>“El
23 de octubre no es la máxima fiesta que se vive en Zapotlán, la máxima fiesta
es lo que se evidencia el día 22”, dijo el cronista.
Milton
Iván Peralta
El Volcán/Guzmán
El Volcán/Guzmán
“En el caso de lo que nos acabad e acontecer, en este año, con el motivo de la
suspensión de las alegorías del pasado 23 de octubre, es un fenómeno que se ah
evidenciado en otras ocasiones, el más recordado es el de 1890”, comenta el
cronista de la ciudad, Fernando G. Castolo.
En aquella lejana ocasión, la narra don Ramón López Ochoa, un clérigo de la
localidad, que en ese momento radicaba en Guadalajara “nos narra los
acontecimientos que se evidenciaron en aquella fecha, durante tres días
consecutivos estuvo lloviendo a raudales, ello hizo que no se llevara a cabo la
tradicional procesión de san José y la Virgen del Rosario por las principales
calles”.
Comenta Castolo que él visualiza el no haber sacado las imágenes es el prevenir
una situación lamentable “nosotros como zapotlenses somos los detentores, de la
gran tradición que envuelve esta tradición, y en el caso de que las imágenes
hubieran tenido algún infortunio, claro que nos iríamos con quienes son los
custodios legales, que es la santa iglesia, para nosotros evidenciar que no se
tuvo la precaución de tener la salvaguarda y la integridad de estas imágenes”.
QUÉ DICE EL JURAMENTO
El cronista explica lo que dice el juramento: “es claro, dice que se va a
realizar una procesión pública con las imágenes, o con señor san José, es obvio
que las procesiones públicas no necesariamente tienen que realizarse en la
calle, el simple hecho de que haya un auditorio y gente presente, con eso se
cumple el juramento”, pero cabe destacar que esa procesión se realiza la noche
del 22 de octubre, “esta procesión pública al interior del templo es para
reconfirmar el juramento que hicieron nuestros ancestros, hasta ahí termina la
fiesta oficialmente”. Recordemos que la tradición es por los acontecimientos
sísmicos que asustaron a la comunidad un 22 de octubre del año de 1749.
CARROS ALEGORICOS
Lo que pasa con los carros alegóricos el 23 de octubre es una “extensión de la
fiesta, que como buenos zapotlenses fiesteros le hemos hecho a esta
solemnidad”, dijo Fernando G. Castolo.
El sacar a las imágenes antes se les llamaba “Rosarios” o “Andas”, “porque eran alegorías evocativas al rosario
de la santísima Virgen que se sacaban en andas, como hoy en día se saca el
trono del señor san José y esto es lo que las personas vienen a ver”, o como
decía juan José Arreola: “lo que más llama la atención”, por eso la confusión
de la manifestación pública que se evidencia el
día 23 como “la máxima fiesta que se vive en Zapotlán, no es así, la
máxima fiesta es lo que se evidencia el día 22”.
Entonces el haber tomado la decisión, comenta el cronista de la ciudad fue un
“acierto, estamos salvaguardando lo que nos da identidad a todos los
zapotlenses, que es la imagen del señor san José, en torno a cual se
evidenciamos una seria de fenómenos religiosos que se llevan a cabo, desde el
reparto de décimas, las peregrinaciones, el novenario y ahora, estás
extensiones que hemos hecho nosotros a las fiestas, pero de alguna manera no
tienen que ver con el juramento original que nuestros ancestros le hicieron a
san José, una vez que se vieron postrados en su figura, después de experimentar
la fragilidad con la que vemos nosotros esos temblores, que acontecen aquí”.
ORIGEN DE LOS CARROS ALEGORICOS
Antes
nada más se hacía la pura procesión, de la santa imagen del señor san José,
cargada por los principales señores de la época, “no había una alegoría,
posteriormente llega a regentear la iglesia católica Silviano Carrillo y
Cárdenas, que le da ese aire apoteótico, con estas telas y nubes voluminosas,
de alguna manera hacer unas alegorías más elaboradas”, las cuales eran
contratadas por parte de los donantes a los cargadores que iban a echarse en
andas estas alegorías y pasearlas por las principales calles dela ciudad.
“Después se vienen los acontecimientos de la guerra cristera -1926-1929-, se
suspenden abruptamente este tipo de fenómenos de recorridos públicos”, se
retoman hasta el año de 1942, siendo mayordomo don Basilio Cardona, cuando se
reintegran estas alegorías de los carros alegóricos a las calles de la ciudad
“en aquella ocasión impulsadas en gran medida por este jalototitlense, Rosario
González, quien ejecutaba los murales en la santa iglesia catedral, él se
dedicaba a formar ese tipo de alegorías, así que lo que vemos en estos días es
una tradición que data de 1942 a la fecha”, concluyó el cronista de la ciudad,
Fernando G. Castolo.
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