Samuel Gómez Patiño
Me cuentan que el 4 de julio de
1961 mi madre, a punto de dar a luz a su servidor recibió la visita del doctor
en un hospital de San Diego, California en los Estados Unidos de América y le
comentó que iba a tener un varón, entonces mi madre teniendo todo pagado por mi
padre que en ese momento se encontraba en el entonces Distrito Federal, pensó:
-¡A
mi hijo no se lo llevan a la guerra!
Así
cruzo la frontera con dirección a Tijuana, Baja California para que su hijo
naciera ese día pero en México. Eso evito que su servidor midiera 1.80 metros,
fuera “güero” y tuviera ojos azules. Esta decisión cambio no solo mi destino
sino el de toda la familia. Mis padres vivían en San Ysidro y de haber nacido en
los Estados Unidos, nos hubiéramos quedado allá y probablemente mis hermanos
también hubieran sido nacidos en ese país.
Nuestra
vida transcurrió en la “ciudad más visitada del mundo” (salvo un año que
vivimos en el Distrito Federal, donde nació mi hermano Daniel), donde
estudiamos, nos graduamos y nos casamos para formar nuestras familias. Sin que
suene a reproche (ya que me parece vivir en el mejor lugar, después de Disney
World por supuesto) pero esa decisión le dio un giro diferente a nuestras
vidas.
¿Has
pensado alguna vez cual decisión ha sido definitiva en tu historia? ¿Qué habría
pasado si hubiera sido otra la decisión? Soy de los que piensan que no tiene
caso arrepentirse de las decisiones que tomamos, pero también de pensar y
analizar muy bien antes para evitar las consecuencias no deseadas del camino
que tomamos.
Mucho
tiempo pensé estudiar la carrera de Ingeniero Agrónomo, inclusive cuando
estudie en la preparatoria estaba en el área tecnológica de Obras Civiles donde
aprendí algo sobre el área, además mi padre era ingeniero y tenía cierta
influencia sobre mí. Supongo que también era importante para mí, que muchos de
mis tíos trabajaban en el campo y cuando los visitábamos escuchaba pláticas
sobre su trabajo. Sin embargo, sucedió algo inesperado, no termine la
preparatoria ya que en su momento quede a deber tres materias, por lo que tuve
que esperar para realizar mis exámenes de recuperación, además que al ir a la
Universidad de Guadalajara me pidieran cursar otro año de bachillerato.
Ese
año me invitaron a trabajar en uno de los supermercados más importantes de la
ciudad “Mercados Limón”, donde mi labor era administrativa por las tardes y en
las mañanas de mensajero. Fue la primera oportunidad de conocer los aspectos
administrativos y contables de una empresa. Hasta entonces, no tenía ni idea de
cómo se organizaba una empresa. Entonces, en la siguiente convocatoria de la
universidad solicite mi admisión a la carrera de Licenciado en Administración
de Empresas. Casi al terminar la universidad, escuche a mi padre platicar con
un amigo que le hubiera gustado que estudiara la misma profesión de él, pero
nunca me lo menciono, me dejo escoger.
Cuando
mis hijos realizaron su solicitud para ingresar a la universidad ellos tomaron
su decisión: Samuel, mi hijo mayor fue a solicitar ser Licenciado en Pedagogía
en Matemáticas y, Perla Licenciada en Comunicación; pero resulto que una vez
que estaban llenando su solicitud mi hijo se decidió por la Ingeniería
Aeroespacial y mi hija por la Licenciatura en Teatro (lo único que pude
exclamarle a ella, es que a mí no me iba a ser “teatritos”). Los dos terminaron
ya sus carreras, y están desarrollando sus habilidades en el área que les
gusta, ninguno de los dos estudiaron las carreras de sus padres: administrador
o informática.
Todos
los días tomamos decisiones, debemos de prepararnos para ello, hasta las más inviables
y todas tendrán consecuencias. Te levantes en la mañana y tienes que escoger la
ropa que portaras, que vas a desayunar, que ruta tomaras al trabajo o la
escuela, etc., y cada una te llevará por distintos caminos, no lo podrás
evitar, pero si lo planificas con anticipación podrás tener un mejor resultado.
La
vida es un camino, con veredas, atajos, tormentas, obstáculos para llegar a
nuestro destino final. No subestimes tu capacidad de planear mejor tu futuro.
La próxima semana: Que hacer cuando
tienen malas experiencias tus clientes.
Me
gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx
o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Director del Área 1 de los
Toastmasters y
Presidente del Club Ejecutivo de
Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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