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miércoles, 21 de marzo de 2018

La política, el mejor negocio







Juan José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán


En nuestro entorno, no conozco persona que, habiendo ocupado un cargo público, no haya mejorado su situación económica, y no solo eso, sino que una vez que ha probado las mieles del dinero fácil y abundante, algunas de esas personas insisten en mantenerse dentro del círculo que los vio nacer como miembros de esta clase privilegiada y hacen de la política su profesión, para la que no ocupan título, y ejemplos hay muchos.

            No es que estemos en contra de que las personas mejoren profesional o económicamente, de ninguna manera, simple y llanamente la referencia es para aquellos que el destino, su tesón y hasta su cinismo les han favorecido para ser parte de esa élite política y que, lejos de representar los intereses de los ciudadanos siguen el juego que les dictan quienes tienen y mantienen el poder. Los diputados, senadores, jueces, magistrados, secretarios de estado y toda la ralea que vive del presupuesto, hacen lo que les dicta el sistema, no así los intereses de la sociedad, estamos plagados de ejemplos.

            El dinero público y como se maneja por el poder que lo tiene y dilapida, ha corrompido muchas generaciones de mexicanos, es causa y efecto de lo que somos como sociedad y como país, ocupando nada honrosos primeros lugares en impunidad, violencia contra las mujeres, corrupción al por mayor y con miras a empeorar si es que no se endereza el rumbo que lleva el país por los políticos que nos gobiernan, cuando la Constitución es letra muerta para el pueblo, cuando el órgano máximo para impartir justicia como lo es la Suprema Corte, la violenta flagrantemente al aprobar que toda persona que a ojos de la policía resulte “sospechosa”, pueda ser violentada en sus derechos y bienes con toda la impunidad, aberrante decisión si así es.

            Yo me pregunto… si el Estado, con dinero de todos, no financiara a los partidos políticos, habría tantos y tan de “variada” ideología. Si un Presidente Municipal, diputado local o federal, un gobernador o senador de la República, percibiera un salario similar a un empleado del mismo sistema como de la CFE o PEMEX, que ganan más dinero que cualquier otro trabajador independiente o al servicio de la iniciativa privada, ya no se diga comparado con los que están sujetos al salario mínimo, para que no se sientan discriminados esos “servidores” públicos, ¿habría tanto político buscando un cargo público?

            Hay países en donde el ser funcionario público quien desempeñe el cargo no percibe paga alguna, y lo hacen de manera profesional, no por recibir una paga, sino por servir a su comunidad, a su país, mientras que en el nuestro aparte de ganar grandes sumas hacer buenos negocios al amparo del cargo, hacen todo lo contrario, lo que les dictan, y aprueban leyes que entregan los recursos nacionales a manos trasnacionales o de vende patrias, leyes que lejos de proteger a la sociedad buscan intimidarla, mantenerla sumisa y asustada para que no proteste, leyes que no hacen justicia al que sufre un daño irreparable o se le violentan sus derechos, leyes para someter y no para servir a las mejores causas.

            Esta situación mucha gente la vive, la padece, la conoce y asume una actitud de impotencia porque no puede o no quiere hacer nada, son tan variadas y tan continuas las formas como el Estado la diversifica, la aplica y la mejora cada vez más en contra de la sociedad, que ya no se siente lo duro sino lo tupido, cuando con tanta riqueza en recursos, tantas leyes y condiciones favorables, como sociedad debiéramos de estar y vivir mejor, razón por la cual los que queremos al país y un mejor destino para todos, debemos de participar más, cada uno desde sus trincheras para que se cambie la forma de ser y de actuar por nuestros políticos, no les regatearemos que ganen mensualmente lo que un trabajador asalariado lo obtiene en un año de rajarse el lomo, pero háganlo ya diferente, como se necesita, como lo demanda el país y su gente.

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