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martes, 6 de febrero de 2018

Calladito te ves más bonito



Alan Arenas


Muchas madres nos decían «calladito te ves más bonito» cuando hablábamos cosas, que para ellas no eran correctas y fuimos creciendo sin decir nada ni opinar nada en contra de la autoridad que representaba las madres de familia; por desgracia, esta sentencia penetro hasta el tuétano del pensamiento social.  Nos hemos acostumbrado a callar porque hablar algo que no estemos de acuerdo ante una autoridad,  nos vemos mal. Estamos fuera del cuadrante del visto bueno de la sociedad porque no estamos acostumbrados a recibir una crítica a dialogar.



            Ante cualquier comentario en contra de una ideología, sea cual sea, siempre viene el golpeteo tanto verbal como fisco; las acusaciones y la guerra sucia. No sabemos dialogar, es por ello que cualquier debate que se quiere ejercer en México, caerá, sin excepción, a dimes y direte;  y no en propuestas que fortalezcan una dialéctica  que lleve a un camino a la resolución de conflictos.

Por desgracia  ha ido más allá; entre una ola de violencia y crímenes, esta los asesinatos a aquellas personas fungieron en su momento como activistas. La ley mordaza que ahora está en boga, tanto en el ambiente político como social, ya existían desde hace mucho tiempo, ha sido una herramienta usada para silenciar a aquellos que le mueven el tapete a la elite de poder – tanto política, económica  o amabas – porque en nuestro país solo tiene dos sopas en la opinión pública sobre temas políticos-económicos: estas conmigo o en contra de mi. Y si estas de mi lado no opines nada en contra porque eso significa que no estás alineado. 

            Por consiguiente, si opinas algo en contra de cualquier figura pública, acción o ley, aunque se tengan los fundamentos; siempre estarás mal, incluso podrías estorbar a los intereses que ellos buscan.  Por tal motivo, en México, ser periodistas o activistas es poner en la línea de fuego tu vida.  Simplemente en los últimos dos años han sido asesinados más de 340 activistas, según la revista proceso; y la cifra sigue en aumento. Ejemplo, el último fue el asesinato, en Cheran, de Guadalupe Campanur Tapia organizadora de grupos en contra de talamontes clandestinos.

Es tan grave la situación que hace unos días la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ordenó a México proteger de forma inmediata la vida e integridad personal de la luchadora social Bettina Cruz y su núcleo familiar, tras acreditar la situación de riesgo que enfrenta por su trabajo en defensa de los derechos de los pueblos indígenas que se oponen a la construcción de un proyecto de energía eólica en el Istmo de Tehuantepec. Así lo informó en un comunicado oficial.  A este grado a llegado la inseguridad para las personas que opinan y esta es la acción que realizan las personas que no saben dialogar.

Mientras no tengamos como base una educación de diálogo, en nuestro país será muy peligroso opinar en contra de la gente que tiene el poder y sólo vela por sus intereses; más cuando leyes como la Ley mordaza y la Ley de seguridad de seguridad interior funcionen para silenciar de manera tajante las voces que están en contra de sus interés, porque para ellos «calladito te ves más bonito».


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