Martha
Catalina Álvarez Godoy
Si los progenitores
enseñan desde pequeños a sus hijos a colaborar con las actividades y labores
domésticas necesarias para el hogar, que benefician a todos los miembros que la
integran; además de hacer un espacio limpio, ordenado y agradable no sólo para los
que viven allí, sino para quien les visite. Sin duda logra que esas prácticas
comunes y simples sean bases importantes para que los hijos vayan cimentando el
carácter, personalidad y compromiso para hacer lo correspondiente desde la
primera institución formativa que es la familia.
Afirma
la Dra. Ainhoa Manzano Fernández que es conveniente “utilizar tareas y
obligaciones para crear responsabilidades en los chicos, especificar cómo,
cuándo y quién debe hacerlas, esto desarrolla la capacidad de organización y
los propios recursos”.
Por su
parte Vivian Saade opina que al dar responsabilidades a los niños ayuda no sólo
a su crecimiento individual, sino también a que entiendan que “cooperación”
significa que lo que haga cada persona repercute en los demás, también los
ayuda a sentirse útiles.
El niño
se sensibiliza al cooperar con lo asignado por los papás de acuerdo a su edad y
capacidades individuales; a valorar el trabajo y esfuerzo de los demás. A
medida que crece va comprendiendo el sentido de tales acciones, está habituado
desde etapas tempranas de su vida, a realizar de forma responsable diferentes
prácticas que con el paso del tiempo, lo convertirán en una persona virtuosa.
Al
ingresar a la escuela le será más fácil adaptarse, atender y cumplir las normas
establecidas en este segundo contexto educativo; realizar lo que le corresponde
ahora como alumno en los ambientes específicos de aprendizaje, propiciados para
que aprenda, desarrolle las capacidades, habilidades, destrezas y valores
personales, es decir, para que sea competente.
Es a
través del proceso de enseñanza como los docentes contribuyen en la formación
de los niños, adolescentes y jóvenes desde el primer año escolar. Se hace necesario fortalecer, consolidar o
trabajar específicamente con ese considerable número de alumnos que carecen de
esas cualidades. Condiciones indispensables que en el hogar se debió inculcar
por los papás, en relación con cumplir con lo propio como mínimo, para entonces
involucrarlos en las actividades colaborativas de la escuela, hacerlo, lleva
tiempo, que muchas veces se le resta al proceso de aprendizaje curricular.
Es
fundamental el papel que juega el desempeño de cada uno de los alumnos, el
compromiso, la perseverancia, el trabajo colectivo e interacción con los demás integrantes del
grupo; para que adquieran durante las etapas y niveles educativos el perfil de
egreso esperado no sólo por el sistema educativo, por los padres de familia y
el ámbito laboral al que ingresarán más tarde. En éste el individuo será capaz
de cumplir con gusto el trabajo correspondiente; actuará acorde a lo que se
espera que realice, motivado por deber hacer o por convicción propia.
*Asesora en el Centro de Actualización del Magisterio
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