Un
momento por favor
J. Jesús Juárez Martín
J. Jesús Juárez Martín
Popular
expresión que marca el inicio de una carrera, evento... y no arranca, ¡arrancó!
Por inanición de un sexenio vapuleado y vapuleador desde hace meses y aunque,
presenciamos recientemente despedidas, inauguraciones, premiaciones y
reconocimientos, el poder se mantenía rebasado desde hace mucho tiempo, y
también porque los sexenios pueden arrancarse, recortarse a cinco y medio
años o más porque desde el tercer año fue luchar por esquivar
acusaciones, ocultar evidencias de desaparecidos, disimular según informantes
el plan de la gran estafa y según visionarios empieza la cuarta transformación
de México, ojalá no sea tan desafortunada como la tercera porque
jamás hizo justicia a los desheredados, usados como pendón de
campañas redentoras y estafados impunemente desde el momento de recibir sus
tarjetas bancarias para reconstrucción... algunos presuntos inocentes señalados
como amasa fortunas de cuotas y patrimonios de trabajadores, vuelven con el
perdón del elegido y tácito de una gran parte, premiados por
incomprendidos y resilientes... aunque nunca vivieron en la adversidad, los
sacaron de su confort... actualmente varios gritos de alarma con más
protagonismo que visión de servicio, a los potentados les hace perder algo de
sus ganancias por lucrar y no trabajar, en fin que el conteo de
espera fenece y la toma de protesta que marcará, según vaticinios de
anticorrupción, moralización, que prevalezca el respeto a la autonomía de los
estados federados, en fin que muchas son las expectativas de mejoramiento pero...
tiempo al tiempo porque aclaraciones y promesas omnipotentes anuncian que se
gobernará de acuerdo en un estado de derecho, para tratar de sofocar los
alaridos de terror, un estado de Derecho que jamás hemos vivido, ¡Vaya noticia!
Felicidades por las proclamas, que sigan las acciones...
y experimentará el apoyo del pueblo democrático, no sólo los
mediatizados.
Sí,
arrancaron, y fuerte los comerciantes con promociones en “el buen fin”, aunque
la ley del trabajo señala un mes después la entrega del aguinaldo, derecho
laboral reconocido desde hace cuatro décadas, que llegó para quedarse como
paliativo a los raquíticos salarios mínimos pulverizados en el poder
adquisitivo.
La mercadotecnia se ha impuesto y hasta la esperamos, nos damos
cita para el encendido del monumental Árbol de Navidad de la plaza comercial
más distinguida, tal vez la más cara, es que hay niveles, la invasión de
mercancías con y sin patentes extranjeras pasan sin prueba de calidad, se
compran a los precios que fijan los mercados las semanas tercera y cuarta de
diciembre, aunque se adelantan cuatro semanas, arrancan los sonidos de campanas
del trineo que los acapara la bebida que más consumimos, y nos permite
ostentar un primer lugar de México ante tantos países desarrollados, arrancaron
también las costumbres decembrinas los nacimientos que con ternura de pastores
yendo hacia el pesebre de Belén se presentaban, los
cantos celestiales anunciando la paz a los hombres de buena voluntad
que resonaban en plazas, medios de comunicación, nacimientos
en vitrinas y mostradores comerciales, ahora están los árboles de
navidad con toda su elegancia y resplandores de luces, esferas y desde luego
que la iluminación monumental de las grandes ciudades llevan motivos
de ornato de navidad, y en ocasiones arrancado el nacimiento aunque la palabra
eso signifique Natividad: nacimiento, una bella tradición que nos integró como
pueblo desde la Colonia, siglos XIX y XX.
Con
relación a los nacimientos, aquellos preparativos de los novenarios, de las
posadas, por los barrios, templos, colegios, familias con vena de artistas o de
acendrada religiosidad, que siempre le prometí a Tijelino asistir a su
perseverancia costumbrista de posadas, en este año si las realiza la familia
Villalobos Santana, asistiré para cumplirle Mtro. Ramón Villalobos. Y las
pastorelas, tal vez surgidas en Zapotlán el Grande, también las
arrancaron con todo y las dramatizaciones que aplaudíamos niños, papás y
abuelos con sus personajes arrasadores como Miguel, Gila, Bartolo, los diablos,
ángeles, María, José, pastores de aquellos emblemáticos animalitos, primero uno
increíble, el elefante, de camello, caballo, burrita, borregos, faltaron los
reyes, claro que faltaron tantas cosas porque la imaginación de los mexicanos,
no se había enconchado con símbolos comerciales. Ahí en el nacimiento y en los
zapatos aparecían los regalos, un puño de cacahuates, algunas colaciones,
pelota, muñecas de trapo, artesanales y en mi casa, monedas de plata, pesetitas
de balanza, tostones con Cuauhtémoc, pesos 0720 y hasta soldaditos
de plomo, para todos los que se portaban bien y los que
siempre prometían.
Hasta
la semana próxima que hablaremos del Adviento y preparativos para el Nacimiento
del Niño Jesús, porque diciembre nos envuelve con esa alegría de haber
experimentado tiempos que nos marcaron y no pudimos o supimos conservar
vigentes, a eso le llamamos nostalgia, dulzona, melancólica y agradecida nos
motiva a quienes fueron nuestra familia y amigos cercanos. Arranca ya
diciembre, encontremos la magia de navidad y la sonrisa del niño que celebremos
su nacimiento a más de dos mil años y ojalá a la vida le dejemos la sonrisa de
amigos y arranquemos la indiferencia, la hostilidad de nuestras formas de
conducta.
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