lunes, 30 de abril de 2018

Invasión del transporte foráneo





Juan José Ríos Ríos


Ante la complacencia o complicidad de la Dirección de Tránsito y Movilidad de Ciudad Guzmán, vehículos que cubren rutas para el pasaje foráneo circulan dentro de la zona urbana y no conforme con ello hasta levantan pasaje en paradas que realizan por la Avenida Hidalgo, cuando la mayoría de las líneas que prestan el mismo servicio respetan y utilizan las carreteras que tienen a su disposición para cumplir con su encomienda.



            Esta situación repercute en el tránsito normal de la ciudad y también en el estado físico de las calles, de por sí muy deterioradas en su mayoría, lo que induce a suponer que la dirección mencionada líneas arriba desconoce o se presta para que se dé, puesto que no se ve su accionar para evitarlo porque se considera del todo irregular por lo señalado anteriormente y porque seguramente violenta la misma reglamentación de tránsito y movilidad.

            Para evitar la presencia y funcionamiento de las líneas de pasaje foráneo, cuando hasta antes del temblor de tierra del 19 de septiembre de 1985 las oficinas y paradas de los autobuses de pasaje operaban en pleno centro de Ciudad Guzmán, se trabajó y se logró su reubicación primero en terreno municipal ubicado aledaño a lo que fuera la antigua CONASUPO, ye en el Gobierno Municipal encabezado por Luis Carlos Leguer Retolaza, se logró la construir la actual central de autobuses, fuera del perímetro de las casas habitación.

            Ahora, pese a la existencia de dicha central de autobuses, sitio obligado para el arribo, descarga y subida de pasaje para todas las empresas de autotransporte considerada federal especializada en la movilidad de personas, se manera frecuente se ven circulando y subiendo pasaje por la calle del Panteón Municipal, de sur a norte, así como por la Avenida Benito Juárez, por donde las unidades de pasaje se detienen para subir y bajar pasaje, principalmente donde hace su cruce con la continuación de la calle de Refugio Barragán de Toscano, por Juárez, precisamente.

            De igual forma nada se hace por parte de esta dependencia municipal para meter en cintura a los repartidores de refrescos, agua embotellada y camiones de carga, los primeros entregando productos en los negocios establecidos casi en todas las esquinas de las calles de la zona más cargada de tránsito de vehículos, estacionando sus enormes unidades en las esquinas tapando la visibilidad y violentando la señal de prohibición para estacionarse que se indica con las líneas pintadas de amarrillo por personal de la misma dependencia.

            Por lo que se refiere a los camiones de carga que entregan o descargan mercancías ubicadas por varios puntos de la ciudad, especialmente por calle Ocampo, de manera continua entorpecen el tránsito a los demás conductores, pues por sus medidas se ven obligados a realizar maniobras para ingresar a las bodegas o depósitos de las mercancías que transportan, cuando de por sí ya es muy conflictivo circular por tanta unidad a motor que se mueve por la ciudad.

            Se supone para que estas labores existe una reglamentación oficial que señala las horas para realizarlas. Para el caso de que no existan, debiera de pensarse por parte de la autoridad municipal en cómo evitarlo lo más posible, pero, sobre todo que haya quien haga cumplir las disposiciones en beneficio de toda una ciudad, porque si la Dirección de Movilidad carece de personal y vehículos suficientes para atender la problemática, destinar recursos e interés para que se subsane, o, en caso contrario, si es por falta de conocimiento, capacidad o don de mando en la citada dependencia, que se tomen las medidas pertinentes, porque ya ni en las calles Primero de Mayo, Colón, Reforma y Juárez, hay orden, se ven vehículos estacionados en doble fila, impidiendo el libre tránsito a los demás.

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