Los conjurados
Ricardo Sigala
El pasado miércoles 15 de
agosto ocurrió un suceso notable para la literatura de Ciudad Guzmán, en la
Casa del Arte Vicente Preciado Zacarías se presentó el libro Cartulario.
Muestra de letras zapotlenses de Fernando G. Castolo. Estamos ante un
volumen de más de quinientas páginas, que incluye a 186 autores, con su
respectiva ficha bibliográfica y un ejemplo de su trabajo literario; un volumen
que supone años de investigación, de catalogación y de selección; un volumen
que nace como una herramienta imprescindible tanto para los estudios literarios
como para los curiosos de la cultura regional, incluso para los lectores
aficionados y los simples amantes de la lectura.
Encontramos en estas páginas una especie de radiografía de la vida literaria
de Zapotlán el Grande, un recorrido por una suma de nombres y obras que abarcan
más tres siglos, entre el XIX y el XXI. La lectura de las fichas de los autores
resulta reveladora, pues por medio de ellas nos damos cuenta de la existencia
de instituciones, grupos culturales y medios periodísticos que a través de la
historia promovieron el desarrollo de la escritura literaria en nuestra ciudad.
Comprendemos, por ejemplo, el importante papel que en este rubro tuvo
el Seminario Conciliar de Zapotlán, pues ahí pasaron un buen número de los
intelectuales y artista que protagonizaron el final del siglo XIX y la primera
mitad del XX, como son los casos de Esteban Cibrián o Guillermo Jiménez.
Luego vendrá la época de los grupos culturales, el Cervantes Saavedra y
Arquitrabe, en torno a la figura de don Alfredo Velasco Cisneros, de los cuales
emanan personalidades de la talla de Juan José Arreola, Cristina Pérez Vizcaíno,
Roberto Espinoza Guzmán, Félix Torres Milanés, Vicente Preciado Zacarías y
Ramón Villalobos “Tijelino”, entre otros. Un poco tardíamente, aparece el grupo
cultural José Clemente Orozco, del cual podemos recordar los nombres de Juan Vizcaíno
y Ramón Rojas Chávez.
Más tarde, en la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, las
instituciones de educación superior como la Normal y el CUSur, además de la
instauración de talleres literarios, la carrera de Letras Hispánicas y la Casa
taller literario “Juan José Arreola”, aunado a una buena cantidad de iniciativas
periodísticas y de la comunidad literaria, le darán forma a lo que hoy
conocemos como literatura zapotlense contemporánea.
Es importante resaltar el criterio que Castolo ha establecido para
construir este catálogo de la literatura de nuestra ciudad. Lo que él llama
“letras zapotlenses” se constituye a partir de tres categorías de escritores:
los nacidos en Ciudad Guzmán, los avecindados en esta ciudad, y aquellos que
escribieron alguna obra en Zapotlán como consecuencia de una estancia en ella.
Un criterio abierto, totalizador, incluyente que concibe la historia de nuestra
literatura como una suma de factores que al combinarse a través de los siglos
han generado esta gama de expresiones. Aquí caben nuestros escritores
canónicos, y aquellos que como Neruda, Pellicer o Garfias fijaron su atención
poética en Zapotlán, pero también los discretos fundadores y las voces
reservadas que Castolo rescata del olvido, también hay lugar para las nuevas
voces, los jóvenes que están hoy haciendo la literatura zapotlense.
Cartulario.
Muestra de letras zapotlenses de Fernando G. Castolo se presenta como un
catálogo, pero a la vez como el campo en el que, en buena lid, conviven las más
diversas manifestaciones de la literatura en esta región del sur de Jalisco.
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