Juan
José Ríos Ríos
El
Volcán/Guzmán
Las
costumbres practicadas en la época navideña se han venido a menos. Antaño había
interés por instalar nacimientos en las casas particulares, en algunos negocios
o hasta por concurso público. De igual forma el elaborar y enviar tarjetas
personales a la familia, conocidos o amigos, las pastorelas y posadas
sobreviven todavía gracias a que son prácticas de familias que viven en algunas
colonias de Ciudad Guzmán, pero no en las proporciones de años atrás.
En este fenómeno, mucho tiene qué
ver el avance y el uso de las tecnologías, considera el maestro y conocido
columnista y poeta, Pedro Mariscal. “Yo recuerdo que en mi infancia me tocó ser
cartero en mi pueblo y en ésta época navideña llevaba a cada casa, la entrega
de hasta diez tarjetas navideñas que llegaban de muchas partes, pero
principalmente de los Estados Unidos, para la gente del pueblo, era una
costumbre enviar tarjetas navideñas a los amigos, familiares, a la nova o el
novio”.
Consideró que con el avance de la
tecnología y de las redes sociales; “nos ahorran ese trabajo, pero también lo
impersonalizan, ese es el término. En relación con el adorno de las casas y la
bonita costumbre de poner nacimientos, como que también se ha venido perdiendo
porque la vida se ha acelerado, se ha acelerado con cumplir con los compromisos
laborales, las ocupaciones de la familia, la lucha por la subsistencia, que no
deja mucho tiempo para minucias, si se puede llamar a este asunto así, pero no
lo es, porque fortalece la identidad de la familia, la agrupa, genera un
trabajo de equipo, hermana y une a las familias que así lo hacen”.
Dijo que se estaba a tiempo de ir al
rescate de estas tradiciones y costumbres, que se deben de impulsar desde los
medios de comunicación, desde los programas de los gobiernos municipales.
“Incentivar a que las familias vuelvan a colocar sus nacimientos, hacer una
muestra de ellos, como se hacía hace algunos años, hasta con un premio para aquellos
nacimientos que se hagan de manera tradicional, la gente se motivaba y ponía
sus nacimientos, iban persona de casa de la cultura o de alguna área de la
administración pública a verificar y eso servía de motivación, el poner adornos
en las casas, todo ello puede rescatarse”.
Señaló no saber si el actual
gobierno que encabeza Pepe Guerrero esté haciendo algo al respecto, aunque
consideró que el hecho de que este año no se haya colocado la pista de patinaje
como un desacierto. “Hermanaba a muchas familias, venían a pasearse, a
acompañar a sus pequeños para que patinaran en el hielo, esto que aglutinaba a
las familias este año ya no se dio, en contraparte nos ponen un Santa Claus
gigante, un elefante, que pueden ser atractivos para los niños, pero no es lo
mismo”.
El gobierno de Pepe Guerrero colocó
ornato navideño por las calles de centro histórico, arbolado y kiosco del
jardín principal, que es bien visto, pero a juicio del entrevistado la pista de
hielo atraía no solo a las familias locales, sino de la Región. “Era una
fiesta, era un fiesta porque veía uno a cientos de personas acompañando a sus
niños, incluso la gente mayor se arrimaba. Recuerdo que don Chuy Guzmán, de
TV4, quiso calarse y se dio un golpe tremendo con los patines, que sirvió como
chascarrillo, hasta eso se puede considerar como un detalle positivo”.
Según la historia local, de esta
tierra son nativas las pastorelas, lo que también ha venido a menos. De ello
Pedro Mariscal dijo que esa merma viene por el tiempo que se dedica a la preparación
y ensayo de las mismas, tiempo que a veces las personas ya no tienen, porque
estudian, trabajan o porque ya no les interesan. “Yo recuerdo que desde la
pastoral social de las parroquias se incentivaba la formación de una pastorela,
por parroquia, que se presentaba en los barrios, por las colonias y eso era
signo de mucha vitalidad y de unidad, las posadas de barrios, persisten, esa
parte no se ha perdido del todo y qué bueno que no sea así, sino estaríamos en
peores condiciones de modorra social”.
Dijo que esta costumbre todavía
persiste en algunas colonias de Ciudad Guzmán, y eso ayuda a que las familias
se reúnan, no solo en torno a que vamos a comer o tomar, sino también en torno
a los valores de la unidad familiar y también para saber cuál es el motor y el
motivo de la Navidad, concluyo.
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