Un
momento por favor
J.
Jesús Juárez Martín
La
vida intensa nos acicatea en lo profundo de nuestra
humanidad, con las necesidades nuestras nos impulsa a realizar
actividades pertinentes para la satisfacción de ellas, la alimentación, el
bienestar, la convivencia; algunas de ellas se satisfacen en forma simple como
la respiración, la sed, porque la naturaleza nos proporciona los satisfactores
en relativa abundancia, aire y agua y aunque no todas las comunidades tienen el
acceso directo al agua, el trabajo y la organización los ha fortalecido como
población y disponen lo necesario, el aire indispensable para la respiración es
una gran masa que envuelve a nuestro mundo, nuestra casa común y de la mejor
calidad, que en diversas formas lo contaminamos y la naturaleza restaura su
calidad.
No
sólo las necesidades impulsan a la búsqueda de la vida, la
superación personal y la comunitaria, están en nuestra esencia humana, la
imaginación para el mejoramiento personal y social son motivaciones hacia el
progreso que nos deslumbran y en la evolución de todas esas realidades que
consideramos mejores y signos de progreso, existe latente el impulso del
acercamiento a la indispensable naturaleza, pues por principio es la proveedora
de las materias primas, humanidad y progreso han constituido una simbiosis en
el tiempo y el espacio en los pueblos y las diversas comunidades son muestra y
resultado de esos realidades.
La
semana que termina creo que resultó atípica ante las expectativas
realidades y pronósticos sobre los juegos del campeonato
mundial en el país e los Zares, de la cuna del socialismo y del
comunismo cercanos a nuestro tiempo. Domingo 17 de junio: Día del Padre
jolgorio y celebración por su día en las familias que lo tienen y festejan, con
la presencia del Dios Birján y no creo que haya habido suplica alguna, tal vez
quería ser testigo del sueño que eleva al pueblo y pierde noción
responsabilidades, políticas, laborales, y casi de toda índole y… ¡oh
coincidencia! En familia y jugando México en la Tv de la casa con la nueva
pantalla de 55 pulgadas, por aquellos cortos e vista, presenciar el primer
juego de la selección de México y el prodigio del gol del Chuky fue para
levitar a los aficionados asidos a la copa o cerveza más mexicana
que la misma Federación de Fútbol, decíamos sujetos para no perderse como
globo de niño en la entrada a Catedral en la fiesta josefina, nada menos que
con el campeón mundial del año 2014 que iniciaba la defensa del título con el
equipo verde como la esperanza de llegar al quinto partido en esta justa
mundialista, equipo despedido del Estadio Azteca con abucheo para su D. T.,
entrenador que recibe el apoyo de sus jugadores y que gran parte de
comunicadores y conocedores de fútbol le cuestionan sus permanente
rotación de jugadores, a tal grado que los genios aseguran que no ha repetido
en su largo caminar en la selección dos partidos con la misma alineación,
y que no digan que fue suerte porque las jugadas anteriores habían
situado a los artilleros en posición de anotar. Lo que siguió fue
una cadena de gritos, suspiros y chines como ristra de cohetes hasta que
se escuchó el silbatazo final y Memo Ochoa peinaba su cabellera china, tan
alborotada durante el juego.
Marcador
final: Uno a cero que catapultó a tanto y tantos a los cuernos de la luna de
donde pueden caer porque apenas, creo que aseguraron el cuarto partido, pero
desde el primero. Situación muy meritoria y que, con la derrota contundente de
los argentinos ante los croatas, nos alegramos en mandarle un saludo a Maradona
“el de la manita de Dios en México” que considera que México es influyente
porque compartirá con Canadá y Estados Unidos la organización del Campeonato de
Fútbol del 2026, porque vaticinó que México clasifica y clasifica, pero no
llega al quinto.
Finalmente,
manifiesto que pretendía comparar un poco las realidades culturales tan
disímbolas de Rusia Y México, pero la dirección se perdió y nos desviamos en la
alegría de compartir el triunfo y sólo encuentro afinidad en la necesidad como
pueblos de ser importantes en el concurso mundial del deporte y la cultura como
legitimo patrimonio para la humanidad de dos pueblos disímbolos, alejados,
unidos por el futbol. ¡Viva México…!
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