Samuel Gómez Patiño
En los años 90’s tuve la
oportunidad de admirar por primera vez la película “Lorenzo’s Oil”, en español
el “Milagro de Lorenzo” con las actuaciones estelares de Susan Sarandon y Nick
Nolte como los padres de un niño de 5 años que empieza a mostrar síntomas que
lo llevan a perder sus habilidades motrices y de comunicación a través de la
aparición de una enfermedad extraña llamada ALD (adrenoleucodistrofia) que
produce una cantidad excesiva de grasas que afecta al cerebro y sus funciones
por lo cual el paciente está condenado a sufrir una muerte lenta y dolorosa.
Esta
película de la vida real ejemplifica parte de lo que hemos comentado en los
últimos artículos. Para llegar a la cima debemos buscar quien “reme con
nosotros” (Tiende tú cama, de William. McRaven), el “Cliente no es primero” ya
que antes que ellos debemos encontrar a las mejores personas, no sólo por sus
habilidades sino también por sus actitudes, además de generar un salario
emocional, que trata no sólo de pagar lo que vale el trabajo de nuestros
colaboradores sino de ofrecerles también otros beneficios que lo ayuden a
desarrollarse también como persona; ya tengo al personal, los tengo capacitados
aumentando sus habilidades y mejorando su actitud de servicio y hemos integrado
las suficientes herramientas para lograr su desarrollo personal dentro y fuera
de la empresa, ahora hay que integrarlos para trabajar en equipo sin que las
circunstancias o diferencias los detengan.
Cuando
Augusto (Nolte) y Michaela (Sarandon) se dan cuenta que la enfermedad de su
hijo es incurable, que es muy poco lo que se sabe de ella y por supuesto por
ser una rara enfermedad no hay presupuesto para realizar estudios clínicos
inician un viacrucis para tratar de salvar la vida de Lorenzo. Se encuentran
con una asociación de padres con hijos que tienen la enfermedad, pero se dan
cuenta que más que buscar salvarlos están pasivos tratando de darles la mejor
calidad de vida a sus hijos, pero los señores Odone no están conformes.
Inician
una búsqueda documental sobre la enfermedad, acudiendo a las bibliotecas y
hemerotecas (en esa época no había Internet) para conocer los avances en los
estudios concluyendo que, aunque había investigaciones en universidades y por
algunos laboratorios y médicos, también se dieron cuenta que estaban muy
dispersos, y algunos de ellos ni siquiera conocían lo investigado por los demás
y por lo tanto no existían avances significativos. En esta etapa esta la
enseñanza de la historia sobre el trabajo en equipo.
Buscando
soluciones preparan un congreso para reunir a los científicos y médicos para
que compartan sus ideas e investigaciones acerca de la enfermedad o síntomas
parecidos que empiezan a dar un panorama más amplio. Siendo una historia real,
debió ser muy difícil reunir tantas personalidades de diferente nacionalidad
además de objetivos diversos en sus estudios. Los padres se involucran con lo
que ellos investigan, guían a los científicos para que compartan información y
encuentran la manera de ayudar a su hijo que ya había perdido sus habilidades
motoras y de comunicación. El resultado, aun cuando la comunidad científica no
lo aprobaba encontrar detener por lo menos la enfermedad y darle esperanza a
los cientos de niños afectados por el ALD.
Lo
que sabían en ese momento de este mal era que se heredaba de la madre al hijo
varón en una probabilidad del 50%, que empezaba a manifestar síntomas alrededor
de los 5 años como perdida motriz, signos de ira, perdida de comunicación
verbal ya que el cerebro se desconectaba de su cuerpo, que la probabilidad de
vida era de escasos 3 o 4 años y una larga agonía que afectaba al enfermo y por
supuesto a los padres. El exceso de ciertas grasas provocaba perdida de la
membrana que cubre el cerebro y ayuda a comunicarse y los científicos pensaban
que consumir aceites comestibles empeoraban la enfermedad y al final concluir
después de muchas deliberaciones y que los Odone demostrarán con los avances de
su hijo una esperanza de mejoría, precisamente con el ahora conocido como el
“aceite de Lorenzo.
Una
verdadera proeza de trabajo en equipo, y tú ¿Cómo trabajas con tu equipo?
La
próxima semana, ser un empleado así o tener un empleado así: Mr. Padre
Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme
al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Vicepresidente Educativo del Club
Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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