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miércoles, 18 de abril de 2018

El Chato Camacho tendrá que esperar

El regidor Jenaro Solano.

Juan José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán


Sin fecha fija oficial está el reconocimiento que la Autoridad Municipal de Zapotlán el Grande se comprometió brindar al extinto mecenas del fútbol local y padrino por muchos años del Club Deportivo Canadá, Sergio “El Chato” Camacho. Ya se sabe que la cancha dos de la Unidad Deportiva Manuel Gómez Morín será a la que se le imponga su nombre, pero las ocupaciones y el trabajo de los miembros del Ayuntamiento no ha posibilitado se concretice en hechos la promesa hecha a familiares y simpatizantes del Chato.



            Sobre el tema y en razón de preguntas hechas a quien esto escribe acerca del por qué no se ha hecho el homenaje, se le preguntó al Regidor Presidente de la Comisión de Deportes en el Ayuntamiento local, Jenaro Solano, quien proporcionó los datos señalados líneas arriba en el sentido que no ha sido posible por falta de tiempo, no de voluntad, que la sede para la colocación de la placa alusiva y para el reconocimiento oficial ya estaba definido pero también se esperaba que se disponga del tiempo para llevarlo a cabo.

            Dijo que la placa con el nombre de Sergio “El Chato” Camacho será de cemento, no de metal para que no se lo roben como sucede en casi todas las instalaciones públicas que, por cierto ya están sin la vigilancia de velador, comentó, y que a la par de la placa se pretende realizar en la fecha aún no prevista oficialmente un cuadrangular de fútbol, con la asistencia de los familiares y seguidores de este hombre de pantalón largo que dio mucho al fútbol local y regional, para que de esta manera se le tribute un justo reconocimiento a su aporte y a la vez se cumpla en los hechos el compromiso adquirido.

            A casi dos años de su defunción, vale la pena señalar que “El Chato” Camacho, como popularmente se le conocía, fue fundador, entrenador y mecenas de casi todos los jóvenes que formaron parte del equipo de fútbol Canadá, al que se le reconocía y se anunciaba como La raza vaga del Canadá, un club que por muchos años fue baluarte del balompié local y forjador de muchos y buenos jugadores de este deporte, que contó con instalaciones propias y ejemplo de compañerismo y resultados positivos en razón del empuje y cariño que Sergio Camacho Contreras impuso con su ejemplo.

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