>Los conjurados
Ricardo Sigala
Pocos saben que Fernando del Paso,
ganador del Premio Cervantes en 2015, es, además de gran escritor, un
excepcional periodista. Dedicó las últimas tres décadas del siglo XX a
practicar el periodismo de forma ininterrumpida y ya entrado el XXI ha continuado
su labor de manera intermitente.
En el año 2002 cuando el Fondo de
Cultura Económica publicó sus obras completas, incluyó un volumen con el
subtítulo “Ensayo y obra periodística”, que no es otra cosa que la suma de los
trabajos que durante treinta años Del Paso publicó en la prensa, ya sea en
diarios, suplementos culturales o revistas. En esas casi mil trescientas
páginas podemos percibir la disposición múltiple del autor al tratar un
sinnúmero de temas, desde los artísticos hasta los políticos y sociales; pero
además sorprende la responsabilidad con que los plantea y la profundidad de sus
tratamientos. Fernando del Paso se muestra como periodista responsable y
comprometido con el oficio, y para ello hace uso de su inagotable erudición, su
incomparable dominio de la lengua y su responsabilidad cívica.
El
ingreso de Fernando del Paso a las filas del periodismo es más o menos
circunstancial, y para los que lo conocían resultó francamente inesperado. El escritor mexicano había jurado no escribir
periodismo para no ultrajar su “pureza como novelista”. Estamos en los inicios
de los años setenta, ha publicado ya dos libros, ha sido beneficiado con la
beca Guggenheim para escritores, se ha establecido en la capital británica y
trabaja para la BBC de Londres. La vida de Del Paso se nos muestra como un
escenario ideal, sin embargo, el escritor tenía que mantener una familia: una
esposa, tres hijos y uno más por venir. Es entonces que recibe la oferta de
escribir para el periódico mexicano El Día, en su suplemento cultural El gallo
ilustrado. Es 1973 y Fernando del Paso comenzará una actividad que contribuyó a
la economía familiar y además le dio herramientas inesperadas a su trabajo de
novelista. Del Paso escribió en la presentación de su obra periodística reunida:
“tras haber escrito unos cuantos artículos —sólo unos cuantos—, dejé de darme
baños de pureza, por el hecho simple, inesperado y deslumbrante, de que el
periodismo —y en particular lo que suele llamarse “periodismo cultural”— me
conquistó para siempre: entre otras cosas porque nunca aprendí tanto, en tan
poco tiempo”.
Más tarde, Del Paso comenzará a
colaborar de manera permanente en la revista Proceso, y de manera ocasional en
la Revista de la Universidad, la Revista de Bellas Artes, Alfil, Plural,
Vuelta, Utopías, La Jornada, e incluso en la popular revista española Interviú.
Durante eso años Fernando del Paso
escribió sobre exposiciones, novedades editoriales, espectáculos, política
cultural, política en general, publicaciones periódicas inglesas, artistas,
corrientes artísticas, publicidad, problemas bélicos y terrorismo (en especial
el caso del IRA). Especial atención dedicó a la guerra de las Malvinas, y algo
inesperado, cubrió el mundial de España 82, él a quien no sólo no le importan
los deportes, sino que tiene en muy mala opinión a los deportistas. Durante el
mes que duró el mundial, Del Paso publicó un promedio de tres artículos por
número, en ellos, haciendo uso de su agudeza, terminó escribiendo de aspectos
políticos, sociales, artísticos, culinarios e históricos, siempre partiendo del
suceso mundialista.
En 1985 Fernando del Paso se mudó a
París, en donde trabajó para Radio Francia International. En 1986 ganó el
premio Radio Nacional de España al mejor programa en español de carácter
literario por su Carta a Juan Rulfo. Una de sus últimas incursiones en la
prensa escrita fue la “Carta a Hugo Gutiérrez Vega”, que escribiera tras la
muerte de su amigo poeta:
“Muy querido Hugo:
¿Qué nos pasó? Teníamos cita en
Zapotlán el Grande el 25 de septiembre y ninguno de los dos la cumplió.”
Fernando del Paso nos ha legado una
obra literaria de un valor innegable y por ella ha recibido reconocimiento
unánime, tenemos pendiente reconocer esa otra obra, la periodística, que en
todo momento ostenta las mejores cualidades de dos mundos hermanados en lo que
llamamos periodismo cultural.
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