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miércoles, 2 de mayo de 2018

Paralizado el movimiento obrero






Juan José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán


La celebración acostumbrada del Día del Trabajo, el primero de mayo, prácticamente ha pasado a ser una fecha marcada en el calendario oficial como día de descanso obligado para los trabajadores, y ya no para la realización del desfile que conjuntaba organizaciones, sindicatos y trabajadores afiliados a una central obrera, y que culminaba en un acto masivo con la participación de oradores que resaltaban las luchas y los logros por una mejor vida de los trabajadores.

            El primero de mayo de este año, lo único que se vio en las horas acostumbradas a la celebración matutina, generalmente, fue una pequeña columna de empleados de TELMEX que se hicieron presentes en la vía pública, así como una reunión, prácticamente privada, con los afiliados y dirigentes del SUTERM, el sindicato de los electricistas, no se vio en la explanada de la plaza principal de Ciudad Guzmán el conglomerado que años atrás hacían trabajadores afiliados a la CTM, CROC, STIRT y otros gremios.

            Esta merma en los actos conmemorativos y en la disgregación de los sindicatos y centrales obreras, sobre todo masivos, se vino dando con la desaparición física de quienes por muchos años fungieron como líderes o dirigentes de las centrales obreras de Zapotlán el Grande, en las personas de Andrés Rolón Peralta, CTM, y Jesús Galván González CROC, organización que después de la muerte de Galván González la representó en los hechos y discursos el también desaparecido Fernando Pinto García. Cada fecha alusiva se vino celebrando con menos gente y con el paso que lleva seguramente tenderá a desaparecer para siempre.

            Este fenómeno, no se puede separar de las circunstancias políticas que se han venido dando desde hace algunos años en el Municipio, cuando comenzaron a gobernar candidatos propuestos por otros partidos políticos ajenos al PRI, cuando también comenzaron a surgir nuevos partidos y candidatos que tundieron con fuerza al monolito político que significaba el tricolor con el apoyo de sus organizaciones afines; CTM, CROC, CROM, SUTERM, STIRT, CNC y el campesinado, ahora disgregados en diferentes corrientes y partidos que de alguna manera se han mantenido al margen de conmemoraciones como la que no ocupa.

            Fuera de ser un acto meramente conmemorativo ahora casi en el olvido, la celebración de esta fecha no representaba, en los hechos, nada de trascendencia o de beneficio para los trabajadores, y la mejor prueba está es que siguen siendo sujetos a salarios de miseria, a condiciones de trabajo cada vez más permisivas para el obrero pese a estar afiliados a un sindicato, a una organización, y lo mismo se está dando también, sistemáticamente, en fechas como la conmemoración de la expropiación petrolera, mientras que la del cinco de mayo se ha transformado en un desfile de la primera y la del inicio de la revolución en una comparsa de bailables con música ajena a la tradicional, sin que ello repercuta más allá de un cambio radical y un olvido de lo que dio origen a su celebración años atrás.


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