miércoles, 27 de junio de 2018

Es culpa de la Malinche








Samuel Gómez Patiño


Nuestro país se ha formado a través de grandes historias y leyendas, que trascienden el tiempo y forjan nuestro presente, aunque algunas veces también son esas mismas historias las que detienen nuestro desarrollo como sociedad, pero que nos dan identidad como mexicanos.

Seguramente alguna vez has escuchado que le dicen malinchista a alguna persona. Es fácil decirle a la gente que rechaza los productos o costumbres de donde radica “eres malinchista”, pero ¿sabes de donde proviene este término? Consultando las páginas de Internet de National Geographic España, encontré la historia más aceptada de este personaje en la historia de la conquista de México.
Malinalli o Malinche nació cerca de Coatzacoalcos la antigua capital Olmeca hacia el año 1500, hija de familia noble, su padre era el gobernante de la ciudad de Painala hasta que falleció y al casarse otra vez su madre fue vendida a unos mercaderes para evitar que obtuviera la herencia de su padre.

Los aztecas habían observado que los españoles no tenían doncellas destinadas al servicio doméstico, por lo que según las costumbres indígenas les fueron entregadas 20 doncellas a Hernán Cortés, siendo bautizadas para cumplir con el ordenamiento religioso que les permitiera mantener relaciones de concubinato con las doncellas, así Malinalli recibió el nombre de “Marina” y fue entregada a su pariente Alonso Hernández Portocarrero.

Cuando Cortés se dio cuenta que Doña Marina dominaba el náhuatl y el maya, la convirtió en su intérprete y así fue como se convirtió en la gran aliada de la conquista. Gracias a sus conocimientos de las lenguas indígenas, de la geografía local y la situación política del país, la Malinche logro que la conquista de México fuera menos cruenta, más rápida y exitosa de lo que hubiera sido sin ella. Sus contemporáneos tomaron su nombre para representar la traición a sus orígenes y, como la colaboración de Doña Marina y Hernán Cortés fue muy estrecha este último era llamado “el capitán de Marina” y posteriormente también Malinche.

Todo esto viene a colación a como los seres humanos discriminamos, por cuestiones religiosas, deportivas, culturales o sociales. Donald Trump, tiene una fijación negativa contra los inmigrantes en su país cuando el proviene de familia de inmigrantes, de los que han ayudado a “ser grande a América”. En la actualidad los únicos americanos esta en las reservaciones indias, la mayor parte de la población es descendiente de extranjeros lo cual le ha dado la oportunidad a Estados Unidos de obtener una gran capacidad intelectual y profesional que por supuesto, ayuda al país a crecer y competir globalmente.
Nos enfurece conocer lo de la “cero tolerancia” y haber visto la separación de las familias que intentan ingresar al país norteamericano en busca de una mejor vida, ya que en sus países de origen no se les proporciona, ni siquiera la seguridad de vivir. Entonces me pregunto, que hacemos los mexicanos, primero para ayudar a nuestros connacionales y luego para defender los derechos de quienes transitan por nuestro territorio.

Prevalece el malinchismo en nuestro país concebido en que “todo lo hecho en México está mal hecho” y que solo lo hecho por los extranjeros está bien. Si bien es cierto, que durante muchos años no fuimos capaces de producir con mayor calidad, me parece que en la actualidad eso ha ido quedando atrás. Basta ver la reacción en las funciones de cine, vemos anunciada una película extranjera y nos volcamos a llenar las salas mientras que si son producciones mexicanas pocos les hacemos casos, cuando en los últimos años se han mostrado grandes películas de origen nacional y con artistas, productores y directores locales dando una muestra de cómo hemos ido creciendo en este rubro.

No soy de la idea de comprar lo nuestro porque son de mexicanos, sino reconozco que lo producido en México en muchos de los ámbitos, económicos, tecnológicos, culturales o sociales superan con creces lo extranjero. Es hora de cambiar nuestro malinchismo, una forma cultural muy mexicana de odiar lo nuestro y ver lo mejor en lo extranjero por el sólo hecho de tener una etiqueta en otro idioma.

Malinalli sólo fue una mujer que vivió las circunstancias de su época, tuvo que servir al extranjero de acuerdo a las costumbres de los aztecas, cumplió con Cortés y los españoles orillada por la cultura del México de su época y las cuestiones religiosas y costumbre de los extranjeros. La Malinche fue un personaje que debemos entender como parte importante de la historia, pero dejemos de culparla por nuestros males, malinchistas aquellos que reniegan de sus orígenes pero a su vez tratan de ser serviles con los conquistadores, y de esos hay muchos en México.

La próxima semana, les platico del libro “México bizarro”, de Julio Patán y Alejandro Rosas.   

            Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Vicepresidente Educativo del Club Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California

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