Víctor
Hugo Prado
“Por
México al frente” es la denominación otorgada a la coalición política electoral
suscrita el pasado viernes 8 de diciembre entre los partidos políticos PAN, PRD
y MC para contender en las elecciones federales de 2018. En los 10 días
posteriores a su solicitud de registro, el Instituto Nacional Electoral deberá
resolver su aprobación.
Mucho
se ha escrito y dicho sobre las diferencias
ideológicas de los partidos, sobre todo del PAN y del PRD. De las diferencias
entre las iniciativas con los temas como el aborto, los matrimonios
igualitarios o la forma diferenciada de cómo se debe abordar la desigualdad y
la pobreza. Sin duda hay diferencias sobre temas específicos, de agenda
específica que impulsan y seguirán impulsando los partidos coaligantes, eso no
está a discusión. El tema central es como el árbol no te debe impedir ver el
bosque. El árbol representa a los postulados ideológicos de cada partido, y el
bosque, los problemas y necesidades de la gente de este país.
¿Entonces
un frente para qué?, un frente debe constituirse entre diversas fuerzas
políticas y ciudadanas para lograr los votos necesarios para ganar una
elección, sobre todo cuando se tiene la experiencia y las mediciones de la
existencia de votos duros irrenunciables de otras fuerzas políticas contra las
que se contiende. El asunto fundamental es el bosque, es ganar la presidencia
de la república, así como ganar una mayoría en la cámara de senadores, el
congreso de los diputados federales, la mayoría de los gobiernos locales entre
los que se encuentra las gubernaturas, alcaldías y congresos.
El
frente, sin dudarlo, debe generar los programas de gobiernos de coalición que
les permitan atender los problemas del bosque, no del árbol. Desde una perspectiva
plural amplia y con la contribución más vasta de la sociedad, empezando por
lograr gobiernos honestos, diferentes, que no se roben el dinero de la gente,
que permitan enfrentar la impunidad y restaurar un Estado en el que convivan
los sociedad con base en la legalidad; por supuesto, debe estar en centro de la
acción abatir la pobreza y la desigualdad social, recuperar la paz, que la
economía crezca para todos, entre ello que se generen los empleos, que se
aliente la inversión, que los recursos financieros de la sociedad se traduzcan
en mejores servicios educativos, hospitalarios y culturales, que disminuya la
criminalidad, la violencia y la inseguridad que padecemos los mexicanos.
El
frente no es del PAN, del PRD o de MC, aunque ellos lo hayan suscrito, es un
instrumento de la sociedad, de los ciudadanos organizados que aspiran a
transformar a México, y que representa una alternativa que se pondrá en la
disputa electoral del domingo 1 de julio de 2018, bien vale la pena valorarlo.
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