>Un
momento por favor
J.
Jesús Juárez Martín
De
Zapotlán el Grande para el mundo, expresión con sentido al valorar las obras
artísticas de quienes sostienen el epíteto para el municipio: José Clemente
Orozco, muralista; José Rolón, músico; Consuelo Velázquez, compositora; Juan
José Arreola, escritor; por ejemplificar sobriamente, ahora que leer la pequeña
novela “El gran viaje” de J. Manuel Chávez, intensa al afrontar Erzara su
responsabilidad con la comunidad como guerrero al cumplir treinta años.
“El gran jefe de la tribu deberá de integrarse al consejo de ancianos en tres
primaveras”, prepararse a su responsabilidad: “deberás marchar a las montañas y
permanecer en ellas, para adquirir la sabiduría y la fortaleza de
espíritu que requieres para ser digno jefe de la tribu tan gloriosa como la
nuestra… vivirás de los frutos espontáneos de la tierra, sin maltratar ninguna
de sus criaturas, tomando solamente lo indispensable para sobrevivir”,
puede ser apreciación de lector entusiasmado al disfrutar la obra y en
arrebato mide con rasero igual, pero veamos algo del contenido, trama
y objetivos entrelazados de la novela..
Partió
el guerrero singular con los afectos testimoniados de sus hijos, esposa
y la tribu que esperarán su retorno en forma, tiempo y con objetivos
alcanzados, respetar la naturaleza y de ella, vivir y descubrir
sus relaciones de los fenómenos naturales con los seres vivos y
alcanzar algo de sabiduría…
“El
universo se hace consciente de sí mismo a través de tu razón y tus
sentidos…sólo en nosotros, los guerreros humanos el universo ha logrado por fin
verse a sí mismo, comprenderás nuestra responsabilidad, el deber de actuar
sabiamente para manejar con acierto este destino de ser el universo hecho
conciencia”. El encargo bíblico a Adán y Eva de someter mundo y animales, cobra
sentido de cuidado y responsabilidad ecológica. Le dijeron los ancianos: “Nunca
mates a ninguna criatura si no va de por medio tu vida” … sobrevivir, ese es el
desafío, ser comprensivo y respetuoso con la vida silvestre es el sino superior
de los grandes guerreros.
Pasaron
tres, treinta, noventa y más noche-días, añoraba menos su tribu, sobrevivía con
experiencias que aportaban conocimientos de relaciones de las especies
vivientes con los ecosistemas, su caminar hacia el norte, consigna tribal de
retar el invierno en la tundra… sobrevivirle y regresar sobre sus pasos hacia
el regiones del desierto, que diezma especies vegetales y animales, pobres
criaturas, ahí el invierno cierra posibilidades y un puñado sobrevive ante los
rigores sombríos del señorío del invierno.
Una de
las tantas y sabias lecciones asimiladas es: nada dar por hecho, su antigua
forma de entender el mundo, se modifica día a día y está expectante, sabe que
lo mínimo, todo es importante en las circunstancias de la vida, ahora aprecia
lo ajeno a la caza que sola le colmaba. “Así pudo haber vivido y muerto sin
lamentarse de que le hubiera hecho falta” como los demás mueren con tan poco,
sin esperar ni pedir nunca más, excepto los del consejo y el gran jefe.
Caminar,
avanzar, sólo los descansos necesarios porque consciente era que los primeros
días fueron contemplación, parsimonia, disfrutar, ahora; continuar en la
postrimería veraniega; había vivido insolaciones, tormentas de relámpagos
recorriendo distancias interminables y diluviaba por horas o la neblina
matutina impedía visibilidad lejana extremándose la baja temperatura y el
asedio del oso que impaciente esperó que bajara del frondoso árbol y al
perseguirlo lo condujo hacia la fatal trampa preparada en defensa de la
persecución de días. Destruidos los bosques primaverales quedaron
andrajosos, destruidos por vientos que resguardaban furores de tormentas, ha
tiempo… revalora al jefe y los ancianos.
La
piel del oso caído, ya seca y ahora le protege en las frecuentes noches
gélidas; los alimentos escasos cuando el paisaje muestra sus miserias,
las especies sedentarias dan guerra mortal por la sobrevivencia, descubrió los
preparativos para hibernar de los osos, de las ardillas, etc.,
asimilando experiencias y sabiduría. Volverá a su tribu, será el
jefe esperado y seguirá con la evolución de la tribu que el jefe actual
permitió a mujeres que desean ser guerreras, ser guerreras, equidad y libertad
laboral imposible hace tiempo, todos mejoraron y las resistencias familiares se
derrumbaron ante la decisión de hijas.
Una
manada de lobos le impactó, compartieron, el lobo jefe le enseñó sus mañas y
continuaba asimilando para su inminente regreso, percibió de ellos la astucia
natural y desarrollada en beneficio familiar y los instintos más cercanos a la
reflexión por la unidad, servicio y lealtad, pudiéramos creer que lo invitaban
a ser parte de su clan, pero su regreso era destino y vocación…
Tres
años y Erzara vuelve a tiempo con su gente, exultante proeza. Fidelidad
familiar, lealtad a sus tradiciones, culmen feliz, con la mentalidad de servir,
ayudar, evolucionar y cuidar con celo la naturaleza, casa, granero para
vivir felices con trabajo, organización, respeto, cuidados a la flora y fauna,
con quienes comparten la naturaleza aquel pueblo predestinado y grande y
referente en la historia.
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