inspirado para estudiar una carrera como educadora para
niños de primaria. Me da mucho gusto verla contenta con su familia y con su
trabajo, se nota que tiene cariño por la educación.
El bienestar espiritual, según las
etapas de nuestras vidas van cambiando de acuerdo a nuestras experiencias. Se
trata de identificar cual es el significado de nuestra vida y, por lo tanto,
cual es el propósito que nos despierta y nos mueve todos los días.
Cuando terminaba mi carrera
profesional, lo último que tenía planeado era ser catedrático y, al salir de mi
examen profesional uno de mis maestros me dijo que dejara una solicitud para
dar clases, así un 12 de junio alcance mi título como Licenciado en
Administración de Empresas y el 5 de agosto del mismo año, 1986 impartí mi
primera clase. Descubrí que enseñar y compartir con los demás conocimientos e
impulsar a las personas a ser mejores ha sido el propósito de los últimos 33
años de mi vida.
No puedes andar por la vida sin un
propósito, sin saber para qué existes. Que te parece si reflexionas un rato y
defines en esa hoja en blanco, que llena tu ser. Puedes decirme que ayudar a
los perros de la calle, quizás ayudar a un indigente, mejorar la vida en la
comunidad en que vives, seguir tus creencias religiosas con fervor, eso lo
decides tú, nadie a tu alrededor.
Las decisiones son personales, mi
prima tomo decisiones de acuerdo a las circunstancias y sé que se siente
satisfecha con lo que ha logrado y por vivir con una gran familia. Tu servidor
ha alcanzado un grado interesante de felicidad en ayudar a los demás a través
de la educación, de los deportes como cuando entrene equipos de niños de béisbol,
siendo un ejemplo para que mis hijos y sobrinos busquen superarse a través de
la educación. Registra los propósitos de este año.
La próxima semana: “En búsqueda de
la felicidad: capítulo 2. Lo Físico”
Me
gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx
o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
Director del Área 1 de los
Toastmasters y
Presidente del Club Ejecutivo de
Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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