Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
El Volcán/Guzmán
De una
manera muy equivocada se ha utilizado, por parte de algunas personas y de la
Autoridad Municipal de Zapotlán el Grande, el término empoderamiento de las
cosas por los ciudadanos. El Gobierno local, utilizando recursos públicos, ha
realizado obras que tienden a mejorar el aspecto del lugar público más
importante de Ciudad Guzmán, su jardín principal, pero a su vez ha favorecido
su deterioro al utilizarlas con fines comerciales y hasta de propaganda
política.
Y este “empoderamiento” se desbordó
el día en que se pusieron a funcionar las obras de mejoras en Plaza Las
Fuentes, comprendiendo los recursos destinados para que las aguas volvieran a
fluir hacia el cielo, la inauguración del tótem o letras con el nombre de
Zapotlán el Grande y con la obra en bronce del escultor Javier Silva,
denominada el Sonajero. Todas estas fueron violentadas y hasta afectadas por el
“empoderamiento” que algunos ciudadanos y sus pequeños hijos hicieron de éstas.
Esta situación fue mal vista por
muchos ciudadanos, ampliamente criticada en redes sociales, lo que debiera
llamar la atención de la autoridad municipal, puesto que la forma como se
interpreta su deseo de empoderamiento ocasiona desorden, daño a las cosas,
exhibe a la gente que utiliza las aguas da las fuentes para convertirlas en
baños públicos, y ahora que las letras y hasta El Sonajero sean pisoteadas, que
se les encaramen los niños y hasta los adultos para tomarse fotos, con el
riesgo de caerse y causarse algún daño físico.
Sé que es muy difícil darle gusto a
la gente, quedar bien con todos, pero considero que un buen Gobierno no debe de
inducir al relajo, al desorden y más afectando bienes que son de todos,
públicos, y que unos cuantos abusen de ese empoderamiento y conviertan las
áreas verdes del jardín en potreros, sitios para dormir, secando el pasto y
dañando los árboles y plantas de ornato que se colocaron, todo cuesta dinero,
sembrarlos, mantenerlos y recuperarlos de las afectaciones que sufren.
Ya se ha cuestionado que tanto Plaza
Las Fuentes como otras áreas del jardín principal sirvan de asiento para la
instalación de la pista de patinaje y con ello una serie de puestos que ponen a
la venta casi de todo, mal diseñados, exagerados en su número y, sobre todo,
que favorece que grandes y pequeñas unidades sean subidas a la plaza, so
protesto de bajar o subir implementos que se utilizan para la instalación de
todo lo que se le encarama al jardín, quitando espacio para el goce y descaso
de las demás personas y, sobre todo, con un costo que no sale del bolsillo de
quien promueve eso que llama “empoderamiento”.
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