Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
El Volcán/Guzmán
El PRI
buscará en la calle lo que ya sabe. Mediante una consulta pública pretende
“conocer” los resultados, las causas y hasta su futuro en el terreno político,
a raíz de su desastrosa participación en las elecciones del primero de julio
pasado, cuando le arrebataron, una vez más y parece que para siempre, el poder
a nivel nacional y con ello la Presidencia de la República. Esta consulta la
realizarán en una semana del próximo mes de septiembre.
Esto fue aprobado por los integrantes de la
Comisión Política Permanente a fin de conocer lo más claro posible –todavía no
lo entienden- la opinión que tienen los ciudadanos, estando en proceso de
integración la comisión que habrá de revisar los detalles y que determinará a
quienes se invitan a realizar este trabajo y el método para recabar las
opiniones, proceso que abarcará los 125 municipios.
En bien cierto que tienen todo el
tiempo y el derecho de hacer lo que se les ocurra para llamar la atención de
los ciudadanos, que no es otra cosa, aunque el PRI, como todos los demás
partidos políticos que son parte del sistema que nos gobierna, han hecho todo,
menos escuchar, respetar y trabajar por las mejores causas de la sociedad,
perdieron el rumbo, la corrupción pudrió todo y la gran mayoría de los
políticos son hechura y semejanza del partido que los encumbró al poder.
Sin duda alguna que si la encuesta
se realiza, cada Municipio tendrá su historia propia y sin duda también será
redundante; muchos militantes, simpatizantes y gente de la sociedad se hartó de
la conducta de las cúpulas y dirigencias de los partidos en los que estaban
afiliados o se sumaban a éstos para impulsar sus proyectos y candidatos, así
como los ciudadanos independientes que en cada elección les daban sus votos, y
ahora les han volteado la cara, pero esto todavía no lo entienden los
dirigentes y sus partidos.
Dicen que cada acción tiene una
reacción. Los ciudadanos reaccionaron y decidieron, las cúpulas y dirigentes de
los partidos, quienes ocuparon cargos públicos no reaccionaron, siguieron igual,
haciendo lo mismo, no sólo actos de corrupción al por mayor, sino también
ninguneando a su propia militancia, a sus simpatizantes, a la sociedad en
general, y todavía no saben que les pasó, con la encuesta a realizar pretender
saber la verdad y no caer en el “autoengaño”. ¿Será ?.
Está visto que democracia no es
igual a que en el país se tenga que mantener, y un muy alto costo, tanto
partido político, cuando son dos que tres los que han hecho y quieren seguir
haciendo lo mismo desde hace 40 o más años, cuando han pasado por alto sus
propios principios, sus estatutos, sus orígenes y son presas de un centralismo
que los ha asfixiado, que los ha corrompido, que no tienen poder de decisión y
todo se impone desde la cúpula y, desde los estados y municipios, los
dirigentes han sido buenos discípulos, hacen lo mismo, repercutiendo en un
estado de simulación en el trabajo y en el control del poder para la toma de
decisiones de candidatos a cargos de elección popular.
Está visto que el interés de ser
parte de un partido político es con fines de ser parte del privilegio de ocupar
un cargo público o un empleo en el gobierno, en sus tres niveles, pero no es por
convicción, no por trabajar en aras de un mejor país, de una mejor sociedad y
un mayor bienestar. En su gran mayoría los llama el dinero, el poder, la
corrupción que se hace gala en la política, en el gobierno y en el poder, del
dinero fácil y obtenido sin mucho esfuerzo.
En su gran mayoría los que llenan
estos “requisitos” son parte de ese círculo viciado, son los se les postula a
los cargos de elección, y no porque se tomó en cuenta la opinión de la
militancia, de los simpatizantes o de la misma sociedad, a la cual piensan
recurrir, en este caso, los priistas, para saber su suerte, su futuro. Cuando
cambien esta forma de ser, todos y cada uno de los partidos políticos, cuando
termine la corrupción, se frene la impunidad, se haga cumplir la ley, en una
palabra, entonces, tal vez, la gente vuelva a creer en los partidos políticos.
Nada los hará diferentes con el
hecho de cambiar de nombre, de siglas, de colores, así como de seguir con la
simulación, de que traten de engañar a la gente con encuestas y promesas de
cambios, de mejoras que surgen de una asamblea, de la opinión de unos cuantos
miembros distinguidos integrantes de un Consejo. Sin el ánimo del pesimismo, su
suerte está echada, pero nadie les quita la posibilidad de hacerle la lucha, al
fin y al cabo, cada tres años hay elecciones y mucha gente, de la sociedad
misma a la que ahora los priistas van a recurrir, ya no se diga de los
militantes y simpatizantes, es desmemoriada, pronto olvida, hasta los engaños y
por una torta, un refresco y un paraguas, cambian su suerte y con ella la del
país.
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