Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
El Volcán/Guzmán
En
nuestro entorno, no conozco persona que, habiendo ocupado un cargo público, no
haya mejorado su situación económica, y no solo eso, sino que una vez que ha
probado las mieles del dinero fácil y abundante, algunas de esas personas
insisten en mantenerse dentro del círculo que los vio nacer como miembros de
esta clase privilegiada y hacen de la política su profesión, para la que no
ocupan título, y ejemplos hay muchos.
No es que estemos en contra de que
las personas mejoren profesional o económicamente, de ninguna manera, simple y
llanamente la referencia es para aquellos que el destino, su tesón y hasta su
cinismo les han favorecido para ser parte de esa élite política y que, lejos de
representar los intereses de los ciudadanos siguen el juego que les dictan
quienes tienen y mantienen el poder. Los diputados, senadores, jueces,
magistrados, secretarios de estado y toda la ralea que vive del presupuesto,
hacen lo que les dicta el sistema, no así los intereses de la sociedad, estamos
plagados de ejemplos.
El dinero público y como se maneja
por el poder que lo tiene y dilapida, ha corrompido muchas generaciones de
mexicanos, es causa y efecto de lo que somos como sociedad y como país,
ocupando nada honrosos primeros lugares en impunidad, violencia contra las mujeres,
corrupción al por mayor y con miras a empeorar si es que no se endereza el
rumbo que lleva el país por los políticos que nos gobiernan, cuando la
Constitución es letra muerta para el pueblo, cuando el órgano máximo para
impartir justicia como lo es la Suprema Corte, la violenta flagrantemente al
aprobar que toda persona que a ojos de la policía resulte “sospechosa”, pueda
ser violentada en sus derechos y bienes con toda la impunidad, aberrante
decisión si así es.
Yo me pregunto… si el Estado, con dinero
de todos, no financiara a los partidos políticos, habría tantos y tan de
“variada” ideología. Si un Presidente Municipal, diputado local o federal, un
gobernador o senador de la República, percibiera un salario similar a un
empleado del mismo sistema como de la CFE o PEMEX, que ganan más dinero que
cualquier otro trabajador independiente o al servicio de la iniciativa privada,
ya no se diga comparado con los que están sujetos al salario mínimo, para que
no se sientan discriminados esos “servidores” públicos, ¿habría tanto político
buscando un cargo público?
Hay países en donde el ser
funcionario público quien desempeñe el cargo no percibe paga alguna, y lo hacen
de manera profesional, no por recibir una paga, sino por servir a su comunidad,
a su país, mientras que en el nuestro aparte de ganar grandes sumas hacer
buenos negocios al amparo del cargo, hacen todo lo contrario, lo que les dictan,
y aprueban leyes que entregan los recursos nacionales a manos trasnacionales o
de vende patrias, leyes que lejos de proteger a la sociedad buscan intimidarla,
mantenerla sumisa y asustada para que no proteste, leyes que no hacen justicia
al que sufre un daño irreparable o se le violentan sus derechos, leyes para
someter y no para servir a las mejores causas.
Esta situación mucha gente la vive,
la padece, la conoce y asume una actitud de impotencia porque no puede o no
quiere hacer nada, son tan variadas y tan continuas las formas como el Estado
la diversifica, la aplica y la mejora cada vez más en contra de la sociedad,
que ya no se siente lo duro sino lo tupido, cuando con tanta riqueza en
recursos, tantas leyes y condiciones favorables, como sociedad debiéramos de
estar y vivir mejor, razón por la cual los que queremos al país y un mejor
destino para todos, debemos de participar más, cada uno desde sus trincheras
para que se cambie la forma de ser y de actuar por nuestros políticos, no les
regatearemos que ganen mensualmente lo que un trabajador asalariado lo obtiene
en un año de rajarse el lomo, pero háganlo ya diferente, como se necesita, como
lo demanda el país y su gente.
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