Samuel Gómez
Patiño
Hace años me llamo la atención un libro titulado “El milagro más grande del
mundo” del escritor italiano Augustine Mandino conocido por el seudónimo de Og
Mandino, fallecido en 1996 e inicie una cruzada que me llevo a adquirir y leer casi
todos sus títulos traducidos al español (tengo en espera “La universidad del
éxito”) todos exitosos, aunque me parece que el primero que leí junto con “El
ángel número doce” y “El vendedor más grande del mundo” fueron los que tuvieron
un gran impacto en mi persona.
Este libro fue publicado
por primera vez en 1963 y se convirtió en un Best Sellers y hasta la fecha es
un referente de los escritores de motivación actuales y de lectura obligada en
grandes escuelas y organizaciones. En mi caso, para mis alumnos del área de
mercadotecnia es una lectura obligatoria.
A través de historias
nos involucra en la narrativa de sus libros y en este caso, la historia del
camellero que se convierte en el vendedor más grande del mundo logra envolver
al lector para enseñarnos la filosofía del éxito, y aunque en un principio nos
parece que nos va a enseñar las mejores técnicas para vender, al final nos
ayuda a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. Nos entrega los
diez pergaminos del éxito de los cuales te menciono los que a mi parecer son
los más interesantes.
Me formare en los buenos hábitos,
y seré esclavo de esos hábitos.
¿Cómo podemos ser exitosos, sino cambiamos de hábitos? Según las teorías de
la conducta, un mal hábito lo aprendemos desde la primera vez, como no saludar,
lavarnos las manos después de ir al baño o simplemente fumar, por el contrario,
los buenos hábitos son cuestión de mucha práctica, como levantarse temprano o
comer saludable. Algo que me ha caracterizado todo el tiempo es ser responsable
con mi trabajo, no me gusta faltar, algo que mis alumnos de vez en cuando resienten,
pero a lo largo de mi vida me acostumbre a cumplir, ya sea en los equipos que
he jugado, futbol, béisbol o softbol, como en las actividades laborales que he
tenido.
Saludare este día con amor en mi
corazón.
Nadie da lo que no tiene, es un dicho que me gusta mucho. Para mi significa
que quien tiene amor es lo que da, en cambio quienes guardan odio o rencor es
lo que reparten. De seguro alguna vez has recibo un buen trato y te han hecho
sentir especial, entonces te has encontrado con alguien que tiene mucho que
dar, ellos son quienes dan un servicio al cliente de calidad.
Persistirás hasta alcanzar el
éxito.
¿Alguna vez has hecho un
inventario de tus habilidades o talentos? Todos nacemos para triunfar, pero nos
falta decisión para lograrlo. A veces conozco historias de personas con
discapacidades físicas que logran ser sobresalir, por ejemplo, Nick Vucijic sin
pies ni manos y nadando con tanta facilidad y convicción y yo ni siquiera me
meto a la tina porque me ahogo.
Soy el milagro más grande del
mundo.
Dice Mandino somos
únicos e irrepetibles y debemos creerlo. Nacimos con cualidades, virtudes y
defectos que nos hace personas especiales, debemos aprender a explotarlas.
Decidir ser los mejores, no dejar que el ambiente en el que vivimos destruya
nuestras posibilidades de triunfar. Me recuerda la frase “no somos culpables de
nacer pobres, pero si de morir en la pobreza”.
Viviré este día como si fuese el
último día de mi vida.
Si el futuro no ha
llegado ¿Por qué me preocupa?, el pasado ya no lo puedo cambiar y me molesta en
el presente. Para mi es grandioso que al amanecer y al abrir mis ojos pueda
sentir el aire que respiro, escuchar los pájaros cantar y estar otra vez con
mis seres queridos. Trato de vivir cada segundo, si estoy en casa disfrutar de
la compañía de mis hijos y esposa, si estoy en el juego divertirme y hacer mi
mejor esfuerzo, si estoy impartiendo mi clase disfruto de compartir
conocimientos, escuchar sus comentarios y resolver sus dudas y hasta mi tiempo
en el club Toastmasters se vuelve indispensable para mi crecimiento como en el
último concurso que me deja una gran satisfacción por lograr el objetivo de
lograr un buen lugar. Vivo como si fuera el último segundo de vida, hasta el
último aliento.
Me reiré del mundo.
Huelga decir que como
mexicanos tenemos un gran sentido del humor, y lo que más me gusta es la
facilidad de reírnos de nosotros mismos, de lo que nos pasa, bueno o malo.
Nunca falta la oportunidad, pero me parece que hasta de la muerte nos gusta
reírnos, aunque sabemos que quién ríe al último ríe mejor.
La próxima semana “El
mejor discurso siempre lo das cuando vas a casa”.
Me gustaría leer tú opinión, puedes
escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook:
Samuel Gómez Patiño
*Vicepresidente
Educativo del Club Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y
Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la
Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad
Autónoma de Baja California
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