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lunes, 3 de diciembre de 2018

Arranca, arrancan...




Un momento por favor   



J. Jesús Juárez Martín





Popular expresión que marca el inicio de una carrera, evento... y no arranca, ¡arrancó! Por inanición de un sexenio vapuleado y vapuleador desde hace meses y aunque, presenciamos recientemente despedidas, inauguraciones, premiaciones y reconocimientos, el poder se mantenía rebasado desde hace mucho tiempo, y también porque los sexenios pueden arrancarse, recortarse a cinco y medio años  o más porque desde el tercer año fue luchar por esquivar acusaciones, ocultar evidencias de desaparecidos, disimular según informantes el plan de la gran estafa y según visionarios empieza la cuarta transformación de México, ojalá no sea tan desafortunada como la tercera porque jamás  hizo justicia a los desheredados, usados como pendón de campañas redentoras y estafados impunemente desde el momento de recibir sus tarjetas bancarias para reconstrucción... algunos presuntos inocentes señalados como amasa fortunas de cuotas y patrimonios de trabajadores, vuelven con el perdón del elegido y tácito de una gran parte,  premiados por incomprendidos y resilientes... aunque nunca vivieron en la adversidad, los sacaron de su confort... actualmente varios gritos de alarma  con más protagonismo que visión de servicio, a los potentados les hace perder algo de sus ganancias por lucrar y no trabajar, en fin que el conteo  de espera fenece y la toma de protesta que marcará, según vaticinios de anticorrupción, moralización, que prevalezca el respeto a la autonomía de los estados federados, en fin que muchas son las expectativas de mejoramiento pero... tiempo al tiempo porque aclaraciones y promesas omnipotentes anuncian que se gobernará de acuerdo en un estado de derecho, para tratar de sofocar los alaridos de terror, un estado de Derecho que jamás hemos vivido, ¡Vaya noticia! Felicidades por las proclamas, que sigan las acciones... y  experimentará el apoyo del pueblo democrático, no sólo los mediatizados.

Sí, arrancaron, y fuerte los comerciantes con promociones en “el buen fin”, aunque la ley del trabajo señala un mes después la entrega del aguinaldo, derecho laboral reconocido desde hace cuatro décadas, que llegó para quedarse como paliativo a los raquíticos salarios mínimos pulverizados en el poder adquisitivo. 

La mercadotecnia se ha impuesto y hasta la esperamos, nos damos cita para el encendido del monumental Árbol de Navidad de la plaza comercial más distinguida, tal vez la más cara, es que hay niveles, la invasión de mercancías con y sin  patentes extranjeras pasan sin prueba de calidad, se compran a los precios que fijan los mercados las semanas tercera y cuarta de diciembre, aunque se adelantan cuatro semanas, arrancan los sonidos de campanas del trineo que los acapara la bebida que más consumimos, y nos permite ostentar un primer lugar de México ante tantos países desarrollados, arrancaron también las costumbres decembrinas los nacimientos que con ternura de pastores yendo hacia el pesebre de Belén se presentaban, los cantos  celestiales anunciando la paz a los hombres de buena voluntad que resonaban en plazas, medios de comunicación, nacimientos en  vitrinas y mostradores comerciales, ahora están los árboles de navidad con toda su elegancia y resplandores de luces, esferas y desde luego que la iluminación monumental de las grandes ciudades  llevan motivos de ornato de navidad, y en ocasiones arrancado el nacimiento aunque la palabra eso signifique Natividad: nacimiento, una bella tradición que nos integró como pueblo desde la Colonia, siglos XIX y XX.

Con relación a los nacimientos, aquellos preparativos de los novenarios, de las posadas, por los barrios, templos, colegios, familias con vena de artistas o de acendrada religiosidad, que siempre le prometí a Tijelino asistir a su perseverancia costumbrista de posadas, en este año si las realiza la familia Villalobos Santana, asistiré para cumplirle Mtro. Ramón Villalobos. Y las pastorelas, tal vez surgidas en Zapotlán el Grande, también  las arrancaron con todo y las dramatizaciones que aplaudíamos niños, papás y abuelos con sus personajes arrasadores como Miguel, Gila, Bartolo, los diablos, ángeles, María, José, pastores de aquellos emblemáticos animalitos, primero uno increíble, el elefante, de camello, caballo, burrita, borregos, faltaron los reyes, claro que faltaron tantas cosas porque la imaginación de los mexicanos, no se había enconchado con símbolos comerciales. Ahí en el nacimiento y en los zapatos aparecían los regalos, un puño de cacahuates, algunas colaciones, pelota, muñecas de trapo, artesanales y en mi casa, monedas de plata, pesetitas de balanza,  tostones con Cuauhtémoc, pesos 0720 y hasta soldaditos de plomo,   para todos los que se portaban bien y los que siempre prometían.  

Hasta la semana próxima que hablaremos del Adviento y preparativos para el Nacimiento del Niño Jesús, porque diciembre nos envuelve con esa alegría de haber experimentado tiempos que nos marcaron y no pudimos o supimos conservar vigentes, a eso le llamamos nostalgia, dulzona, melancólica y agradecida nos motiva a quienes fueron nuestra familia y amigos cercanos. Arranca ya diciembre, encontremos la magia de navidad y la sonrisa del niño que celebremos su nacimiento a más de dos mil años y ojalá a la vida le dejemos la sonrisa de amigos y arranquemos la indiferencia, la hostilidad de nuestras formas de conducta.


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