martes, 16 de enero de 2018

¡Los políticos sí tienen madre!





Samuel Gómez Patiño

                                     
Club Amigos Profesionistas es un equipo de softbol formado originalmente con maestros de la universidad por el C. P. Armando Anguiano Aviña y su servidor. Su debut en la Liga de Softbol de Egresados Universitarios, A. C., fue en el año de 1987 con record de 0 ganados y 12 perdidos, pero con más entusiasmo que los otros equipos. El año pasado cumplimos 30 años de su fundación, además seguimos siendo el único equipo que ha participado ininterrumpidamente en todos los torneos de liga: oficiales, de consolación, de invierno, de verano, de invitación y todos los que se programan. Tiempos buenos (campeonatos, segundo y terceros lugares) como pésimos años (ninguna victoria o derrotas increíbles) es parte de la historia.


            En algunos años, 10 para ser exactos también fui presidente de esta liga y me tocó lidiar con la expulsión de los campos universitarios por faltas a la reglamentación de algunos equipos, buscar otros campos y luchar por el crecimiento de la liga. Con los nuevos directivos, ahora contamos con campos propios y como ha sido el tenor en la liga, todos los recursos se aplican en el mejoramiento de nuestras instalaciones; aunque no somos una liga oficial, sino independiente puedo decir que somos la más ordenada y adelantada que las oficiales.

            Pues bien, está historia nos lleva a tratar de entender los problemas que tiene el país en medio de una inseguridad sofocante y falta de líderes de carácter y amor por nuestra patria.

            Generalmente, no me gusta tratar asuntos de política o de religión, ya que con dificultad encuentras dialogo, lo más seguro que terminemos en discusiones ya que las personas se fanatizan y se cierran en entender que lo más importante es el respeto a las opiniones de los demás, sin importar preferencia política o creencia religiosa.

            Hace unos años, la liga entro a un programa de mejoramiento de áreas deportivas al cual nuestros directivos encabezados por el Licenciado René Campos, la registraron para participar siendo favorecidos por el Estado para la construcción de un campo donde pudiéramos practicar nuestro deporte favorito. Se nos aclaró que el dinero otorgado no se entregaría a la liga, pero se la adjudicó un grupo de ingenieros a través de una licitación (suponemos) donde el encargo para nosotros era avalar la terminación completa del proyecto.

            Ese año, recuerdo fue algo difícil pues contrario a lo que sucede con el clima de la ciudad estuvo lloviendo bastante lo que atraso las obras varios meses. El caso fue que el presidente de la liga, como nuestro representante fue llamado a firmar de concluida la obra a lo cual se negó ya que sólo llevaba un 75% de avance y el proyecto incluía la entrega del 100%, listo para que pudiéramos jugar. Cuando el representante del gobierno estatal le pregunto porque no acepto la entrega de la obra les explico que no estaba concluida y que no era nuestro problema si el contratista ya no tenía dinero para terminarla. Para entregarnos el campo, el Estado cambio de contratista y llego otro grupo que la termino y entrego sin que nos costara un centavo.

            Cuando escucho las malas decisiones que toman nuestros líderes en la política sólo escucho a la ciudadanía de comentar que no tienen madre de lo cual difiero, si tienen madre lo malo es que los educaron mal. Cuando era estudiante creía fervientemente que cuando llegaran profesionistas a las curules una cultura nueva de diputados, senadores y funcionarios públicos harían de este país grande como lo pregonan. Sin embargo, llegaron los que estudiaron no sólo licenciaturas, sino maestrías, doctorados y especialidades jurídicas y económicas logrando un gran avance, riqueza y comodidades, pero para la clase política y ninguno de ellos son de probeta.

Todos tuvieron padres que les dieron carreras profesionales, pero no educación forjada en valores como el respeto, la humildad, la responsabilidad, servicio al prójimo y empatía por los ciudadanos de a pie.

            Me sentiría avergonzado de ser el padre de un Peña Nieto, un Calderón, un Anaya, Duarte, López Obrador hasta un Meade por haberlos educado mal, acabándose la mayor riqueza de nuestro país que no es el petróleo, el dinero o sus litorales y ciudades, sino su gente. Me duele el estómago cuando los escucho desde sus curules de 120,000 pesos mensuales pedirle a la ciudadanía que se aprieten el cinturón, que paguen sus impuestos cuando a ellos no se les fiscaliza ni se les cobra, o cuando trabajan para asegurarles a amigos, familiares y compadres su porvenir dando trabajo o licitaciones para que sigan viviendo del erario.

            Al reflexionar y caer en cuenta que si han fallado sus madres en educarlos también tenemos que tomar nuestro papel en lo que los ciudadanos hemos fallado. El gobierno falla en seguridad, educación y salud, para mí los ejes principales de una sana sociedad y, ¿nosotros, que papel hemos actuado? No debemos permitir las malas obras, no debemos participar en los actos de corrupción, no dejar que haya una mala educación hacia nuestros hijos o malos servicios médicos, dejemos de ser indolentes y trabajemos por un México mejor, justo y democrático. Empecemos por donde tenemos influencia: por nosotros.
             
              Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Vicepresidente Educativo del Club Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana

Universidad Autónoma de Baja California

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