Samuel Gómez Patiño
Nuestro país se ha formado a través
de grandes historias y leyendas, que trascienden el tiempo y forjan nuestro
presente, aunque algunas veces también son esas mismas historias las que
detienen nuestro desarrollo como sociedad, pero que nos dan identidad como
mexicanos.
Seguramente alguna vez has
escuchado que le dicen malinchista a alguna persona. Es fácil decirle a la
gente que rechaza los productos o costumbres de donde radica “eres
malinchista”, pero ¿sabes de donde proviene este término? Consultando las
páginas de Internet de National Geographic España, encontré la historia más
aceptada de este personaje en la historia de la conquista de México.
Malinalli o Malinche nació cerca de
Coatzacoalcos la antigua capital Olmeca hacia el año 1500, hija de familia
noble, su padre era el gobernante de la ciudad de Painala hasta que falleció y
al casarse otra vez su madre fue vendida a unos mercaderes para evitar que
obtuviera la herencia de su padre.
Los aztecas habían observado que
los españoles no tenían doncellas destinadas al servicio doméstico, por lo que
según las costumbres indígenas les fueron entregadas 20 doncellas a Hernán
Cortés, siendo bautizadas para cumplir con el ordenamiento religioso que les permitiera
mantener relaciones de concubinato con las doncellas, así Malinalli recibió el
nombre de “Marina” y fue entregada a su pariente Alonso Hernández Portocarrero.
Cuando Cortés se dio cuenta que
Doña Marina dominaba el náhuatl y el maya, la convirtió en su intérprete y así
fue como se convirtió en la gran aliada de la conquista. Gracias a sus conocimientos
de las lenguas indígenas, de la geografía local y la situación política del
país, la Malinche logro que la conquista de México fuera menos cruenta, más
rápida y exitosa de lo que hubiera sido sin ella. Sus contemporáneos tomaron su
nombre para representar la traición a sus orígenes y, como la colaboración de
Doña Marina y Hernán Cortés fue muy estrecha este último era llamado “el
capitán de Marina” y posteriormente también Malinche.
Todo esto viene a colación a como
los seres humanos discriminamos, por cuestiones religiosas, deportivas,
culturales o sociales. Donald Trump, tiene una fijación negativa contra los
inmigrantes en su país cuando el proviene de familia de inmigrantes, de los que
han ayudado a “ser grande a América”. En la actualidad los únicos americanos
esta en las reservaciones indias, la mayor parte de la población es
descendiente de extranjeros lo cual le ha dado la oportunidad a Estados Unidos
de obtener una gran capacidad intelectual y profesional que por supuesto, ayuda
al país a crecer y competir globalmente.
Nos enfurece conocer lo de la “cero
tolerancia” y haber visto la separación de las familias que intentan ingresar
al país norteamericano en busca de una mejor vida, ya que en sus países de
origen no se les proporciona, ni siquiera la seguridad de vivir. Entonces me
pregunto, que hacemos los mexicanos, primero para ayudar a nuestros
connacionales y luego para defender los derechos de quienes transitan por
nuestro territorio.
Prevalece el malinchismo en nuestro
país concebido en que “todo lo hecho en México está mal hecho” y que solo lo
hecho por los extranjeros está bien. Si bien es cierto, que durante muchos años
no fuimos capaces de producir con mayor calidad, me parece que en la actualidad
eso ha ido quedando atrás. Basta ver la reacción en las funciones de cine,
vemos anunciada una película extranjera y nos volcamos a llenar las salas
mientras que si son producciones mexicanas pocos les hacemos casos, cuando en
los últimos años se han mostrado grandes películas de origen nacional y con
artistas, productores y directores locales dando una muestra de cómo hemos ido
creciendo en este rubro.
No soy de la idea de comprar lo
nuestro porque son de mexicanos, sino reconozco que lo producido en México en
muchos de los ámbitos, económicos, tecnológicos, culturales o sociales superan
con creces lo extranjero. Es hora de cambiar nuestro malinchismo, una forma
cultural muy mexicana de odiar lo nuestro y ver lo mejor en lo extranjero por
el sólo hecho de tener una etiqueta en otro idioma.
Malinalli sólo fue una mujer que vivió
las circunstancias de su época, tuvo que servir al extranjero de acuerdo a las
costumbres de los aztecas, cumplió con Cortés y los españoles orillada por la
cultura del México de su época y las cuestiones religiosas y costumbre de los
extranjeros. La Malinche fue un personaje que debemos entender como parte
importante de la historia, pero dejemos de culparla por nuestros males,
malinchistas aquellos que reniegan de sus orígenes pero a su vez tratan de ser
serviles con los conquistadores, y de esos hay muchos en México.
La próxima semana, les platico del
libro “México bizarro”, de Julio Patán y Alejandro Rosas.
Me
gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en
Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Vicepresidente Educativo del Club Toastmasters
Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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