Samuel Gómez Patiño
Nos tomaremos
esta semana para recordar un libro que no debe faltar en nuestra biblioteca
personal: “El ejecutivo al minuto” de los autores Kenneth Blanchard y
Spencer Johnson, publicado por primera vez en los años ochenta, y que gracias a
uno de mis maestros en la licenciatura tuve la oportunidad de leerlo y analizar
su contenido.
Aunque es un
libro escrito hace más de treinta años y que en estas tres décadas se han
realizado tantos cambios, sobre todos tecnológicos no deja de ser relevante en
cuanto a su contenido y sobre todo su aplicación. Gracias al maestro Juan B.
Morales De La Garza que en su clase nos solicitó que lo leyéramos.
En mi primera
oportunidad de tener un puesto gerencial, recién egresado de la carrera
profesional de Licenciado en Administración de Empresas, tuve que aprender a
transitar del empleado-alumno al gerente de personal responsable de 25
zapaterías, 200 empleados a mi cargo y
noventa por ciento personal femenino, toda una aventura. Sin duda pude aplicar
rápidamente algunas de las enseñanzas de este libro, como las que a
continuación cito.
“El símbolo tiene por objeto
recordarnos que cada día debemos dedicar un minuto a contemplar el rostro de
las personas que están bajo nuestra dirección. Y también sirve para hacernos
percatar de que esas personas son nuestro capital más importante”. No
tenía ni idea de cómo se realizaba el trabajo en una zapatería, vaya hasta el
día de hoy ni siquiera puedo pedir el calzado por que no sé qué medida calzo.
Siempre le digo a la empleada que le calcule según vea mi pie.
Sin embargo,
desde el inicio supe que lo más importante, eran todos y cada uno de los sujetos
que laboran para la empresa; de acuerdo a esto me apoye en las encargadas con
mayor tiempo en la organización para aprender, observe como realizaban cada
quien su trabajo y en algunas ocasiones que el trabajo se nos complicaba
trabaje codo a codo vendiendo zapatos.
“Las personas que se sienten
satisfechas de sí mismas logran buenos resultados”. Nada
más cierto, trabajas en lo que te gusta, no importa el tiempo que le dedicas,
solo disfrutas porque sabes que es importante para ti y para alguien más lo que
estás haciendo. No soy investigador nato, disfruto dar clases, pero hace poco
encontré un tema que me gusto y ahora me tiene consultando libros, artículos y
preparando una investigación, el tema: “La felicidad en el trabajo”.
“Ayude a la gente a alcanzar su
máxima eficacia. Sorpréndala mientras hace algo bien”. Cuando
te esfuerzas por hacer lo mejor, le dedicas tiempo de tu vida para que las
cosas salgan bien, tratas de enderezar el barco, en fin, das mucho de ti para
lograr que la organización para la que trabajas cumpla con sus objetivos, no
hay nada peor que te digan:
-Samuel, lo
estás haciendo bien pero voy a poner otra persona en tu lugar.
Que
desagradable, hacer tantas cosas bien para que a las primeras de cambio te den
una “patada en el trasero” y luego
traten de perjudicarte más; ser líder es ser primero humilde no soberbio. No
debemos olvidar felicitar en su momento a quienes cumplen correctamente con su
función, no tomemos la idea “que para eso se le paga”.
“El mejor minuto del día es el que
invierto en mi personal”. Como le comento a mis alumnos, cuando abrimos un negocio
lo primero que contrato, no son clientes es el personal que va a vivir la
aventura conmigo. Las personas, sus cualidades y habilidades serán
indispensables para producir o prestar un servicio de calidad y, es mi
responsabilidad el hacer que se desarrollen como personas, que sean mejores que
cuando los contrate; no tengas miedo que se conviertan en tu competencia, eso
al final hará mejor a tu organización.
Ahora bien, ¿Quién es El Ejecutivo
al Minuto?, el que se basa en los tres principios de los autores: 1. La
previsión de objetivos de un minuto; 2. Los elogios al minuto y, 3. Las
reprimendas al minuto.
No significa que todo lo hagamos en
60 segundos, pero sí que para cada uno de ellos tomemos el tiempo suficiente
para aplicarlos. Quien no sabe a dónde va, ya llego. Se debe tomar el tiempo
para planear en conjunto con nuestros empleados el camino a seguir para lograr
las metas.
Cuando nuestros empleados hacen bien
las cosas no debes dejar para después las felicitaciones, es importante
reconocer de manera inmediata sus logros; algunos jefes gustan de acumularlas
para una ocasión especial, pero no se logra el efecto deseado ya que hacemos el
esfuerzo no necesariamente por el reconocimiento, pero es muy satisfactorio que
tomen en cuenta que le pones empeño y te demuestran que se dieron cuenta.
Por último, los autores también nos
recomiendan que es importante que cuando las cosas no salen bien se muestre al
empleado en que fallo y lo guiemos para que la siguiente oportunidad mejore su
desempeño, tampoco es bueno acumular y lo que muchos jefes hacen, esperar que
nos equivoquemos para mostrar quien es el que manda.
Te recomiendo su lectura; cinco
estrellas.
La próxima semana: La farsa de los
certificados médicos.
Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al
correo samuelgomez@uabc.edu.mx
o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Director del Área 1 de los
Toastmasters y
Presidente del Club Ejecutivo de
Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California
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