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jueves, 25 de octubre de 2018

Laica, obligatoria, gratuita






Un momento por favor



José de Jesús Juárez Martín



La Constitución vigente del 5 de febrero de 1917, consagra en el Art. 3º la esencia misma del anhelo nacionalista al fijar con claridad las características de la Educación porque se considera que es la modeladora del arquetipo mexicano.

Lo cierto es que, al fijar las connotaciones a la educación nacional, encauza, obliga a las instituciones como gobierno, familia, sociedad a vivir los valores enunciados porque nadie da lo que no tiene.

El nacionalismo, es característica que se puede confundir en los egoísmos y no se nutra en el sano patriotismo. Un patriotismo también disminuido con la universalidad de modas, costumbres, vicios, alimentos, menos propositivo de los valores nacionales y con una tolerancia laxa hasta la indignidad, etc. Que no fortalece, nos empuja a ser apáticos. 

La educación nacionalista y respetuosa de la internacionalidad es una propuesta noble, difícil, pero viable con los principios científicos que aliente sus investigaciones y conocimientos, alejados de los fanatismos que van contra la vida y su desarrollo natural con en el sano ejercicio de la convivencia respetuosa.

Este artículo es vital para entender al México presente, con su ley reglamentaria: Ley Federal de Educación como instrumento de aplicación.

La educación que imparte el Estado será, nos dice el Artículo 3º, ajena a toda doctrina religiosa y respetuosa de todas ellas, no en contra de alguna o algunas de ellas, entendiendo que la libertad de creencias consagrada en el Art. 24, garantía personal y social, es garante para la aplicación democrática del servicio educativo nacional. Su observancia en la educación pública permitirá la convivencia armónica sin detrimento de alguien o algunos.

La segunda característica, como nota esencial, es un reconocimiento del estado por asumir su responsabilidad y obligarse que la educación sea gratuita en los grados que el estado la imparta. Tal vez utópica en Jalisco esta garantía hasta la educación preparatoria, obligatoria desde tiempo del Gobernador Alberto Jiménez Cárdenas y porque sabemos cada semestre, hay rechazados entre los solicitantes.

Cerrando la orientación filosófica de este artículo se complementa con la obligatoriedad, a todos los menores de 15 años.  Mucho se debate que es otro principio operativo que no se cumple, no hay acciones efectivas para llevar a las escuelas a los menores de 15 años que no se presentan a la escuela. Simplemente se ignoran. Ni la escuela, ni la policía ni los políticos instrumentan censos de menores que no asisten a la escuela, menos les darán atención a los que olímpicamente se ignoran.

La gratuidad no lo es del todo porque en alguna forma las familias apoyan a las escuelas de sus hijos con cuotas llamadas voluntarias, pero que llevan la etiqueta de obligatorias y condición para la inscripción.

La cobertura nacional de Educación básica la cubre la demanda el estado en una mayoría queda un 12% que la asume la escuela privada, sostenida por particulares que toma esta opción de acuerdo al Art. 3º y la Ley de Educación, donde casi la totalidad son escuelas de carácter confesional, es decir llevan una orientación valores éticos, morales ajustados a su credo cívico y religioso. Escuelas apoyadas por Educación Nacional que llevan programas y calendario semejantes a la de la educación oficial y una orientación ideológica, reflejada en su misión específica, en sus propósitos, en sus acciones. 

Al acercarnos a la toma de posesión del Presidente electo Manuel López Obrador para los años 2018 a 2024 y los constantes rechazos a la Reforma Educativa, del sexenio del Presidente Enrique Peña, por parte de la sociedad mexicana, del Sindicato de Trabajadores de la Educación, la CNTE  y el propio Presidente electo en tiempo de la campaña electoral. Reconocemos que es un punto básico y en exceso conflictivo, inaplazable porque  el desarrollo del México que se pretende forjar con acciones, carece de orientación consensuada, y las formas corruptas de actuar impiden visualizar los problemas nacionales y en especial la teleología de la esencia educativa, no basta llevar los conocimientos tecnológicos y científicos, falta humanizar proceso y fines para la transformación del  país y él para qué, fundamentarla en los valores de respeto, igualdad, legalidad, nacionalidad y unidad que no vivimos, sólo coincidimos en la enumeración de principios educativos sin acatar la esencia y hacerlos vida como ambiente creativo de formas de convivencia en nuestras legítimas aspiraciones educativas.

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