lunes, 8 de enero de 2018

La promoción de la lectura en braille: problema que no se quiere ver


Alan Arenas


Ya sea un punto y coma, tres puntos suspensivos… un punto y aparte; o un simple punto final. Nuestro idioma está pautado por puntos, que le dan ritmo a nuestra lectura, a nuestra voz. Todos ellos nos permiten darle orden y estructura a nuestras imágenes mentales; desde el inicio de nuestro proceso de aprendizaje en la lectura nos lo han recalcado: “Los puntos ortográfico le dan ritmo a la lectura”; pero qué pasa cuando los puntos no sólo dan ritmo, sino que también crean palabras  con el simple hecho de pasar los dedos por una hoja y poder leer. Esto es lo que provoca el lenguaje braille.




A unos días de haber visitado la segunda feria más importante de libro en el mundo en la ciudad de Guadalajara y recorrer los pasillos, estar entre miles de libros, encontré un stand dedicado a imprimir libros para las personas con debilidad visual; era el de la SEP, que en su tarea de la integración a todas las personas y crear una educación de conciencia ámbito; publica libros gratuitos en braille.  

Fue sorprendente saber que hubo pocos stands que tenían libros editados para las personas privadas de la vista. La primera interpretación es que, pareciera que estos pocos locales estuvieron por cumplir cierto “visto bueno”, ante la sociedad que el realmente ser incluyentes. Y esta interpretación la baso en que si fuera lo contrario y me equivocara en mi observación –que puede suceder- en los tres días que estuve en la FIL en distinta conferencias y visitando los distintos pasillos no vi alguna señalización óptima en lenguaje braille para marcar los servicios como los baños –por ejemplo-, o volantes informativos especiales. Esto es preocupante ver que aun existe una gran brecha para alcanzar la inclusión total para las personas con alguna deficiencia física en especial para las privadas de la vista.

En este desierto, me encontré algunos oasis que promovían la audiolibros, pero para ser sincero, quien los ofrecía lo vinculaba directamente a las personas que no tenían tiempo para leer, y que podían tener acceso a un libro, por ejemplo, mientras manejaba; pero esto al final, no estaba enfocado al 100%  a las personas ciegas; que claro que sirve para ellos, pero su nacimiento de este producto no es por integrar a las personas con discapacidad visual, sino que es al revés son integradas al producto.

Pero como siempre, al final del túnel está la luz; encontré, escondida en la zona internacional, la editorial INVIPRESS la cual se dedica a imprimir y diseñar libros en braille, dirigida por Diana Gutiérrez de la Torre, quien se especializó en el diseño editorial en el lenguaje braille; al preguntarle ¿por qué crear una editorial enfocada en el braille? Fue contundente sobre este tema: “pues es muy importante quién haga este tipo de materiales difíciles de conseguir en el mercado, en este caso el braille; cuando hice mi especialización en producción y edición en braille me di cuenta de esta carencia en que no había editoriales en esta área”.

Pero qué hacer y que obstáculos hay en un país, qué según la INEGI, hay más de un millón de personas con discapacidad visual, ¿cómo es el escenario de la promoción de la lectura? En este guion es importante señalar que se acaba de agregar a la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, una sección donde señala lo importante de impulsar la edición de libros y materiales de lectura en sistema Braille, para incluir a personas invidentes en estas actividades.

“El problema principal es el costo de los libros, ya que se necesita papel especial para su edición y su encuadernación, aunado a que hay pocas impresoras braille y libros especializados para quienes estudian alguna carrera”. Así me lo comentó David Magallanes, que es ciego de nacimiento y es Licenciado en Educación Especial, agregó que “cuando se estudia alguna carrera es bastante difícil hacerlo, no hay libros en sistema braille… para nosotros leer en braille es igual que ustedes que si ven; es más rico que escuchar audiolibros. No es lo mismo. Me llena más leer en braille, aprendí desde los 12 años y siempre estuve en busca de libros para mejorar mi nivel académico, aunque fue difícil. Lo que más se e encuentra son libros infantiles; siempre.

Si analizamos esto ¿cuántas personas con discapacidad visual son truncadas al prepararse? El sistema educativo, poco a poco se han agregado al tema, según lo comenta Diana Gutiérrez: “ya empieza a ver políticas públicas en el área de la promoción a la lectura para ciegos. Por ejemplo la Secretaría de Educación Pública tiene cuatro años editando libros en braille de sus libros de texto, esto permite que niños y adolescentes tengan contacto con este sistema”; pero no es suficiente, pues simplemente hay que analizar nuestro contexto, preguntarnos si las personas ciegas puedes tener acceso a todo lo necesario para su desarrollo.

Ejemplo de esto es Germán Galindo Quintero, habitante de San Gabriel, quien sufre de ceguera parcial y es Ingeniero Agrónomo, trabaja en la presidencia de dicha población; uno de los obstáculos que no le han permitido realizar su trabajo con calidad es el no poder leer braille puesto que, no hay, en su población, persona o institución que lo capacite para la lectura en este lenguaje. Así como él existen muchas casos similares en las regiones, si no es por falta de personas que enseñen, o la falta de libros o impresoras especializadas en imprimir textos braille.

Ante este panorama nos hace falta mucho para la promoción de la lectura en general, pero hace falta redoblar esfuerzo en acercar e igualar las oportunidades en este tema para las personas con discapacidad visual.



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