Samuel Gómez Patiño
En los noventas, fui elegido
presidente de la Liga de Softbol Egresados Universitarios y recuerdo que un
amigo, integrante y expresidente de la misma organización me comento:
-¡Te crees mucho!, y mi respuesta
fue:
-¡No me creo mucho!, ¡Soy mucho!
En aquella época, la liga contaba con 12
equipos que cada año participaban en los torneos de verano y de invitación y
quizás no era el hombre más capaz, pero si el único que acepto presidirla. En
ese tiempo nos tocó que nos expulsaran de los campos deportivos de la
Universidad Autónoma de Baja California (que dio origen a la liga compuesta de
alumnos, egresados y maestros) debido al consumo de alcohol en las
instalaciones, por lo que tuvimos que encontrar otro lugar para seguir
desarrollando nuestros torneos. Nos abrieron las puertas en los campos de la
Liga de Softbol de Otay, ya que ellos los utilizaban todos los días pero por
las noches, mientras que nuestra liga los sábados por el día.
También conseguimos los campos de
la Liga Municipal, la Unidad Deportiva “Centenario” también conocida como
“Hermanos Pacheco” y el campo del CREA. En ambos casos, los recursos de la liga
se utilizaban para ayudar a mejorar las instalaciones de juego, poniendo
gradas, tierra en el campo de juego y en alguna ocasión hasta ayudamos a una
liga a pagar la electricidad de sus campos, que nosotros no consumíamos pero
que tratamos como adelanto a la renta de las instalaciones.
En los diez años que presidimos la
liga, crecimos de 12 a más de 20 equipos; de una sola categoría a 3, y siendo
una liga no oficial en lugar de exportar equipos y/o jugadores, empezaron a
llegar equipos completos de las organizaciones oficiales. Se puede decir que un
80 % de las reglas que siguen rigiendo se elaboraron en nuestra gestión, y el
control de jugadores que participan es el más adecuado de cualquiera de las
ligas que participan en Tijuana.
Si me preguntas porque tantos años
en el poder, te recuerdo lo que escribí al principio, al momento de elegir
nuevos dirigentes nadie quería la responsabilidad. Entonces, me vi en la
necesidad de estudiar una maestría, ya que si quería poder concursar una plaza
en mi trabajo requería prepararme más por lo que renuncie a la presidencia. Así
la liga comenzó otro ciclo con nuevos dirigentes, los últimos con varios años
presidiendo y cuyos logros nos llevan a tener campos propios, cuatro
categorías, casi treinta equipos y una organización digna de una liga emanada
de personajes universitarios. Es fácil criticar lo que hace una persona cuando
están afuera del “cajón de responsabilidades” pero a la hora de las acciones la
mayoría desaparece.
Cuando dicen “el pueblo tiene el
gobierno que se merece”, no nos queda más que aceptar que el “Vox populi” es
muy sabio. Con la edad he aprendido que cuando tenemos la oportunidad de
escoger a un dirigente o de tomar una decisión en conjunto (o en equipo) debes
de conocer los argumentos que pueden favorecer con tu voto, pero también debes
de sopesar las cuestiones negativas, las que nos pueden afectar en lo
individual o en lo colectivo. Siempre recuerdo la frase de Voltaire “Podre no
estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a
decirlo”, la cual podemos parafrasearla “No estoy de acuerdo con su voto, pero
defenderé su derecho a emitirlo”.
Cuando en nuestro país se entienda
que emitimos un voto y que al final no es uno sino miles de sufragios los que
deciden, y que así como existe la posibilidad de que gane mí preferido también
la hay que sea vencedor el contrincante podremos aspirar a ser uno desarrollado.
En mi opinión, la democracia significa que no porque no ganó a quien favoreció
mi voto, ahora voy a estar en contra, al contrario habrá que sumar y por
supuesto si las cosas no se hacen de la manera correcta también tenemos el
derecho de señalar pero a su vez de aplaudir lo bueno.
Por otro lado, si ganamos no se
trata de buscar revancha y desquitarnos, sino de entender que ahora tenemos la
confianza del electorado, y debemos de gobernar para todos no solo para mi
partido. El México bizarro del que hablaba en el artículo anterior está lleno
de historias políticas deleznables, gracias a las cuales no hemos podido
desarrollar el potencial de nuestro país.
No vote por Andrés Manuel López
Obrador, pero tampoco le deseo lo peor. Tampoco soy enemigo de sus seguidores y
estoy en la mejor disposición de seguir haciendo lo que mejor se, tratar de
formar mejores ciudadanos a través de la enseñanza.
La próxima semana, la desventaja de
ser talentoso.
Me
gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en
Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Director del Área 1 de los Toastmasters
y
Presidente del Club Ejecutivo de
Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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