>Este
síndrome se caracteriza por el estado crónico de agotamiento físico y emocional
en las personas que cuidan de un paciente.
Ariana
García Partida
El
Volcán/Guzmán
En
el marco del 6º Congreso Nacional de Medicina, la doctora Karla Mirella Meillón
Isáis dictó la conferencia Síndrome del cuidador, en la que detalló el
padecimiento de muchas personas que se dedican a cuidar de un paciente durante
un tiempo prolongado, así como las medidas que los médicos deben considerar
ante esta situación.
De acuerdo con la doctora Meillón, el síndrome del
cuidador es el “estado crónico de agotamiento físico y emocional de una persona
que cuida a un paciente”, y hasta el 90% de los cuidadores sufre por lo menos
la primera fase del síndrome, lo cual “es muy importante pero poco reconocido.
Debemos estar bien enterados de qué es lo que suele pasar cuando hay alguien en
casa que cambia el ritmo de vida de quienes lo tienen que cuidar”, comentó.
Las manifestaciones iniciales del síndrome del
cuidador son dolores de cabeza, de estómago, ansiedad, depresión y otros que
pueden llegar a generalizarse y no asociarse a este padecimiento. Sin embargo,
hay otros síntomas que se presentan cuando el cuidador se desatiende para
atender al enfermo, y son éstos los que alertan sobre la presencia del
síndrome, como agotamiento físico y emocional, depresión, trastornos del sueño,
del apetito y del peso, entre otros.
El síndrome consta de tres fases, en la primera es
en la que el cuidador asume la responsabilidad de cuidador principal, en la
segunda se produce un desajuste entre las excesivas demandas del paciente y los
recursos del cuidador, en la tercera hay una reacción al sobreesfuerzo, y es
aquí en donde se presentan los síntomas de alarma. Muchos cuidadores acuden al
médico y es en este “primer nivel, que nosotros estamos capacitados para
decirle a nuestros pacientes: usted tiene sobrecarga porque tiene un enfermo en
casa, después de hacerle las preguntas necesarias”, comenta la doctora Meillón.
En ocasiones, los cuidadores se sobrecargan tanto
que “empieza a haber agresividad e ideas negativas hacia el enfermo, como
‘ojalá que ya se muera’, ‘ojalá que no despierte’, que forman parte de los
síntomas, y puede llegar hasta como médicos debemos informarles sobre cómo se
van a sentir y que cuando se presenten síntomas de alarma pidan ayuda”. Aunque
se le puede recetar al cuidador algún fármaco para tratar los síntomas, es
necesario que acuda a terapia psicológica para que tome las herramientas
necesarias que le ayuden, junto con su familia si la tiene, a sobrellevar la
situación.
La doctora Meillón es egresada del CUSur, realizó
una especialidad en medicina familiar en la Universidad de Colima; tiene una
maestría en administración de hospitales y servicios de salud por la
Universidad Cuauhtémoc, en Aguascalientes; actualmente cursa el diplomado
Especialización en los 10 principales motivos de consulta en medicina familiar
y trabaja en el área de urgencias en el Hospital General de Zona No. 4, en
Tlajomulco de Zúñiga.
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