Milton Iván Peralta
El Volcán/Guzmán
Bajo un cielo nublado, unas cuantas gotas, el repique de las campanas de
catedral, mientras los niños del colegio México, algunas de ellas vestidas de
ángeles, al golpe de los huaraches y de las sonajas de los danzantes, los
menores representaban parte de los momentos importantes del ahora obispo
emérito, Braulio Rafael León Villegas, un homenaje que se había tardado.
“Aunque no soy muy llorón, deberé decir que, en esta placida tarde, he sentido
que varias veces que se me humedecían los ojos, porque los recuerdos se agolpan
en el corazón, en la memoria y en la mente”, dijo Don Braulio Rafael.
Dio las gracias al Colegio México, por ser un semillero, a sus alumnos “que con
espíritu franciscano abren los corazones de nuestros muchachos, primero a Dios,
a la naturaleza y a nuestros hermanos, desde hace 800 los franciscanos pisan
fuerte la tierra, inundando con su espíritu franciscano tan necesario como un
mundo como el nuestro”.
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