Juan
José Ríos Ríos
Ante la
complacencia o complicidad de la Dirección de Tránsito y Movilidad de Ciudad
Guzmán, vehículos que cubren rutas para el pasaje foráneo circulan dentro de la
zona urbana y no conforme con ello hasta levantan pasaje en paradas que
realizan por la Avenida Hidalgo, cuando la mayoría de las líneas que prestan el
mismo servicio respetan y utilizan las carreteras que tienen a su disposición
para cumplir con su encomienda.
Esta situación repercute en el
tránsito normal de la ciudad y también en el estado físico de las calles, de
por sí muy deterioradas en su mayoría, lo que induce a suponer que la dirección
mencionada líneas arriba desconoce o se presta para que se dé, puesto que no se
ve su accionar para evitarlo porque se considera del todo irregular por lo
señalado anteriormente y porque seguramente violenta la misma reglamentación de
tránsito y movilidad.
Para evitar la presencia y
funcionamiento de las líneas de pasaje foráneo, cuando hasta antes del temblor
de tierra del 19 de septiembre de 1985 las oficinas y paradas de los autobuses
de pasaje operaban en pleno centro de Ciudad Guzmán, se trabajó y se logró su
reubicación primero en terreno municipal ubicado aledaño a lo que fuera la
antigua CONASUPO, ye en el Gobierno Municipal encabezado por Luis Carlos Leguer
Retolaza, se logró la construir la actual central de autobuses, fuera del
perímetro de las casas habitación.
Ahora, pese a la existencia de dicha
central de autobuses, sitio obligado para el arribo, descarga y subida de
pasaje para todas las empresas de autotransporte considerada federal
especializada en la movilidad de personas, se manera frecuente se ven
circulando y subiendo pasaje por la calle del Panteón Municipal, de sur a
norte, así como por la Avenida Benito Juárez, por donde las unidades de pasaje
se detienen para subir y bajar pasaje, principalmente donde hace su cruce con
la continuación de la calle de Refugio Barragán de Toscano, por Juárez,
precisamente.
De igual forma nada se hace por
parte de esta dependencia municipal para meter en cintura a los repartidores de
refrescos, agua embotellada y camiones de carga, los primeros entregando
productos en los negocios establecidos casi en todas las esquinas de las calles
de la zona más cargada de tránsito de vehículos, estacionando sus enormes
unidades en las esquinas tapando la visibilidad y violentando la señal de
prohibición para estacionarse que se indica con las líneas pintadas de
amarrillo por personal de la misma dependencia.
Por lo que se refiere a los camiones
de carga que entregan o descargan mercancías ubicadas por varios puntos de la
ciudad, especialmente por calle Ocampo, de manera continua entorpecen el
tránsito a los demás conductores, pues por sus medidas se ven obligados a
realizar maniobras para ingresar a las bodegas o depósitos de las mercancías
que transportan, cuando de por sí ya es muy conflictivo circular por tanta
unidad a motor que se mueve por la ciudad.
Se supone para que estas labores
existe una reglamentación oficial que señala las horas para realizarlas. Para
el caso de que no existan, debiera de pensarse por parte de la autoridad
municipal en cómo evitarlo lo más posible, pero, sobre todo que haya quien haga
cumplir las disposiciones en beneficio de toda una ciudad, porque si la
Dirección de Movilidad carece de personal y vehículos suficientes para atender
la problemática, destinar recursos e interés para que se subsane, o, en caso
contrario, si es por falta de conocimiento, capacidad o don de mando en la
citada dependencia, que se tomen las medidas pertinentes, porque ya ni en las
calles Primero de Mayo, Colón, Reforma y Juárez, hay orden, se ven vehículos
estacionados en doble fila, impidiendo el libre tránsito a los demás.
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